Tu Me Cambiaste La Vida (Chandler Riggs)

Capítulo 10 "Eres una pequeña zorra"

Dedicación: ally_bravo18

Tomé un poco de aire al detenerme después de correr tanto, odiaba correr, de verdad lo odiaba pero si quería sobrevivir a esto debía hacerlo, me sentía una cobarde completa por salir corriendo, mi corazón latía a mil por segundo, trataba de recuperar el aliento, maldito sea el cigarro, mis piernas dolían, sentía el intenso dolor recorriendo cada parte de ellas, mi pecho comenzó a doler sintiendo una punzada en ese sitio.

Estaba tratando de esconderme, hace unos momentos Chandler me estaba siguiendo, tuve un poco de tiempo para salir corriendo cuando Sam me grito haciéndome reaccionar, tenía ese sonido escuchándose una y otra vez en mi maldita cabeza "Light, corre".

Me senté en el suelo, estaba sudada y demasiado cansada, hice mi cabello hacía mi hombro izquierdo para sentir un poco de fresco, mi cabello era largo y me hacía sudar, comencé a intentar refrescarme moviendo mi mano como abanico, estaba harta del calor y más por mi ropa, siempre usaba ropa larga y holgada, nunca mostrando ni siquiera mis brazos, es como un trauma, temo llamar la atención de chicos, así que me visto muy suelta para que no se distinga mi cuerpo, muy apenas descubro mis manos aún que todos me han dicho que se nota que soy muy delgada, porque mis dedos y mi cara lo es. Y por si se lo preguntaban si, ese trauma también es culpa de Joe.

Flash back.

Estaba en casa de Jenny, estábamos viendo Toy Story en la televisión, era una de las películas que más nos gustaba, la veíamos todo el tiempo, hasta dos o tres veces en el mismo día, no nos dejaban verla más de tres veces en un solo día porque luego hacíamos hartar a Joe con lo mismo, normalmente el estaba ahí cuando iba a casa de los Harrison para jugar con Jenny.

—Yo soy tu amigo fiel, yo soy tu amigo fiel, cierra los ojos y recuerda que...¡Yo soy tu amigo fiel!—cantaba Jenny gritando, feliz. Me daba tanta envidia verla tan feliz y yo estar llena de miedo—vamos canta conmigo, Light—pidió sonriendo.

Me sentía desconfiada e incomoda por la mirada de Joe centrada mi, en una niña de 12 años que hace poco había experimentado el dolor y miedo extremo por primera vez, me miraba mordiendo su labio, ¿Qué clase de enfermo mira así a una niña?, apenas hace unos tres días había abusado de mi y me daba miedo que se me acercara pero Jenny casi se pone de rodillas porque quería que jugara con ella en su casa y mamá me obligo a ir incluso después de que le pedí llorando que no me hiciera ir, nunca me preguntó porque no quería volver.

La señora Harrison le pidió a Joe que nos vigilará para que no hiciéramos travesuras.

—Ahora vuelvo, iré por más palomitas—avisó Jenny, tomo el tazón vació.

 —Yo-yo voy contigo—dije nerviosa, apenas me iba a poner de pie.

 —No te preocupes, yo las traigo. Tu quédate aquí con Joe—sonrió Jenny.

Trague saliva nerviosa, mis manos temblaban, el miedo aumentó cuando lo escuché hablar.

—¿Puedes dejar de ser tan obvia?—preguntó levantándose de el sillón donde estaba acostado con su teléfono, nosotras estábamos sentadas en el suelo.

—¿Qué?

—Que joder, se nota de inmediato que me tienes miedo—bufo acercándose a mi.