Lo malo había pasado. Eso creía. Eso parecía. ¿Sabéis cuando todo os va tan bien que solo puede empeorar? Llegué a ese punto y, como me temía, acabé cayendo del trono en que la vida me había colocado.
Johnny se recuperaba de sus heridas a la perfección, yo igual. JiYoon mejoró muy rápido y seguimos viéndonos como siempre. Las cosas con YuGyeom parecían irle mejor que nunca, aunque de vez en cuando siguiesen lanzándose zapatos el uno al otro, o intentando sacarse los ojos por el último trozo de tarta. Seguían siendo entrañables.
El problema llegó con Johnny.
Hasta donde yo creía saber, él había sido trainee para la SM, una discográfica realmente famosa internacionalmente. Había dejado un poco de lado los ensayos tiempo atrás por una operación de su madre; había sido entonces cuando nos habíamos conocido. Al final sus vacaciones se habían alargado más de la cuenta porque, según él, "tenía sus propios motivos, que ya me diría con el tiempo"... Pero la felicidad se agotó con el tiempo. Unos meses después del incidente (y de que la indeseable nos hubiese dejado tranquilos), recibió una llamada. Aunque no tenía guardado el número pareció reconocerlo, decepcionado.—¿Sí? —Murmuró, descolgando.
La conversación duró poco. Lo siguiente que hizo Johnny (y me asusté, porque nunca le había visto tan enfadado) fue patear la pared y chillar luego. Se giró entonces y me miró, dolido, a punto de echarse a llorar. Se acercó al sofá en el que estaba sentada, hablando a medida que venía.
—No quiero cagarla. No ahora. No tras haber conseguido tenerte a mi lado. —Parecía rezar, casi como si hubiese perdido toda esperanza.
—No vas a... —Quise consolarle, pero no me dejó.
—Sí, voy a cagarla. Tengo que volver a empezar como idol. Tengo que volver al trabajo. Y dejarte de lado. Dejarte mucho, mucho de lado. Envolverte en escándalos. Herirte. Y...No le dejé terminar. Me dolía verle así, de modo que le abracé con fuerza. Tal fue su sorpresa que se calló de golpe y correspondió. No lloró; nunca lloraba. Había dejado de hacerlo mucho tiempo atrás.
Estuvimos hablando un buen rato. Me confesó todo lo que había logrado ocultarme hasta entonces: aquella no era la ciudad en la que vivía, solo en la que había estado ingresada su madre. Era el mejor lugar para esconderse pues estaba lejos de los fans y no le habían encontrado. También me dijo que si había tomado la decisión de extender su tiempo de descanso había sido solo para tener una vida tranquila conmigo y que, esperando que no le molestaran en un tiempo, había preferido no decirme nada. Me explicó muchas cosas y yo, que no supe en ningún momento qué responder, solo pude sentir tristeza. Se iba. Se me escapaba.
—Entonces... ¿Cuándo empiezas? —Pregunté.
—En menos de un mes. —Murmuró, cogiéndome de ambas manos.
—¿Vas a dejarme? —Mascullé.
—Por supuesto que no. —Por primera vez en un buen rato, oí que su voz mostraba confianza.— Te amo, y ni la fama puede cambiar eso.Recé por que fuese cierto. Si bien no llevábamos mucho tiempo juntos, le amaba con todo mi corazón y aquellos meses a su lado habían sido los más felices que había vivido en mucho tiempo. Mi vida hasta entonces siempre me había parecido un completo desastre; entonces llegó él. Reordenó mis pensamientos y me recordó sentimientos que llevaba tiempo sin sentir. Si se iba, me destrozaría.
—Te voy a echar de menos. —Le dije.
—Y yo a ti. —Me dijo.Se inclinó sobre mí. Me besó. Me recordó en parte a los besos que me había dado en nuestros malos momentos: lentos, tristes y cálidos. Me besaba con cuidado, quizá con cierto miedo de que me desvaneciese entre sus dedos; y así le besé yo a él. Sus manos recorrieron mis costados hasta frenar en mi espalda, las mías llegaron a sus hombros. Tras un beso largo, sin prisa, me miró a los ojos, pidiendo permiso en silencio. Asentí, no hizo falta más. Me recosté sobre el sofá y sobre mí vino él.
—Te quiero. —Murmuró, empezando a levantarme la camiseta.
—Y yo a ti. Más que a nadie. —Murmuré, dejándome desvertir.
—Si esta es la última vez, JunOh... Espero que sea inolvidable.
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Para mí. ✎ Johnny 「NCT 127」 fanfic.
FanfictionTe vi, me viste. Te conocí en aquella parada de autobús; hacía mal tiempo, pero fuiste tú quien pareció hacer desaparecer la tormenta y quien me ayudó a ver el sol de nuevo.