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Un nuevo día se asomaba, y esta vez tocaba ir a la oficina del escribano porque era momento de la lectura del testamento.

Fernanda todavía se encontraba compungida y sin fuerzas, para ella era muy pronto pero los abogados habían insistido debido a que la empresa no podía quedarse muchos días sin alguien a la cabeza. 

Por otro, Ramiro estaba ansioso y deseoso. Una vez que todo pasara a manos de Fernanda, era cuestión de semanas para que sea suyo. El matrimonio lo iba a habilitar legalmente a la fortuna Del Solar y a la millonaria multinacional. 

Tanto él como Carla habían acompañado a Fernanda. El escribano los dejo pasar a los tres para escuchar el último deseo de Ramón. 

- Esperemos unos minutos que esta llegando la otra parte - anunció el escribano. 

- ¿Qué otra parte? - cuestiono confundido Ramiro. 

- El señor Bruno Sainz Micheli - contestó - Estaba de viaje en Estados Unidos y tuvimos que contactarlo para que volviera. 

- Disculpen, no sabía que también se requería la presencia de mi primo. No quise molestarlo y preferí esperar que volviera de sus vacaciones para contarle lo sucedido - explicó Fernanda sintiéndose culpable de que Bruno se haya enterado de repente de la noticia por otra persona y estando tan lejos. 

Escucharon unos ruidos y el escribano fue abrir la puerta. Bruno había llegado, se dirigió a su prima y la abrazó, disculpándose por no estar presente cuando ocurrió y no haber podido ayudarla con las cosas. 

- En serio, perdóname, me siento terrible por no haber estado para acompañarte. ¿Porque no me llamaste? Me hubiera vuelto enseguida. - Ofrecía él sus disculpas y condolencias a Fernanda. 

- No quería que te enteras por teléfono, aparte Rama y Car me hicieron el aguante - lo tranquilizó ella. 

- Debemos proceder - habló con firmeza el escribano interrumpiendo la emotiva conversación de los primos. Todos asintieron y se dispusieron para escucharlo. 

Ramiro observaba de reojo a su enemigo. Tantas burlas de parte de Carla y ahora la presencia obligatoria de Bruno en la lectura del testamento lo hacían dudar. Esperaba equivocarse pero intuía que la fortuna iba a estar compartida entre dos, y eso quería decir una sola cosa: menos dinero y menos poder para él. 


Porque te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora