Paioedo

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Hoy por fin mi sueño se cumpliría, después de tantos años de trabajar duro, hoy viajaría a España, estaba realmente feliz.

Se preguntarán ¿A que voy allá? Bueno, lo primero es que fue mi sueño desde chiquita. Además me encantaba esa ciudad, era hermosa por lo que había visto en Internet, por suerte tenía a mi tío viviendo aquí, así qué me quedaría en su casa.

Me encontraba en el aeropuerto esperando la hora para abordar ese avión.

Por fin luego de esperar 20 minutos, escuché por los altavoces que mi vuelo estaba por salir, tome mis cosas y fui.

Me hicieron pasar por el detector de metales, y el maldito hombre que estaba allí aprovecho y me manoseo toda.

Entregué mi boleto y por fin ya había subido. Busque mi asiento designado y allí ya había un chico de unos 25 años, me senté a su lado y me regaló una sonrisa coqueta. Se la devolví, era muy guapo el niño, a pesar de tener 28 años me atraía que sea menor que yo.

No había muchas personas en este vuelo, por lo que a penas aborde, el avión comenzó a elevarse.

Eran las 8 de la mañana en Argentina, se veía el cielo despejado, yo estaba muerta de sueño, así  que pensaba dormir todo el viaje.

Mis ojos se cerraron solos y me dormí profundamente.

Habré dormido 3 horas, de las 7 horas de vuelo, aún faltaba.
Me despertó mi compañero, se removía incómodo.

Y como no, me di cuenta que estaba a espaldas de él y mi trasero estaba casi en sus piernas.

- Perdón - Me acomode.

- Tranquila - Sonrió, sentí su acento raro, pero no le dí importancia.

Las luces estaban apagadas, tenía algo de calor y me saque mi campera (chaqueta). Debajo solo traía una musculosa blanca. Sentí la mirada de mi compañero.

Estaba aburrida y el sueño se me había ido ¿Por qué no jugar un rato?
El se había acomodado para dormir, su cara quedó hacia el otro lado.

Mi mano se posó en su paquete, dándome cuenta que su miembro estaba adormecido. Mi mano se adentro por dentro de su remera, sintiendo su pecho duro y unos abdominales marcados. Mi temperatura corporal comenzó a elevarse, sabía que él estaba despierto, su rostro giró y me miró con una linda sonrisa, no se hacía rogar.

Mordí mi labio inferior, y comencé a masajear su miembro por encima del pantalón, cada vez lo sentía más grande y mas duro. Mi sexo comenzaba a mojarse solo por la pija de ese pendejo.

Por suerte al lado de nosotros no había nadie, solo unos abuelos a unos asientos más adelante, pero estaban dormidos. Desprendí su pantalón y baje el cierre, vi el elástico de su bóxer Calvin Klein ¿Este de donde salió? Me pregunté, definitivamente este chico no era de Argentina.

No le di más importancia, y como pude saque su miembro, a mi vista quedó un pene de unos 18 cm de largo y muy ancho. Estaba por meterla a mi boca, su mano me detuvo.

- Nos p-pueden ver -

Hice caso omiso a su comentario, y metí su miembro en mi boca. Él se tomó fuerte la manija en donde se apoyan los brazos, comencé a mamarsela como si mi vida dependiera de ello, saqué sus testículos y los succioné recibiendo un jadeo de su parte.

Tomó mi cabello con fuerza jalando hacia abajo y dando embestidas, su desesperación me insinuó que le faltaba poco para venirse.

Pare y el me miró con enfado.

Desprendí el cinturón, y baje mis jeans junto con mi ropa interior. El abrió sus ojos sorprendido.

- ¿Qué? Primero quiero que estés dentro mío -

Cortos CombateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora