- 8 - B-ba-baño?!

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-Claro que no! Es adorable - acarició mi cabeza -

-_____... Prepárate para esta tarde, iremos a promocionar con el señorcito, lo que digo es ley - reí y él se marchó -

-Qué le parece ir a tomar algo de leche? - asentí -

Me cargó en sus brazos, me aferré a su brazo con mi cola y rodeé su cuello con mis brazos.

-Su cola es muy suave - comentó - Sabe? Primero hay que bañarla - lo miré negando, fue un movimiento involuntario - su piel se erizó - sonrió - A bañarla, será divertido - negué y traté de separarme pero no podía.

-Sueltame! - negó y seguimos yendo hacia su habitación, grité - ¡¡Ciel ayúdame!! ¡¡Este monstruo me quiere bañar!! - me cargó en su hombro.

Al entrar en su habitación, cerró la puerta con llave, me dejó en la cama y me miró, parecía enojado.

-Gata mala - gruñó, me quedé quieta viéndolo - bien, ahora - suspiró - la bañaremos y tomará algo rico, si? - negué -

-No quiero bañarme! Y tú menos lo harás - me crucé de brazos, pero sentí que volvió a cargarme, quitó mi falda, forcejee pero recibí un golpe en mi parte trasera -

-No no - escuché - Tranquilicese, el agua no es tan mala como piensa -

-Claro que lo es! Es... Estraña y mojada - rió - no es gracioso! -

Me aferré a su cintura con mis piernas, en un momento de distracción quitó mi blusa, traté de volver a tomarla pero la tiró fuera del baño y cerró la puerta.

Se sentó conmigo encima del retrete, prendió el agua y comenzó a salir, negué aferrándome.

-Para adaptar a una minina, hay que asegurarse que el agua esté caliente, ya que... - me miró - les recuerda al calor corporal de su amo- me besó y sonrió - que linda-

-A-amo? - asintió -

-Yo soy su amo, pero descuide, no me acostumbraría a algo así -

-Y yo no te diría de esa forma - achinó lo ojos, acercó la mano al agua y me salpicó- basta! - grité y me aferré - N-no me gusta! - rió -

-Bien, tome aire -

-Soy un shinigami - lo miré - no respiro -

-es una gatita- sonrió -

-No lo soy! - me tiró de la cola - ¡au! No ves que duele?! -

-Lo sé - dijo - ahora, quédese quieta - sentí un paño con agua en mi espalda, lloriqueé pero no servía.

Él no paraba, trató de que deje de forcejear con simples besos tiernos, me callé unos segundos hasta que noté que... No era tan malo.

Incluso, llegó un momento en el que me gustó la forma en la que Sebastian me acariciaba con el agua.

Me sujetó y me dejó parada en el suelo, me besó y sentí como bajaba mis bragas, luego quitó mi sostén, me cubrí, me tomó de la cintura y fue metiéndome en la tina lentamente, hasta que quedé sentada allí.

-Muy bien - sonrió - ahora, vamos a bañarla -

Después de lavar mi cabello, me quedé un rato en la tina y jugué con la espuma, Sebastian parecía feliz.

Luego me sacó de allí cuando protesté de que el agua estaba un poco fría.

Al llegar a la cama, me metí debajo de las cobijas con toalla y todo, Sebastian se acostó a mi lado para abrazarme, dijo que era común y que me acostumbraría, yo no quiero acostumbrarme, quiero ser una Shinigami de nuevo.

Al final, besó mi nariz y fue a buscar mi ropa.

Dos horas más tarde, ya estaba lista para salir, Sebastian me había vestido como una muñeca, tenía una falda a unos cuatro o cinco dedos de la rodilla, era pomposa y... Rosa, un rosa pálido, al igual que la blusa, era corta y a cuadros que a penas se notaban, ya que eran blancos.

Sebastian había comentado que yo tenía que enamorar a las personas, darles caramelos y animarlos a comprar los dulces y peluches de Ciel

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Sebastian había comentado que yo tenía que enamorar a las personas, darles caramelos y animarlos a comprar los dulces y peluches de Ciel.

-Bien! Todos al carruaje, Aleister ya miró las fotografías y envió una carta, más que emocionado - me miró, le sonreí, estábamos en la sala, debíamos esperarlo, Sebastian dijo;

-El Señorito es el que manda, así que nosotros debemos esperarlo - asentí mientras bajábamos las escaleras.

Al final, Ciel negó, mi sonrisa se borró.

-Yo... Aleister querrá hablar contigo en privado - Sebastian me tomó de la cintura -

-Señorito, no permitiré eso, al menos que me deje mirarlos, no aceptaré - lo miré, me cubrió la boca cuando vió que iba a protestar -

-Sebastian, no me interesa si ella quiere o no o si tu la dejas o no, solo serán unos minutos, entiendes? Si no sale en 5 minutos la buscas, bien? Bien, ahora vámonos, debo decirte qué harás allá -

Tragué en seco, salimos de allí y Sebastian se puso enfrente de mí, Ciel solo se fue hasta el carruaje, saqué mi cabeza un poco.

O-oh.

Esto no es bueno.

Gata por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora