-Alguien llega a la vida de Milo-

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En cuanto me avisaron de su llegada me sentí calmado. Sus palabras tranquilizaron mi día y aprovechamos un rato hablando, sobre el día que nos graduamos y los caminos que cada quien tomo. Lo que vivimos Mariela, Gina y yo. Sus metas se había cumplido mientras que las mías continuaban creciendo.

Con el audífono del teléfono mientras hablaba con Gina, me dijo que hay estaba Denisse y fue quien las recibió a su llegada, saque un viejo baúl donde tenía mis recuerdos y cosas. Le pedí que me la comunicara.

Milo: ¿Qué tal?, cómo te va Denisse.

Denisse: Míralo tú, ya no hablas. Has de estar feliz sin nosotras.

Milo: No, nada de eso, al contrario se les extraña.

Denisse: ¿Y qué tal te pinta la vida?

Milo: No me quejo, hice todo lo que quiero y tengo lo que me gusta.

Denisse: Si, claro. Todo lo que deseas tienes –Dijo en forma sarcástica-

Milo: supongo te refieres a que logre todo, menos conquistar el corazón de Mariela.

Denisse: Bueno. Y que tal, cuando invitas hacer una fiesta en tu casa.

Milo: Sólo déjense venir y armamos una hasta el amanecer, pregúntale a Mariela y a Gina, tengo vinos de sobra.

Denisse: bueno chao, deja voy ya llegaron por mí. Saludos.

Por la mañana me levante y me vestí, bebí un poco de jugo mientras me ponía la corbata y el saco, nunca me gusta ver las noticias y en mi casa existen la televisión, ni la radio, en mi estéreo que está detrás de mí en mi despacho junto a mis libros de grandes autores y a un lado una botella de coñac para estar un poco más relajado y escucho música.

Salía yo de mi oficina y en ese momento pasaba mucha gente.

–Sabes, a veces me siento despreocupado. (Comencé hablar con mi mente)Porqué, que sucede, (me pregunto) -veo mi vida pasar y yo, yo no he formado una relación con la sociedad, ni hijos tengo, ni pareja, -tú no has querido encontrar a alguien, pero tampoco te dejas querer. (Exclamo mi mente). -Me decía mientras hablaba con mi pensamiento al caminar por la calle y ver a varias parejas sonriendo y comprando algunos dulces o globos con un te quiero y abrazados, enamorados; tratando de evitarlos.

Si deseas algo, que tú sabes que anhelas con esmero, esto se pondrá en frente de ti tu tanto deseas que alguien te abrace y te bese, pero a la vez no quieres dar un paso. –me decía a mi pensando en voz baja.

Continuaba mi camino, entre a una fuente que vendían bebidas naturales, como de naranja recién exprimidos, de zanahoria entre muchos otros, me compre un jugo, era viernes, me quitaba la corbata mientras desabotonaba mi camisa para relajarme, y pagaba. En un costado sentí una mirada mientras me sentaba en una silla con mesa color rojo manzana (que hasta eso me hablaba de amor) había un corazón pintado que viendo la mesa de frente dice:

"La razón de mi poema es morir a tus pies y naces en tu corazón."

Hoy mientras bebía mi jugo de naranja con una galleta, tome mi computadora portátil, veía mi correo para ver si me habían enviado alguna información. Mi mente sabía que mentía, porque metí la foto que dejaron Gina y Mariela a mi disco. Cerré mi computadora en cuando visualice esa mirada otra vez, me le acerque.

Hola –dije cortésmente acercándome por un lado.

-Hola –respondió ella.

-sonreímos quizá por la situación-

Me miro y sabe qué pensaría porque se giró sonrojada.

-Soy Milo, mucho gusto

Natalia, un placer.

Miradas en SilencioWhere stories live. Discover now