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Lo primero que hizo Ramiro a llegar a Buenos Aires fue ir a visitar a Micaela, apenas la rubia le abrió la puerta de la casa, Ramiro se arrojó a ella comiendole la boca y abrazándola fuertemente. Después de una acalorada noche, y de haber satisfacido ambos sus necesidades,se pusieron a charlar. Mientras él le contaba su estadía en Brasil con lujo de detalles, ella lo escuchaba atenta haciéndole cariños en el cabello.
Micaela dudaba si contarle o no la llegada del primo de Fernanda a la empresa, conociéndolo iba enfurecerse y sentirse amenazado por tener a alguien que pudiera quitarle el lugar directivo que tanto deseaba; así que no quería ser ella la causante de un brote de ira del castaño, iba a dejárselo para que su novia oficial se lo contara, que sea ella quién se lo bancara, a fin de cuentas fue Fernanda quién había llevado a Bruno.

Como Ramiro se había quedado a dormir en lo de Mica, al otro día tuvo que levantarse más temprano para ir a casa de Fernanda, le iba a mentir diciendole que llegó anoche y como estaba cansado fue a su loft a dormir.

Micaela siguió durmiendo unas horas más. Se despertó sobre la hora y salió hacia su trabajo, aunque tenía menos tareas ya que había hecho todo lo fuerte en las semanas anteriores, aún tenía unos labores pendientes.

Se topo con Bruno en la puerta y subieron juntos en el ascensor. La rubia se sentía intimidada e indefensa ante la penetrante mirada del morocho.

- ¿Cómo sigue tu tío? - rompió ella el tenso silencio que se había instalado entre ellos.

- Complicado. ¿Te digo la verdad? No creo que supere esto. - respondió Bruno con sinceridad.

- Oh, lo lamento por Fernanda. Debe estar tan devastada. - comentó con falsedad Mica.

- Lo está, estaba repleta de responsabilidades y no podía sola. Por eso vine, a ayudarla. - explicó. - Sé que había mandado a su novio, su mayor pilar, a cerrar un trato en Brasil. La situación la sobrepaso.

- ¿Cuándo regrese Ramiro vas a irte? - preguntó ella directamente.

- Parece como si quisieras echarme - rió él y Mica sonrió tratando de disimular. - No, Fer me pidió que me encargué de la dirección general en un cargo permanente.

Micaela solo sabía una cosa: no quería estar presente cuando Ramiro se enterará de eso.

Porque te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora