10. Lo peor.

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Después de la gran charla que habían tenido en el café, Elías y Eaton caminaban cómodamente entre las calles oscuras.
Era ya pasada de la media noche, por lo que Eaton le pidió a Elías que si lo podía llevar a su casa.
Pero mientras los chicos iban caminando agarrados de la mano, sin importar que alguien se les quedara viendo, Elías se puso a pensar. ¿Que pasaría si alguien de la casa viera a Eaton? ¿Seria normal? ¿Le preguntarían quien demonios era el chico y que carajos hacia con él? ¿Habría un problema con Chris...?
Y lo recordó. Recordó completamente aquellas reglas que le había comentado Christian un día después de su llegada. Esas reglas que no le parecían nada fáciles de entender hasta que fue Ernesto el que se las explicó en la piscina.

Elías se detuvo.

-Eaton, creo que será mejor que me dejes aquí.

Eaton estaba confundido. Lo tomo de las dos manos y prosiguió.

-¿Por qué? ¿Fue algo que hice mal?

-No, no- Elías lo sujetaba mas fuerte de las manos, como si no quisiera alejarse de él por nada en el mundo- pero siento que no será correcto que llegues de repente. Ya sabes, nadie te conoce y pues... Será... Incómodo.

Eaton levantó las cejas en señal de que entendía.

-Oh, bien, si, ammm, de acuerdo, si. Comprendo. Bueno, ammm -bajó la mirada- se que puede sonar un poco extraño - su voz sonaba nerviosa e intranquila, sujetaba fuertemente las manos de Elías como para darse valor ante la propuesta que tenia planeado hacerle durante toda su charla - Sé que apenas nos conocimos hace algunas horas pero... - volteó a mirar a Elías directamente a los ojos. Al chico le latía fuertemente el corazón- ... La verdad, me caíste muy bien, y quisiera que nos volviéramos a ver en uno de estos días.

Elías quedó sorprendido.

-Podríamos ir a comer o al cine. Hace poco abrieron una nueva plaza cerca del centro y pues tiene pista de hielo por si te gusta patinar pues...

Y sintió el dedo de Elías en sus labios, dibidiendolos a la mitad.

-Me encantaría.

Y fue entonces cuando ambos quedaron viéndose fijamente. Fue ese momento en donde te quedas perdido ante la mirada del otro. Donde solo lo que escuchas son los latidos de tu corazón fuertemente y sientes la respiración agitada.

Se inclinaron lentamente... Y se besaron. Fue un beso tranquilo, donde apenas los labios pudieran unirse. Corto, pero placentero.

-Bien, entonces ¿Te veo el viernes?

Elías sonrió.

-Hasta el viernes.

-Bien, te veo en el café al que fuimos hoy ¿va?

-Perfecto.

-Bien, descansa.

Eaton dio media vuelta y se fue alejando entre las calles oscuras.
El clima no era el adecuado como para quedarse afuera toda la noche, así que Elías se apresuró a llegar a casa.

***
La puerta de la habitación del hotel se abrió fuertemente. Ante ella, penetraron dos chicos (uno rubio y el otro moreno) a la habitación. Comiéndose a besos y descubriendo el cuerpo del otro.

Sin mirar por donde iban, fueron hacia la cama. Acariciándose. Se pasaban las manos entre el cuerpo. Rosándose y sintiéndose mutuamente calientes. Estaban fuera de control querían hacerlo. Se deseaban.

Esteban decidió ser él el que tomara el control. Le quito la playera a su compañero y lo besó en el pecho. Agarraba su trasero con ambas manos y las apretaba. Se le antojaban con solo hacer eso.
El chico le quitó la camisa y ahora fue él quien lo comenzo a besar en el pecho. Seguido del cuello y continuando con los labios.

Esteban alucinaba con todas las cosas que se le venían a la cabeza. Eran actos que quería practicar con él chico. Todo lo que le quería hacer lo pensaba, excitandolo aún mas.

Descendió besando todo su cuerpo lentamente hasta que el sonido de una puerta se escuchó.

-¡Amor ya llegué!

Ambos se quedaron perplejos.

-¡Mierda es mi novio!- soltó el chico, alejándose completamente de Esteban y sujetando su playera para ponérsela.

-¿Tu novio?- preguntó Esteban, con cara de perperplijidad y apresurandose a arreglarse- ¿Y que hace alguien con novio en la fiesta del club?

El chico se acercó a la puerta del cuarto para ver si lograba escuchar los paso de su novio acercarse a la habitación. Nada aún. Significando que tal vez estaba en la cocina preparándose algo o esperando en la sala.

-Pues digamos que me dieron ganas de coger y mi novio no estaba, tuve que buscar alguien y ya.
Ahora, salte por la venta.

Esteban se volvió en falso.

-¡¿Qué?! ¿Estas de broma, cierto? ¡Estamos en el tercer piso! ¿Como mierda prentedes que... ?

-¿Acaso crees que eres el primer chico que sale de la ventana cuando mi novio vuelve? - lo interrumpió, dirigiéndose a la ventana para abrirla- Lo único que tienes que hacer es saltar un poco. Allá abajo esta un balcón, caes ahí y ya después lo demás es tuyo.

-Mi amor, ¿Estas en el cuarto?- se escuchó en el corredor.

Esteban se acercó a la ventana y observó. El balcón estaba a unos cuantos metros de bajó de ellos. Se podía ver perfectamente y creía que era muy fácil para medir el salto.

-Correeee, que ya viene.

Esteban se puso en posición para saltar.

-Espera- lo detuvo el chico para sujetarlo del cuello y plantarme un ultimo beso francés- lastima, besas de maravilla y estas re bueno, hubiera estado bomba coger contigo.

Esteban puso los ojos en blanco y saltó, antes de querer meterle un gran golpe al sujeto.

***

Al llegar a la casa, dijo su nombre a la maquina de la reja que se encontraba afuera, para que le dejara entrar. Cruzo el jardín y llegó a la puerta.

Notó que la luz de la sala de estar estaba prendida. Creo que sentía lo que sucedería.

Ingresó a la casa y fue a la cocina, buscó algo en el refrigerador y no encontró algo que se le antojara. Sacó la leche, busco un plato hondo en la repisa y agarró el cereal.

Tranquilo, comiéndose su cereal, escuchó las pisadas familiares de Christian.

-Veo que llegaste temprano- le dijo, agarró otro plato hondo y se sirvió un poco de cereal también- ¿Estuvo bueno?

-No molestes- soltó Esteban y continuó comiendo.

-Ohh, al parecer a alguien no le dieron hoy. Pero ¿Como? ¿Como es que al gran chico rubio llamado Esteban, no le hayan dado hoy?- miraba al techo y movía las manos extendidas a los costados, como si se dirigiera a Dios para que le respondiera- Si este chico es a toda madre. Valgame que horror. Pero bueno. ¿Quieres que te ayude con tu problema?

Christian se había acercado mucho a él y le insinuaba en el oído. Esteban nada mas trataba de ignorarlo.

-No quiero que me toques.

Christian sonrió.

-Creo que alguien dejó de ser la putita que conocí de antes. Lo peor que le puede pasar a cualquiera.
Pero mira, ahora que lo dices, no tengo muchas ganas. 5 hombres seguido pueden dejarte muy satisfecho.

Esteban se le quedó viendo con prescicion. Christian en cambio, agarró su plato de cereal y abandonó la habitación.

-Buenas noches, Esteban.

La Casa De Los Susurros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora