Ramaela

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Entré a casa había llegado del colegio, fuí a la cocina por jugo, lo terminé y subí las escaleras. 

Oía pequeños gemidos.

Y sabía exactamente de donde provenían, la habitación de mi querido hermano, Ramiro. La abrí me daba igual cualquier cosa que hubiera encontrado allí no me hubiese sorprendido.

Encontrarlo follando con mujeres, haciendo orgías, que mas daba, como mis padres nunca estaban en casa, él lo aprovechaba. En cambio yo con mis 18 años, había perdido mi virginidad con mi ex novio que la verdad era un completo idiota y mujeriego. 

Como mi hermano.

Llegando al punto, abrí su puerta encontrándome con mi hermano desnudo y masturbándose.

Baje la vista hacia su pene, era grande y grueso, sentí un leve cosquilleo en mi vagina.

- ¿Qué haces parada ahí idiota? - Dijo sacándome del trance.

- Oh tus putas se aburrieron de ti hermanito? - hablé con un tono burlón.

- Vete y no jodas - gruñó, no era extraño que me trataba así nunca nos llevamos bien.

- ¡Adiós! - Dije haciéndole fuck you.

Entré a mi habitación sintiéndome rara, excitada. No se que me sucedió ahí dentro, por qué me sentí así.

Saque esos pensamientos de mi cabeza y me metí a bañar.
Me imaginaba a mi hermano tocando mis pechos lamiéndolos. 

Inconscientemente estaba tocándome.

Narra Ramiro

No se por qué había actuado de esa forma mi hermana hoy, ella siempre me encontraba en situaciones así, pero esta vez se quedó mirando mi pene relamiendo sus labios. 

Eso me había exitado.

¡Pero que digo por dios! Creo que la falta de sexo me esta volviendo estúpido.

Ni siquiera termine masturbandome solo lo deje y ya me parecía absurdo. No encontraba mi camiseta preferida, seguramente mi querida hermana la tomó, siempre las usa para dormir.

Fui a su habitación, oí la ducha, entré igual total hay cortina.

- Oye donde dejas. .. - No terminé la oración, no había cortina, ella se encontraba con su cuerpo mojado, sus ojos cerrados, masturbándose y gimiendo ¡¿mi nombre?!

No lo podía creer esto era de locos, sentí mi miembro palpitar en mi pantalón, no podía creer que tuviera tan hermoso cuerpo. Dios esto era malditamente caliente.

Narra Micaela

Sentí la puerta del baño abrirse, no le dí importancia estaba por llegar a mi tan preciado orgasmo.

Llegé gimiendo el nombre de mi hermano, hacía mucho no me tocaba, me había gustado.
  
Abrí mis ojos y allí se encontraba mi hermano mirándome descaradamente mordiendo su labio, con un gran bulto en su pantalón.

- ¿Q-que haces aquí ? - Dije cerrando el agua.

- Te venía a pedir mi camiseta, pero esto es mucho mejor - Dijo mirando mi cuerpo.

Inmediatamente cubri mi cuerpo con mis manos, aunque era casi imposible no había traído una maldita toalla.

- Oírte gemir mi nombre me puso mucho - Dijo mirando su erección.

- Hmm..m yy.. yo, sabes qué? Dejalo - Me daba igual que el fuera mi hermano, lo tome de su rostro y lo bese.

Me correspondió, tomandome por la cintura bajando sus manos por mi trasero apretando mis muslos. Me subió a la encimera del baño apoyando su erección en mi vagina haciendo que soltara un gemido, tome su pantalón y lo quite dejando a la viste su gran miembro.

Lo tomé de la mano y fuimos a mí cama.

Me metí en sus piernas, tome su miembro masajeándolo.

- ¿Quieres que lo haga? - Dije mordiendo mi labio.

- Si p-por favor, no puedo más - Dijo desesperado.

No espere más, lo lami completamente, el no paraba de gemir.

Pare y me subí encima suyo..

- Te quiero dentro mio, y que me hagas disfrutar como a todas - Dije excitada.

- Tú no eres cualquiera, lo hare mejor que nunca hermosa - Dijo mirando a mis ojos.

Lo besé. 

Puse su pene en mi entrada, solo rozandolo haciendo que se volviera loco, quería que suplicará.

- Vamos por favor - Dijo, y eso era lo que quería.

Lo metí de una sola sentada, sintiéndolo dentro era muy grande, empecé con movimientos de arriba a abajo.

- Estás t-tan estrecha - Dijo excitado.

Lo hice aún más rápido, tomándome de su cabeza, gimiendo en su oído.

Me giro quedando debajo, me penetró duro.

- M-más rápido - Dije, aumentó las embestidas.

- M-me v-vengo - jadeó.

- Yo igual hazlo dentro de mí - Dije rápidamente.

Largó un gruñido, sentí su cálido líquido dentro de mi y mis paredes vaginales contrayendose al rededor de su pene.

- Me encanto fue el mejor sexo de mi vida - Dijo con una sonrisa en su cara.

Se vistió y se levantó de la cama, dejo un beso en mi frente y se fue a su habitación.

Solo fue esa noche, nunca más lo repetimos, creo que fue por la calentura que ambos teníamos.

Ahora nuestra actitud cambio un poco entre nosotros.

Nos queremos más. Y pasamos tiempo juntos como hermanos...


Cortos CombateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora