Gata por equivocación

- 11 - Celos

Se agachó y bajó mis pantimedias, quitó mi blusa y mi falda.

Se me había erizado la piel luego de sentir cómo acariciaba mi cola, me cargó hacia el baño y me dejó en la tapa del retrete, prendió la ducha.

-Y vuelvo, quieta aquí mismo - besó mi cabeza y se fue.

Suspiré y quité mi ropa restante, me adentré y me senté allí.

Cerré la ducha luego de un rato.

A los minutos Sebastian volvió, me miró.

-Hey! - reí - Señorita... Sabe que me gusta bañarla, no entre mientras no estoy - hice un puchero, nada- no me convence, veamos, vamos a quitar a ese señorcito de su piel, me da fatiga, lo aborrezco de sobremanera - dijo y se acercó a limpiarme con una esponja -

-Estás celoso? - me miró de reojo -

-Claro que lo estoy, usted me pertenece, es mi gatita, no suya ni de nadie más, no me gusta que toquen lo que es mío, y menos que la lastimen - miró mi brazo - voy a besarla hasta que se duerma, luego la curaré - me sonrió -

-De tu propiedad? Dónde firmaste eh? - dije algo molesta -

-En su piel, con mis besos, supongo que eso es más que suficiente a menos que desee algo más íntimo, claro que... No me importaría en lo absoluto - sonrió pícaro -

-No, no quiero -

Al salir de la tina, me envolvió en una toalla y me llevó hacia la cama, se fue hacia el armario y volvió con una blusa larga color rosa, y obviamente ropa interior.

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Me levanté algo cansada, sentí ese delicioso olor de nuevo.

Caminé hacia fuera de la habitación, luego lo seguí.

Al final, entré a la habitación de Ciel.

Él estaba acostado, durmiendo. Así que me acerqué silenciosamente ¡y me tiré encima!

-Hey! Oe! Qué haces?... Yo... - me acomodé a su lado - Qué se supone que haces?

-Tienes un delicioso aroma! - me aferré - qué rico Ciel -

-O-oye... Y Sebastian? -

-No lo sé -

Al poco rato, Ciel comenzó a acariciar mi cabeza.

-Linda Gatita, vete - reí - por qué ronroneas? -

No contesté.

-Vete ya - susurró - bien, quédate, yo dormiré -

Sonreí.

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-vaya vaya, ¿qué tenemos aquí? - abrí los ojos -

-Sebas! - él me tomó en sus brazos -

-Hola gatita - me besó - Cómo le fue con el Conde? -

-Muy bien - lo abracé -

-Sí, claro, por qué me pusiste eso - Ciel miró a Sebastian -

-Es que.. Debía de hacer algo, y me llevaría algunas horas, y sabía que mi pequeña despertaría antes de tiempo, así que... Puse unas gotas - se encogió de hombros - bien princesa, vamos a vestirte - puso cara de asco - para que un payaso la contemple - comenzó a caminar - no deje que la bese, no lo deje, me ha escuchado? Esto es estúpido, irrelevante - lo besé en los labios - ahora no cariño, estoy más que molesto - me dejó en la cama y la puerta se cerró de golpe mientras él se iba hacia el closet -

-Sebas...

-Basta, cállese un momento - trajo un vestido rojo, tenía un degradé en negro, de abajo hacia arriba. Lo dejó a mi lado y comenzó a quitar mi blusa, lo detuve-

-No me toques - retrocedi - Estás enojado? No me toques - suspiró -

-Deje de actuar como un gato por un solo segundo - se cruzó de brazos-

-Tú querías que fuera tu gato! Esto es tu culpa -

-¿Mi culpa? Usted es...

-¡No me importa! Es tu culpa porque... Si me hubieras matado antes no estaríamos aquí - una lágrima se me escapó - y... Y ahora tengo una maldita cola que todos jalan y me duele! - lloriqueé - N-no quiero ser un gato, n-no... No quiero, me lastiman y piensan que no me hieren - trató de acercarse pero negué - voy a... Voy a salir a... Pasear - negó -

-No lo hará, solo cálmese -

Negué, caminé fuera de la habitación sin mirarlo.

Sebastian me seguía. Bajé rápidamente las escaleras.

Cuando me fui de la mansión, me detuve al mirar hacia arriba, iba a llover.

-Señorita por favor...

-Vete, déjame sola -