✎ C o n t i n u a c i ó n . ✎
—Entonces... —Comencé a hablar, sentándome con cuidado a su lado en el sofá.— ¿Por qué?
—No es difícil... Pero si estúpido. —Frenó entonces y tragó saliva.Se giró hacia mí, guardando por un instante silencio. No parecía dispuesto a decir nada y parecía querer únicamente mirarme, pero acabó retomando su confesión.
—Tengo miedo. Tú. Tú me das miedo.
De nuevo, aunque apreciase su esfuerzo, no me había aclarado nada. Sacudí la cabeza con incredulidad y le miré, esperando respuestas al ridículo nuevo enigma que acababa de plantearme. Suspiró y, una vez más, habló.
—Me da miedo enamorarme de ti, JunOh, porque tengo miedo que las cosas no salgan bien.
Me sentí confusa, entonces, como nunca antes. Atónita, le repasé con la mirada un par de veces y le toqué con suavidad el brazo; para ser sincera, y aunque fuese ridículo, estaba tratando de comprobar si todo aquello era real. Le oí reír con suavidad, pero pronto recobró su anterior seriedad. En aquel momento estaba comenzando a extrañar su usual júbilo y sus tonterías.
—Yo... Lo siento. Por tenerte miedo. No creas que no confío en ti... Si siento este tan ridículo pánico es exactamente por lo contrario: he comenzado a depositar confianza en ti con tanta rapidez que tengo miedo de haberme apresurado demasiado.
Buscando poder reconfortarle llevé la mano diestra hasta una de las impropias, acariciando luego su piel con lentitud. Dejé caer la cabeza lentamente sobre su hombro y él, con la mano libre, me acarició una mejilla a ciegas. Hubiese llamado a aquello romántico y me hubiese perdido entre sus caricias de no haber sido por la ferocidad con que la realidad me llevaba de vuelta al mundo real. Sabía que debía darle una respuesta adecuada, pues no era un buen momento para quedarme callada.
—Bueno... —Mascullé, cerrando los ojos.— Es fácil, ¿no? Seamos amigos. Los mejores. Seamos amigos todo el tiempo que haga falta para que compruebes si merezco tu confianza y, si algún día nos queremos, o algo así... Tengamos una relación. Pero, por ahora...
Separé lentamente el rostro de su cuerpo para poder mirarle a los ojos, en silencio. Me regalé una pequeña pausa para poder pensarme bien qué decir, cómo hacerlo; no quería que me malinterpretase y creyese por error que tenía pensado cerrarme a un romance en un futuro.
—Solo por ahora, seamos amigos. Quiero que confíes en mí por ti mismo y no pienso forzarlo. Pateémosle juntos el culo a tu ex, y luego hablamos.
Tras aquel comentario ambos estallamos en carcajadas, de forma absolutamente inevitable.
Creo que ninguno de los dos confiaba en la fiabilidad (y mucho menos en su durabilidad) de aquel acuerdo de "ser solo amigos", pero tratábamos de no aparentarlo. Las cosas serían así hasta que uno de los dos acabase dando el brazo a torcer y confesase sus sentimientos y yo, tal y como era, no lo haría. Pensaba encargarle el trabajo sucio a él y para ello esperaría cuanto fuese necesario.Justamente en el momento más inoportuno, oímos su móvil sonar. Él se sobresaltó y lo cogió con cierta prisa, encontrándose con que era nuestra mejor amiga en el mundo: Taeyeon.
—Oh, Johnny... No tienes ni idea de lo que acabo de ver. —Dijo ella, dramatizando cada palabra de forma que casi hasta rozaba lo ridículo.
—¿A mi novia poniéndome los cuernos? —Preguntó él, con sorna, arqueando una ceja.
—No, mejor. A tu ex-novia dispuesta a arruinarle la vida a esa zorra.
—¿Qué? —De repente, a él pareció helársele la sangre.— ¿Qué coño has hecho? No intentes ponerle un dedo encima, Taeyeon, o te juro que te mataré. Es mi último aviso.
—Johnny. —Intercedí yo entonces, poniéndole una mano en el hombro.— Puedo cuidarme sola. Ya lo sabes. No arriesgues nada por mí. Puedo salvarme el culo sola.
—¡Oh, pero si es ella! —Suspiró con fuerza, pareciendo frustrada.— Tranquilo... No voy a hacerle daño. A ella no. No directamente, al menos.Justo entonces, colgó. Pude sentir en la expresión de Johnny el pánico más absoluto que había presenciado en toda mi vida cuando me miró, como si hubiese visto en mi mirada el mismo infierno asomando a la tierra. Me abrazó de forma súbita y repentina, suspirando después, y aproximó mi cuerpo, con fuerza, al suyo.
—Por favor, JunOh, no dejes que te hagan nada. Confío en ti, en tus capacidades para cuidarte sola. Si en algún momento no estoy para dejar que me destrocen a mí por ti, por favor, evita que te hieran.
—Johnny... —Murmuré, frotando su espalda con la mano zurda.— No necesito que te dejes destrozar por mí. Lo único que necesito es tu apoyo. Vamos a partirle el culo juntos, ¿verdad? Vamos a salir de esto. Y te prometo que trataré de evitar a toda costa que te lleves un solo golpe por mí.
—Está bien... Confío en ti.Se separó de mí un poco y nos miramos, en silencio. Le sonreí y, poniéndome de pie luego, me desperecé.
—Voy a por comida. ¿Quieres algo? —Inquerí, bostezando posteriormente.
—Sí... Creo que hay una bolsa de Doritos en un estante. Tráelos, por favor.Fui a la cocina y, en cuanto llegué, me apoyé sobre la encimera. Necesitaba asimilar aquello. La reconciliación con Johnny había sido agradable y maravillosa, me había alegrado el día... Pero aquella llamada había sido como un duro golpe en las costillas, justo en donde más hubiese dolido.
Aquella noticia de Taeyeon había resultado sobrecogedora. Cierto era que tenía miedo, pero no podía ni quería flaquear; yo no era una llorica o una debilucha y jamás lo había sido, de modo que planeaba luchar contra los problemas pasase a lo que pasase. No pensaba rendirme tan fácilmente y dejarme herir por una mujer como aquella que, despiadada como se mostraba ante nosotros, hubiese hecho cualquier cosa por destrozarnos la vida completamente.Si yo creía en mí y él lo hacía también, ¿qué podía salir mal?
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Para mí. ✎ Johnny 「NCT 127」 fanfic.
FanfictionTe vi, me viste. Te conocí en aquella parada de autobús; hacía mal tiempo, pero fuiste tú quien pareció hacer desaparecer la tormenta y quien me ayudó a ver el sol de nuevo.