Necesito tu ayuda. –Una voz venia del fondo.- tengo que acabar con ese bastardo, no puede quedarse así. –Natalia cubriéndose la boca y cayendo presa de sus pensamientos. Su voz repalpitaba mientras avanzaba por la calle. Recordaba las palabras de su ex novio.
Al verlo se consterno, sabía que su novio y él ya se había enfrentado antes. Y David no se quedaría de brazos cruzados. Natalia sin embargo decide ser valiente y pasar por el mismo camino sin prestarle atención alguna, aún más cerca escucho como el planeaba con otros de sus amigos "desterrar" a la persona que según él le había robado lo que le pertenecía.
¡Hey, Natalia! –escucha un grito a la distancia.
Humm,- hola. –responde intentando no mostrar nerviosismo.
¿Qué haces aquí? –pregunta el, prepotente. –ya te dejo tu novio basura, ya te aburriste de él.
De que hablas imbécil. –altera su tono de voz.
No, de nada. Adiós. –se despide arrogante.
Subiendo la avenida se vuelven a encontrar, intenta jalonearla y le es imposible su atraco, fue atendida de inmediato por la gente que por ahí pasaba. Se lo llevan preso por hostigamiento.
*suena su celular*
-Hola mi amor-
Hola bebe. –se notó un poco temblorosa su voz.
-Sucede algo amor, que ocurre.
Nada, que me encontré a... a David-
-Y que te dijo, que te hizo, donde estas iré hacia allá-
No, estoy bien, ya se lo llevaron preso.
-Si amor, pero saldrá y querrá verlas peor.
No te preocupes, tú sigue, yo me iré a tu casa pero antes voy a comprar algunas cosas.
-Está bien, con cuidado.
Besos, bay
Aun después de haber llegado tan lejos estando tan cerca. Un beso tuyo es el mayor sacrificio y tus manos son mis cárceles de amor, rompe un compromiso y destruías tu corazón. -pensaba Milo.
Una larga espera lo desvía de los pensamientos que no descansaban su mente, mientras espera en su oficina: contesta al teléfono: Milo, como estas. -pregunta una voz femenina-
Hola. -responde
-¿te sorprende escucharme? Pregunto.
En realidad no, ya esperaba que hicieras esto. Pero que o cual es el motivo que aqueja el motivo de tu llamada. -responde Nilo con el mínimo interés.
-Que me escuches quiero que... que sepas lo que paso. -aflige ella.
Mira, se lo que tengo que saber. -enfatiza su comentario- si no existiera razón te dejaría volver... -escatimo en pensamientos.
-No puedes creerle a quien sea. –Exalta sus emociones ella.
Nadie me dijo nada, yo sólo vi de más y por meterme donde no me llamaban. Adiós.
*colgó el teléfono.
-Déjenme hablar, no griten- expuso ante su silencio acomodando su voz en su interior,
-Sucede que no podemos controlar nuestras emociones y lloramos donde no debemos, su temor es representado cuando gritamos. La lección se aprende de la forma difícil.
Asistió una secretaria, en su oficina interrumpiendo la firma del documento. –lo están esperando, una muchacha de ojos brillantes y oscuros cabellos y porte de su dama. –expresaba la chica esperando una respuesta sujetando una libreta.
Iré en seguida. –le dijo mientras sentaba a la mujer.
Hola mi vida. Espero no interrumpir.-dijo tímida.
-En absoluto.
Mi vida. Te traigo un desayuno, quería sorprenderte. –Dijo sacado de su bolsa una lonchera- no hay problema verdad. –pregunto mirando a todos-
Nos salimos al jardín donde había unas jardineras con bancas y una fuente en el centro de un enorme campo con fauna silvestre y ardillas con nueces en sus bocas, unos rosales y arbustos, árboles frutales y gran variedad de flores y vegetación, y comederos para aves y otros animales como perros. Divisamos una banca desocupada, nos apresuramos a evitar que no nos la ganaran, Natalia llego primero y extendió el mantel y comimos un par de sándwiches, que aunque pequeños si se comen con esa persona especial, tienes sentido. Amor me ahogo. –le dije con sonrisa-. Ten amor. –saco ella de su bolsa un cilindro con agua de fruta recién hecho. Ella sabe que son mi deleite y me pierdo con eso.
Cada noche fue adolorida en brazos con su cama. En breves momentos conciliaba el sueño; veía sus cuadros y extraños recuerdos mirando al techo con lágrimas sobre su almohada sus manos sujetando sus cobijas. Arrojándolas por el edredón de la base de su cama.
Con los ojos rojos y agotados; Natalia lo esperaba a un lado de su cama recostada con una almohada en su cabeza y su peluche entre sus manos, esperando por él. Se levanta y entra a la regadera, seguido por Natalia, en toalla, juntos bañándose y besando sus alamas, remojando sus labios, y cerrando sus ojos al amor.
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Miradas en Silencio
RomanceMilo se encuentra en un camino a elegir, por una o muchas razones lo que pase no es coincidencia del destino. Cuenta con el apoyo de todos pero con pocos se dicen su amigos y muy en el fondo son menos los que son verdaderos. Al viajar a la vida Milo...