20. Encerrados

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El almacén subterráneo al que habían movido a Starfire y Tim después de la llamada estaba muy oscuro. La única luz que tenían provenía de algunos débiles rayos de luna que se colaban por algunos agujeros del techo. Tim Drake había deducido que la razón por la cual los habían amordazado para la transmisión, era el hecho de que había gente fuera que podía oírles, y ahora se encontraban bajo amenaza de no gritar ni pedir ayuda, porque de inmediato alguno de los dos moriría.

-Vamos, Starfire, no te duermas. No me dejes solo-Pedía Tim constantemente mientras se las ingeniaba para curar a Starfire. Se había arrancado un trozo del pantalón y con un poco de agua estaba limpiando las heridas de la chica. Aunque le habían encadenado una pierna a la pared, todavía tenía algo de movilidad, y la usaba para cuidar de la novia de su hermano.

-¡Ay! ¡Duele! ¡Más despacio por favor!-Dijo ella cuando él le limpió una herida en la clavícula.

-Ya no falta mucho, Star. Sólo falta la cara-Dijo, mientras con sumo cuidado le limpiaba el rostro.

-Amigo Tim...

-Dime Star.

-No quiero morirme aquí-Dijo ella mientras un par de lágrimas le rodaban por las mejillas. No podía morir. Le había prometido a Robin que iba a casarse con él. A pesar de sus errores, ella lo amaba con todo su corazón, y quería verlo de nuevo.

-Tranquila, Star, no vamos a morir aquí. Bruce y Dick van a sacarnos de aquí-Dijo él-Listo. Ya está. En serio procura no moverte. Si no me equivoco tienes más o menos tres costillas y la clavícula rotas. Y probablemente también te rompiste el brazo.

-Me lo rompieron-Corrigió Starfire, y soltó una risita que le provocó dolor en las costillas.

-De acuerdo, te lo rompieron. El caso es que no debes moverte mucho-Dijo Tim haciendo un cabestrillo con su camisa.

Starfire asintió. De todas maneras, moverse le dolía demasiado, y no pensaba hacerlo en un largo rato. Siguió sollozando, intentando encontrar una posición que no la hirirera. Cuando lo consiguió, y tras comprobar que Tim ya se había quedado dormido, decidió cerrar los ojos, e intentó dormir también. Cuando lo estaba logrando, una voz la sacó de su sueño.

"Starfire, ¿estás bien?"

Estaba feliz de que su amiga la hubiera encontrado de nuevo. La hacía sentir segura, en casa y a salvo.

"Amiga Raven, me duele mucho el cuerpo. Me temo que tengo varios huesos fracturados y numerosas heridas"

"Tranquila Star, estamos buscándolos. Sólo trata de aguantar. Busquen alguna manera de escapar, o de darnos una señal"

"Estamos en total oscuridad, amiga Raven. Nuestra visibilidad es cercana a cero."

"La conexión se está cortando Star. Tengo que dejarte. Sé fuerte. Te queremos"

Starfire miró a su alrededor. No dejaría que su corazón volviera a romperse. Tenía que intentar pensar claramente, aunque el dolor, físico y emocional, fuera cegador. Examinó la penumbra, y alcanzó a vislumbrar un pequeño destello. A pesar del dolor que suponía, y a pesar del grillete que la encadenaba a la pared, decidió arrastrarse hacia aquella cosita brillante. Puso su mano buena en el suelo y comenzó a arrastrarse. Era horriblemente doloroso, pero valía la pena intentarlo.

Finalmente, jadeante y adolorida, llegó, estiró los dedos cuanto pudo y arrastró hacia ella aquella cosita. Cuando la tuvo, se aferró a ella, y cuando abrió las manos se sorprendió topándose nada más y nada menos que con su comunicador Titán. Estaba en su bolsillo y se había caído cuando la encerraron ahí. Nadie lo había visto. Le dieron ganas de gritar de felicidad.

Los Jóvenes Titanes: The Biggest FightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora