Nazaloigna

3.7K 41 19
                                    

- Qué lindo día - Suspiré mirando el cielo celeste.

- Si - Respondieron al unísono, mis dos amigos.

Habíamos salido a tomar un helado, a una plaza de aquí cerca. Estaba comiendo mi helado, sintiendo sus dos penetrantes miradas en mi.

- ¿Qué tanto ven? - Los miré.

Ellos mordían sus labios provocadores y me miraban con morbo.

- ¡Como chupas ese helado! No me quiero imaginar lo que le harías a mi amigo de aquí abajo - Suspiró.

Alguien estaba a falta de sexo, aunque debía admitir que ese comentario no me desagrado para nada.

- ¿Tú crees? - Sonreí, volviendo a chupar el helado, haciendo que ellos suspiraran.

Gonzalo y Nacho, tocaban sus entrepiernas. La mano de Gonzalo fue al paquete de Nacho, haciendo que este jadeara.

Sonreí.

- Chicos, nos pueden ver - Me acerqué a Nacho.

Lo teníamos rodeado, Gonzalo estaba a su derecha y yo a su izquierda. Ambos nos sonreíamos mientras nuestras manos tocaban el duro paquete de Nacho.

- Chicos, ya es hora no puedo más - Dije con mi voz ronca de la excitación - Quiero perder mi virginidad con ustedes, con los dos -. Ellos abrieron su boca sorprendidos.

Pero sonrieron perversamente y asintieron.

Lo más rápido que pudimos, salimos corriendo de allí hacia la casa de Nacho.

Al llegar, como Nacho dijo, no había nadie, cerró la puerta con seguro y comencé a besar a Gonzalo.

Nacho quitó su camiseta, yo y Gonzalo lo imitamos.

Subimos las escaleras entre risas y manoseos. Ambos tres nos tiramos en la cama, yo quedado en medio.

Besaba a Nacho, sintiendo como Gonzalo lamia el lóbulo de mi oreja, sus manos tocaban mi trasero por encima del pantalón de jean.

Me levante de la cama y ellos se quedaron acostados. Comencé a quitar mis prendas una por una, al llegar a mi ropa interior me detuve y volví con ellos.

- Esa era la mejor parte - Susurro Gonzalo en mi oído.

Reí.

- Eso se los dejo en sus manos - Los miré a ambos.

Mordieron sus labios.

Quité el pantalón de ambos, quedando todos en ropa interior. En esos dos boxers se marcaban dos grandes y duras erecciones. Sentí mi centro palpitar, jamás había visto algo así.

Me acerqué algo temerosa, pero estaba segura de que quería hacerlo.

Baje ambos boxers, sorprendiéndome.

Dos grandes penes salieron disparados, debían medir 20cm ambos, me dio algo de miedo. Aún más sabiendo que sería mi primera vez. La punta de sus penes tenían líquido presiminal. Me acerqué y lo lami a ambos, ellos jadearon, robandome un suspiro.

- Vamos nena - Ordenó Nacho. Parecía ser el que manejaba está situación.

Primero metí su gran trozo de carne en mi boca, tratando de no lastimarlo ya que no era demasiado experta. Y con mi mano libre masturbaba a Gonzalo, e intercambie ahora tenía el trozo de carne de Gonzalo en mi boca.

Podría decirse que mi boca era grande, por lo que no me era muy difícil. Besé su punta y lo fui introduciendo lentamente hasta que sentí que tocó mi garganta, dándome una arcada.

Cortos CombateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora