No soy para ti

~CINCO~

La semana transcurrió sin ningún tipo de incidente, no salí de casa en los dos días que quedaban para que volviera Sharpay y fuéramos a la fiesta de Simon, y por fin llegó el día, y no podía negarlo, estaba nerviosa, no, ¿qué digo? Nerviosísima, y no  porque vaya a ver a Sharpay sino por que lo más seguro que allí volviera a ver a Daliam y no sé cómo reaccionaría yo al tenerlo delante, me quiero moriiiiir.
Sharpay llamó diciendo que nos veríamos allí, asique cojo mi bolso y salgo disparada buscando un taxi, he decidido ponerme unos pantalones de para de elefante con estampados y un top en negro, zapatos de plataforma para estar cómoda toda la noche y mi pelo recogido hacia atrás, no he querido maquillarme mucho, si sudo se quedaría feo.
Cuando llego a la puerta de Simón, la música regueaton invade mis oídos, hay mucha gente y me adentro en el salón para así encontrar a Sharpay, a la que encuentro bailando sobre una mesa, si, esa es Sharpay, una loca y más si su hermano no esta como es este caso. Me acerco a ella y alguien me sujeta del brazo, es una mano tatuada y en seguida sé de quién se trata, me giro bruscamente soltándome de su agarre.
-¿Qué quieres? No me he acercado a ti Daliam.

- No, ya lo sé, solo quiero que sepas que está fiesta no va a acabar bien, solo era advertirte, por si te quieres ir.- lo escudriño con la mirada.

-¿Ah si?¿Y porqué va a salir mal a ver cuenta?

-No te puedo contar, no es algo que te incumba Fabiola.

-¿Recuerdas mi nombre?- el me mira serio, se aclara la garganta pero Sharpay salta sobre mí riendo a carcajadas, y cuando consigo deshacerme de ella, el ya ha desaparecido, ¿recuerda mi nombre? No se, pero estoy sonriendo como una gilipollas, Daliam, no es para ti Fabiola, olvídalo.

-¡Tierra llamando a Fabiola!

-¿Que decías Sharpay?

-Amiga estás en las nubes ¡eh! . Te acabo de preguntar qué hablabas con Daliam.

-Ah, nada, tonterías suyas, está pirado.

Agarro del brazo a mi amiga y nos encaminamos a la barra improvisada que hay en una esquina del salón, bebemos y reímos a carcajadas como hacía mucho que no lo hacíamos, de un momento a otro, Sharpay desaparece con un chico y me quedo sola, justo en el momento en el que comienza una pelea en medio del salón, ¿el causante de eso? Si, Daliam. Me acerco y Daliam le propina dos puñetazos en la mandíbula a un chico, todos comienzan a gritar, la gente corre despavorida y no entiendo nada- POLICIA- eso es lo que consigo entender, no se que hacer y comienzo a correr con todo el tumulto de  gente, pero alguien tira de mi.
-¡Suélteme! Yo no hice nada.- el tipo me hace mirarlo a los ojos e inmediatamente me doy cuenta del color de esos ojos, me puedo perder en ellos, son tan bonitos...
-¡Fabiola! Vamos, sígueme.

-No Daliam.

- Fabiola o me sigues por las buenas o lo harás por las malas, aquí te cogeran, y tienes diecisiete, no irás a prisión pero te pueden meter en un reformatorio. Vamos- extiende su mano para que la sujete, al principio dudo, joder, le acaba de dar una paliza a un chico, pero nunca me ha pasado nada malo a su lado, agarro su mano y corro con el.

-¡Eres muy lenta! ¡Vamos, sube en mi Fabi!

-¿¡Que?! Ni loca

-Puf chica eres insufrible- se agacha y me coge como un bebe, corre todo lo que puede, yo solo puedo hundir la cabeza en su pecho, que bien huele, ¿como puede oler tan bien después de haber estado peleando y sudando? Despierto de mis tonterías en cuanto vuelvo a tocar suelo firme, subo al coche que me indica Daliam y el da la vuelta para subirse de piloto.

-¡Para Daliam! ¡Sharpay! ¡No sé dónde está!

-Tranquila, uno de los míos, la saco un rato antes de que todo empezara.

-¡¿Que?!- mi cara debe de ser un poema porque Daliam comienza a reír a carcajadas.

- Tu amiga debe de estar pasándolo bien en la cama de mi amigo, asi que no te preocupes.

Esto no puede estar pasando, Sharpay está con un chico de Daliam, estoy perdiendo a mi amiga, Bryan, cuanta falta haces en Madrid, rezo en silencio mientras Daliam maneja no se a donde.

-¿Donde me llevas?

-A un lugar a salvo, no sé cómo lo haces que siempre consigues quedarte a solas conmigo y joderme las noches eh niña.

-Has jodido tú la noche con tu apariencia en esa fiesta, llévame a casa, es donde más segura estaré.

-No, conocen mi coche, si voy por allí me puede coger.

-Bueno, pues déjame aquí y pido un taxi.- el aprieta los puños sobre el volante.

-He dicho que no, dormirás en mi casa, mañana te llevo a donde quieras- dice entre dientes.

-¿¡En tu casa!?

-Si, a mi tampoco me agrada, pero es lo que toca, te tenía que haber dejado allí, en pocos días me has enrredado más que en mi vida. Debiste desaparecer en cuanto te deje en la estación Fabiola.