- 10 - Trato? Por Mí?!

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Me besó, reí y me acerqué un poco más, pero grité al sentir que alguien jaló mi cola fuertemente.

-Lo lamento petirroja! Y también lo lamento por ti mayordomo, pero la necesito - me tomó de la mano y me jaló - mañana, necesito que tú, cariño, seas mi novia en una fiesta, ya que, muchos hablan de ti, no hay casi ningún comentario negativo, y mañana publicarán en el periódico este evento, será divertido, tú, petirroja, serás muy reconocida, necesito más respeto, por lo que... - me sonrió - haremos un trato, miró a Sebastian - se lo diré sin él aquí - negué -

-E-es... Yo no...

-exactamente - riñó serio y me jaló hasta el puesto de Ciel, él nos miró después de terminar de escribir en una libreta.

-Qué ocurre? - sonrió falsamente-

-Te haré un trato Ciel - encarnó una ceja, Aleister me tenía agarrada del brazo muy fuerte, me dolía y no podía soltarme - Ella hace de mi novia en el baile de mañana y yo te daré publicidad - sonrió -

-Ammm, claro, por qué no - volvió a pegar la mirada en la hoja - por cierto, no le jales la cola, le duele - decía distante - bien, vete Aleister, ya tienes lo que querías, ya tengo lo que quiero, mañana ella estará en tu fiesta - sentí que su agarre se profundizó -

-Bien, es un trato, nos vemos mañana petirroja, por cierto - me atrajo rápidamente y besó mis labios de forma fugaz para luego soltarme e irse.

-Duele! - gemi y acaricié mi cola, sentí a Sebastian detrás, la acarició tomando mis muñecas suavemente con una mano, comenzó a besar la marca en mi brazo que Aleister había dejado, suspiré, aún olía delicioso, quería abrazarlo, pero aún me dolía y me gustaban sus caricias.

-Mañana, necesito que vayas para esa fiesta... Ay... Un error de cálculo, este no es un 3, es un... No-

-Q-qué? No quiero ir - me miró unos segundos -

-Es tu culpa por ser tan... Tan tierna y eso - tachó algo en su libreta - por cierto, gracias, gané mucho -

-Sebastian... No quiero ir - lo miré -

-Lo lamento bebé - me besó -

-Ahg! Son demasiado melosos - me miró - tú, siéntate y Duérmete o... Yo que sé, necesito que se vayan o algo, por lo menos unos minutos - Sebastian me abrió la puerta y salimos.

Caminamos un poco por el lugar.

-Sebastian, quiero leche - rió - qué ocurre? - lo miré -

-Nada princesa, le daré su leche en casa, si? - asentí -

-Antes no me gustaba, no entiendo, ahora me encanta - acarició mi cabeza -

-No ha comido los dulces verdad? - negué -

-Me dijiste que no los comiera - me miró y se detuvo -

-Abra la boca - la abrí, él tocó mis colmillos - bien, todo correcto, pero, crecieron un poco, pensé que se había terminado todo hace un tiempo - me besó de nuevo - no le duele nada? - negué pero miré mi brazo - lo arreglaremos en la mansión, se le quedará una marca si no lo curo -

-Gracias - murmuré - quiero irme, tengo... Sueño - lo abracé - te odio, debería odiarte, por qué no puedo odiarte? - rió -

-No lo sé, tal vez... Es mi aroma - me besó la frente -

-Amo tu aroma - dije en un murmuro - tengo hambre - lo miré -

-Bien, vayamos a ver al Conde -

Al volver, Ciel estaba dormido, Sebastian lo cargó y cerró la tienda, comenzamos a caminar hasta llegar a un callejón.

-Quédese aquí, volveré en unos minutos de nada, no se mueva, me ha oído? - asentí -

Él se fue corriendo a su velocidad.

A los segundos, vi unos gatos acercarse a mi, instintivamente sonreí y me senté, muchos se acercaron y rasguñaron un poco mis piernas pero eso por alguna extraña razón no me molestaba. Estaba tan entretenida que no vi a Sebastian, lo miré.

-Qué ocurre? -

-Nada Gatita, vamos - me cargó y sentí unos golpecitos en mi parte trasera -

-Oye! -

-Es que se ha manchado con polvo - rió - listo, pero la volveré a bañar -

De ahí, solo sentí el viento en mi cara y en un momento se detiene.

Estabamos en su habitación, me bajó.

Se agachó y...

Gata por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora