Tu Me Cambiaste La Vida (Chandler Riggs)

Capítulo 15 "¿Abusaron de ti?"

Dedicación: laura_2325

Jugaba con mis dedos con nerviosismo, hoy llegaría temprano a la preparatoria, me encontré con Jennifer saliendo de casa y se ofreció a llevarme en su auto, si, Elizabeth Crocker no tenía auto como los demás chicos de mi edad, no porque mis padres no puedan pagarlo, sino porque mi madre no confía en mí, dice que con un vehículo seré imparable, si de por si ya soy bastante rebelde para ella. Detesta que me vista de negro, que me maquille de una manera obscura, que mi cabello cubra mi rostro, que no muestre lo "bonita que soy", según ella. Pero lo que más detesta es mi perforación en el labio y mi cabello tintado.

Después de algo de insistencia logro convencerme, pero desde hace mucho que estaba muy apenada con ella, deje de llamarla, de ir a su casa, de hablarle en clases, incluso la ignoraba después de todo lo que habíamos pasado juntas. No podía verla a los ojos, ella aún eran un amor conmigo.

—Mi hermano habló conmigo, de ti—sonrió Jenny, me miró por un segundo y luego volvió al frente.

—¿En serio?—fruncí el ceño.

—Si, dice que la pubertad te ha ayudado y ahora eres mucho más bonita, creo que le gustas—platicó con un tono pícaro.

No respondí.

—Sería bonito que sucediera algo—rió ilusionada.

—¿De qué hablas?—cuestioné sin mirarla.

—Vamos, ¿No recuerdas que éramos amigas?—hizo una mueca que en seguida se convirtió en una media sonrisa—tú estabas loquita por Joe después de terminar con Chandler.

—Eso fue hace mucho tiempo, Jennifer—rodé los ojos.

—¿Entonces ya no te gusta?

Negué.

—Es por Chandler—concluyó—¿No?

Es porque me violó, Jennifer.

—No solo por eso—subí los hombros—Jenny, los gustos cambian, no me iba a gustar tu hermano toda la vida—bufé

—Como tu mejor amiga, te reco...—la interrumpí.

—Yo no tengo amigas, Harrison—mencioné seca. Perdóname Jenny.

—Light—habló ella, triste.

Detuvo el auto en el estacionamiento de la preparatoria.

—Elizabeth—corregí bajando del carro.

Caminé por toda la preparatoria, me sentía incompleta, algo me faltaba: mi mochila.

Ayer logré escapar de Casey pero mi mochila no corrió con la misma suerte y al parecer se la había llevado con él ya que al volver al aula no la encontré.

—Quiero mi mochila de vuelta, Casey—mencioné apenas lo vi.

—Me encanta como te ves molesta, mi vida—suspiró de una manera soñadora.

—No estoy de humor—dije seria.

—Toma, mi enojoncita—me la entrego. Rodé los ojos por el ridículo apodo.

De inmediato vi si todas mis cosas estaban dentro, había todo menos unos diez cigarrillos dentro de mi caja. No me sorprendía, ya que Casey era una chimenea andando.

—Joder, ¿En serio?—me molesté mirando que me había dejado unos pocos.

—Lo siento, mi vida, no me pude resistir—hizo una mueca—sabes que después de ti los cigarrillos son mi debilidad—me miró mordiendo su labio. Tragué saliva—además me lo debías después de donde me golpeaste.