Tu Me Cambiaste La Vida (Chandler Riggs)

Capítulo 41 "Creo que estoy embarazada"

Mi estómago dolió en ese momento, ahogué un quejido con la manga de mi suéter, al igual que un sollozo que causo una combinación de dolor y miedo, había logrado esconderme detrás de la ropa que se encontraba colgada, trajes completos, que tapaban mi pantalón y un pequeño montón de ropa que se encontraba ahí lo cual tapaba mis zapatos, literalmente había salvado mi vida, ventajas de ser pequeña. Pero comenzaban a asustarme los dolores que tenía.

Me quede ahí aproximadamente una hora y media esperando a que terminará de revisar y volviera a dormir, salí lenta y silenciosamente del armario, caminé por el pasillo para salir por la ventana por la que entré, toque el bolsillo de mi pantalón asegurando que aún llevaba el celular, aventé mis zapatos por ahí y luego baje con cuidado, logrando llegar al suelo sin caerme.

Estaba salvada.

[...]

Me desperté por los fuertes e insistentes golpes que daban en la puerta de mi cuarto, los cuales me hartaron y fui a abrir la puerta, al momento sentí mi rostro doler y el equilibrio perder, levanté la mirada dándome cuenta de que era Chandler en la puerta, se veía molesto, lo estaba.

—Devuelve el celular—ordenó.

—No sé de que hablas—mentí, mirándolo desde el suelo. Con un pequeño hilo de sangre cayendo de mi boca.

—De acuerdo, si no quieres que sea por las buenas...—tronó sus dedos haciendo presión con las manos—será a las malas, Crocker.

Me soltó un golpe aún cuando estaba en el suelo, me tomó del cuello y me levantó en el aire, tome su mano con las mías.

—Te doy una última oportunidad— mencionó mirando mis ojos—¿Dónde esta?

—Yo no lo tengo—dije con poco aire.

Su mandíbula se tensó y su expresión se marcó, mostrando que estaba molesto, muy molesto conmigo. Sentí su mano apretar aún mas mi cuello.

Me soltó haciendo que mis pies tocarán el suelo durante un segundo y luego cayera al piso de costado, tosiendo e intentando recuperar el aire, el cual jalaba desesperada.

—Voy a joderte a golpes hasta que me digas donde mierda esta el teléfono— advirtió.

Una lágrima resbalo por mi mejilla, el miedo comenzaba a invadirme y pensaba en rendirme, no estoy segura y no creo estar embarazada pero si lo estoy, no me arriesgaría a perderlo, menos por una estupidez así, pero...si no lo estoy habré dejado ir mi oportunidad aún que eso implique llevarme la paliza de mi vida.

—Y-yo...

Su atención se postro en mi.

—No te lo daré hasta que pueda borrar las fotos—lo miré molesta. Perdón por ponerte en peligro si es que hay una personita dentro de mi pero juro que no te pasará nada.

—Maldita, hija de...—no terminó de insultar, ¿Por qué?, quería terminar después de la patada que iba directo a mi abdomen.

—¡No!—me cubrí rápidamente protegiendo mi abdomen con mis piernas, haciéndome bolita en el suelo.

—¿No quieres golpes?—levantó las cejas—de acuerdo—sonrió levemente.

Me jaló del brazo, llevándome al baño familiar de la casa, casi no se usaba, normalmente es para los invitados ya que Kevin, mis padres y yo tenemos propio baño en nuestro cuarto, la tina se encontraba llena, tragué saliva.

—De rodillas—ordenó—como aquella noche—acarició con un dedo mi mentón.

Cerré los ojos, pero no por sentirme decepcionada, estaba molesta.