Cortos Combate

Bruigna (I)

Hoy iría a visitar a mi padre, me quedaría unos días allí para pasar tiempo juntos.

Mis padres se separaron cuando tenía 15 años. Su divorcio no me afectó, ya era un poco madura y entendía.

Toqué el timbre de la grande mansión y ahí estaba mi padre de traje como siempre. Lo amaba tanto.
Salte a sus brazos estuvimos así unos minutos hasta que nos separamos.

- ¿Cómo has estado mi niña? ¿Los estudios que tal? - Dijo papá

- Muy bien, por suerte - El estaba pagando mis estudios y un departamento.

- Bueno me alegra saber lo hija, debo ir al trabajo, arriba esta tal y como la dejaste la última vez -

- Está bien papá, te espero para la cena -

Dejé un beso en su mejilla y subí a mi habitación, me cambie la ropa y me saqué el brasier era mucho mas cómodo, me puse una remera que quedaba debajo de mis muslos.
  
Estaba muy aburrida, revise mis redes sociales, nada bueno.

Escuché el timbre.

Baje rápidamente para ver de quien se trataba.

Cuando abrí la puerta una brisa fría recorrió todo mi cuerpo haciendo que se me erizara la piel. Cuando me fije quien era quede con la boca abierta.

Era un hombre parecía tener unos 27 años, iba de un elegante traje azul como los que usa mi padre, una barba que parecía bien recortada y unos lentes de sol Ray Ban el me recorrió con su mirada y dijo.

- Disculpa, ¿se encontraría el señor Vigna? - Dijo con su voz grave, este hombre si que era caliente.

- Oh si mi padre, el salió. Fue a su trabajo ¿Quiere que le diga algo? - El me quedo mirando con asombro.

- Con que eres su hija, no lo sabia lo siento. Soy Bruno Sainz Micheli. Un buen amigo de tu padre - Dijo estirando su mano.

Valla esto se ponía bueno.

- Un gusto Florencia Vigna - Dije estrechando su mano, era grande y parecía ser muy fuerte.

- ¿Quieres entrar a esperarlo? -

- Claro, gracias - Dijo.

La curiosidad me ganó y le pregunté su edad.

- Espero que no te moleste, pero ¿que edad tienes? - Pregunté tímida.

Solto una pequeña risa, su sonrisa era hermosa.

- Tengo 30, ¿y tu pequeña? -

- 19 - Respondí.

Me gustan los mayores dije en un susurro para que no me escuchara.

- Oye, ¿tienes frío? - Su pregunta me extrañó, por lo que lo quede mirando extrañada.

Se dio cuenta de ello y bajo su mirada hacia mis pechos.

Ya lo entendía mis pezones, se notaban por la brisa de hace unos segundos.

- Oh, no ya se va a pasar solo necesito calentarme - Dije en tono juguetona.