34. La más grande de las luchas

2.7K 218 70
                                    

Robin condujo su moto hasta la carpa del Haly's Circus, el punto final del mapa. Finalmente había llegado la hora de la batalla final. Robin bajó de su vehículo y se quitó el caso para lanzarlo al suelo. Le daba igual si este se dañaba, dudaba muchísimo que volviera por él. "Quizá Chico Bestia finalmente tendrá su moto" pensó Robin, y sonrió sin ganas.

Miró el revólver y lo cargó. No había manejado tantas armas de fuego en su vida pues su fuerte eran las artes marciales, pero sabía usarlas y tenía buena puntería. No tenía idea de quién era su objetivo, y eso era lo único que le preocupaba, ¿sería Zucco, el Guasón, algún otro villano? ¿Alguien con mejor entrenamiento en armas de fuego que él? En ese caso no tendría problema en volarle los sesos a nadie.

La carpa del Haly's Circus se veía algo vieja y roída, con agujeros y rasgaduras por doquier. El lugar parecía haber sido abandonado hacía mucho tiempo, lo que le causó pena al muchacho. El lugar donde había crecido se veía tan triste y muerto como él lo estaba por dentro. En la entrada, estaba de pie Mammoth cruzado de brazos, cuidando que nadie indeseado entrara al circo. El hombre sonrió con aires de superioridad en cuanto vio al líder de los Titanes acercarse.

-Traes tu entrada, ¿cierto, Robin?-Preguntó él alzando una ceja. De mala gana, Robin le mostró el boleto que venía en el paquete que le enviaron. Mammoth rió y le cedió el paso al interior del lugar.

-Hasta nunca, Grayson-Dijo Mammoth con una sonrisa burlona. Robin apretó los puños.

Las luces del lugar estaban completamente apagadas y no había absolutamente nada de ruido. La puerta por la que entró se cerró dejando el lugar completamente a oscuras, como si tuviera los ojos cerrados. Intentó recordar las zonas donde se podía caminar en la pista del circo, y avanzó a tientas con su pistola en la mano, buscando el camino correcto. Vio que se abría la puerta del lado opuesto a él, y divisó la silueta de su contrincante entrando al lugar. Tenía una capa, y aparentemente usaba máscara. Robin cargó su pistola y se preparó para disparar, sin embargo no lo hizo. Primero, antes de matar a alguien, tenía que ver quién era.

-¡Damas y caballeros! ¡Hora del espectáculo final de esta Carrera de la Muerte!-Exclamó el Guasón en un micrófono, y entonces se encendieron las luces de manera brusca.

Todos los villanos que los Jóvenes Titanes alguna vez habían vencido se encontraban sentados en las gradas del lugar aplaudiendo y vitoreando, felices de ver caer al líder de los Jóvenes Titanes y próximamente a su equipo. Zatanna y Barbara estaban sentadas en las gradas, observando todo con satisfacción. Habían elegido un nuevo bando.

Recuerdos de los espectáculos de los cuales antes formaba parte, junto con la caída y muerte de sus padres, invadieron la mente de Robin. Nunca creyó que volvería a ese lugar, sin embargo ahí estaba, a punto de morir en el mismo sitio en que sus padres lo hicieron, por culpa del mismo hombre, para que el amor de su vida y sus amigos pudieran vivir. Sintió que el aire le faltaba, su visión se llenó de puntos negros y juró escuchar el latido de su corazón a todo volumen en sus oídos. Intentó mantenerse de pie, sin embargo sus rodillas lo traicionaron y cayó al suelo, aún intentando respirar.

-¡Dick! ¡No!-Exclamó su oponente mientras corría hacia él.

Robin alzó la mirada y vio a Red X corriendo con preocupación a ayudarle. Entonces Jason se quitó la máscara y la lanzó, y se inclinó para ayudar a su hermano a ponerse de pie.

-¿Jason?-Preguntó Robin intentando aclarar su vista.

-¡Amigos míos, hoy estamos aquí para celebrar la Carrera de la Muerte! ¡Nuestros contrincantes son los batihermanos Jason Todd y Dick Grayson!-Exclamó el Hermano Sangre.

Los Jóvenes Titanes: The Biggest FightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora