~UNO~

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Todo comenzó como un juego, que acabó volviéndome loca.

-Fabi, ¿que te pondrás esta noche?
-¿Me llamas solo para eso? De verdad Sharpay eres igual de pija que la Sharpay de HSM- comienzo a partirme de risa de imaginar su cara de fastidio, odia que la compare con ella.
-¿Tu eres tonta? Deja de compararme con semejante personaje disney y dime que te vas a poner por favor, no quiero ir muy desentonada contigo y Bryan va a ir como siempre, sabes que es muy señorito.
-Pues no lo sé la verdad, ahora miraré en el vestidor a ver qué encuentro.
-Mira, aquí te espero y ahora me dices plis- ruedo los ojos.
-Vale, pero no digas plis suena demasiado remilgado.- comienzo a dar vueltas por todo mi armario, si, tengo en mi habitación un vestidor y un aseo, mi casa es tan grande que cuando discuto con mis padres no necesito irme de ella, ya que ni me los cruzo. Veo una falsa negra abotonada delante la cojo y vuelvo a buscar algo que convine, pongo todo patas arriba hasta que encuentro un top blanco muy lindo que es perfecto, cojo mi iPhone- Sharpay ya se que me pondré, ¿recuerdas la falda que compré hace dos semanas?
-Sii me encanta, por cierto, me la tienes que prestar algún día.
-Si si no te preocupes, pues me la pondré hoy con el top blanco.
-Ajam, vale, ¡bye Fabi!- antes de que yo pueda decir algo ya me ha colgado.

Después de treinta minutos salgo de mi casa y me encamino a la de los mellizos, quienes me esperan discutiendo, como no, sobre cuál de los dos va más guapo.
-Hola chicos- beso a mi amiga y después al rubio que hay a su lado quien pone pucheritos.- Ven tonto- lo cojo por el cuello y le beso esos mofletes tan esponjositos.
-Bueno venga dejad de ser tan amorosos que estoy yo delante, Bryan ¿has llamado al taxi?
-Si pesada lo llame cuando aún tú estabas vistiéndote, debe de estar al llegar.

Llegó el taxi tras cinco minutos de espera y de escuchar a los hermanos hablar sobre cómo han dejado sus respectivas habitaciones tras elegir la ropa qué eligieron. Sharpay lleva unos pitillos de cuero con una blusa holgada y Bryan unos chinos, con una camisa, adora las camisas.
La fiesta de esta noche es en la casa de un chico de nuestro colegio, el Pretty Land está lleno de chicos guapísimos y con familias adineradas, pero a nuestras fiestas vienen personas de todos los lugares, nos da igual la clase social, bueno, no a todos, pero si a la gran mayoría, el dinero de nuestras familias no nos tiene porqué dar el derecho de discriminar a las personas, por su raza o estatus social. Nos adentramos entre la multitud, la entrada está abarrotada de gente consumiendo alcohol, parejas besándose, incluso algunas casi dándose el lote, caminamos entre la multitud hasta que llegamos al patio trasero, donde está el jardín con piscina y las personas están más dispersas, aquí se puede hablar, ya que dentro de la casa, la música resuena por cada rincón.
-Chicas, voy a ir a por algo de beber¿Qué queréis?
-Una Coca Cola- Bryan y Sharpay me miran arrugando sus hermosas cejas, perfectamente depiladas.- No me apetece beber, además, está fiesta no parece muy divertida, y es la primera del verano, ya disfrutare las siguientes.
-Está bien, como quieras, Bryan, yo quiero Ron con naranja- ahora somos Bryan y yo quienes la miramos a ella.
-Hermanita, ¿ron con naranja?
-Si, quiero probarlo, alomejor está rico.
-Lo más seguro es que no.- Vemos como Bryan se adentra en la casa de nuevo y caminamos hasta unas hamacas que hay justo detrás de nosotras.
-Fabi, ¿has visto esos chicos?- miro hacia donde señala Sharpay, y achino algo los ojos, no veo de lejos, pero odio las gafas, y las lentillas no se ponérmelas.
-¿Que pasa con ellos? Son más grandes que nosotras creo.
-Exacto, son más grandes que vosotras por lo tanto nada de jueguecitos, no quiero veros cerca de ellos.- esa voz es de Bryan.
-¿Porqué no nos podemos acercar a ellos?-Bryan nos da a cada una su bebida y nos mira mal.
-No son buenos, sabéis que no tengo problema con nadie, pero ellos no son buenos, hay muchos rumores sobre ellos y no quiero que os pase nada.- Sharpay y yo nos miramos sonriendo, basta que nos digan que no hagamos algo para que nos da aún más ganas de hacerla.
-Bryan, y...¿no sabes nada de ninguno de ellos? En plan... ¿algo concreto que hayan hecho?
-Basta hermana, Daliam y su gente, son peligrosos.

Tras esa conversación, esos chicos no volvieron a ser el centro de nuestro diálogo, pero si de las miradas de Sharpay y yo, lo pasamos bien, pero nos faltaba la chispa que otras fiestas tienen, asique a las cuatro ya estábamos en la puerta de la casa de los mellizos despidiéndonos. Bryan se metió a su casa y Sharpay se quedó charlando conmigo, hasta que le dió uno de sus prontos.
-Tía, te reto a algo.
-¿Qué hay en juego?
-No sé, hagamos un juego.
-Dispara.
-Quién antes consiga darse un beso con uno de los amigos de Daliam, ganará.
-¿Que dices?Tu hermano se mosqueara con nosotras, nos dijo que no nos acercáramos.
-Exacto, y mientras más nos prohíben algo, más gana nos da de hacerlo.
-Pero son más grandes.
-No seas caguetas, ¿me vas a decir que no quieres besar a algún chico como ellos?
-Claro que me gustaría, pero esta apuesta la ganaras tu, yo soy muy parada con los chicos.
-Ya lo veremos.¿Aceptas o no?-La miro a los ojos con una sonrisa, sé que le dará igual quién de las dos gane, solo es para divertirnos en verano.
-Acepto.

No soy para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora