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Micaela buscó a Ramiro durante todo el almuerzo pero no tuvo resultados, el joven no se encontraba en ningún lado.
Se dió por vencida y fue a comer su ensalada antes de enfrascarse de lleno en las planillas que tenía que entregar en la tarde. El trabajo la agotaba, era lo que ella amaba pero no quitaba que muchas veces la cansaba.

Erica, una de sus compañeras de trabajo, se unió a ella en el almuerzo. Si bien no eran amigas era la más cercana y con quien más charlaba.

Mica aprovechó la ocasión para investigar sobre su jefa y rival, Fernanda.

Erica le contó que era una mujer buena y simpática, amable con todo el mundo y también le comentó al pasar que no se convencía de la relación que tenía con Ramiro.

- Me sorprendió cuando me enteré que estaban juntos - puntualizó la rubia. - Digo, parecen muy distintos.

- Totalmente - coincidió su compañera - son cero compatibles. No se que onda, solo tengo en claro que llevan mucho tiempo juntos y pronto van a casarse.

Esas palabras quedaron resonando en Micaela... pronto van a casarse.
A ella le gustaba Ramiro, y mucho. ¿Porqué tenía que sentir eso justo por él?

El día se le paso lento, mucho trabajo y muchos pensamientos. Cuando por fin pudo salir se dirigió al estacionamiento en busca de su auto. Tal fue su sorpresa al encontrar allí a Ramiro que se le cayeron las llaves del auto.

- ¿Qué haces acá? - le preguntó ella levantando lo que se le había caído.

- Necesito que hablemos, por favor - le pidió el castaño.

Micaela aceptó y Ramiro se subió al asiento de copiloto.

- Sé que tenía que haberte sido sincero de entrada, perdoname Mica - ofreció una disculpas Ramiro. - Me gustas mucho, solo quería estar con vos.

- Mentiste - lo acusó ella - pero ahora tenes una oportunidad de decir la verdad... ¿porqué estas con Fernanda?

- Dinero y poder - respondió con simplicidad.

- Ambicioso - dedujo la rubia. - No la amas, ni siquiera te agrada.

- Aprendí a disimularlo bien solamente Carla sospecha de mis intenciones, pero Fernanda esta ciegamente enamorada de mi y me cree todo - dijo con soberbia haciendo sonreír a Micaela.

- Así que la utilizas para vivir como un rey - señaló Micaela.

- Vos podrías ser mi reina - puntualizo Ramiro aprovechando que el semáforo estaba en rojo y la tomó por la nuca para besarla.

Porque te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora