No soy para ti

~ONCE~

-¿Dònde dormiré?- pregunté a Fabi, mientras ella deshacía su cama y cogía su pijama para dirigirse al baño. Ella me miró dubitativa
-Pueees tienes ese sofá... ¿te suena de algo esa contestación? - sonrió irónica, esto no podía estar pasando... ¿porque mierdas acepte quedarme en su casa? Es una locura... ¿y porqué la besé? ¡Soy idiota! Vale, es como un ángel caído del cielo para ayudarme... pero Daliam... sois de mundo diferentes y tenéis mucha diferencia de edad, asi que olvida lo que pasó y listo. Cojo la manta que Fabi dejo encima del sofá de su cuarto y me tumbo con esta encima, a pocos minutos Fabiola sale con su pijama corto puesto, nunca me había parado a mirarla detenidamente, tiene buen cuerpo para ser una cría... y el patinaje le sienta bien vaya culazo... Bag basta Daliam joder podría ser tu hermana... veo que se tumba en su cama y antes de apagar La Luz me mira sonriendo.
-Anda ven, mi cama es grande hay sitio para los dos, ¡pero no me toques!- Yo sonrío pícaramente, me levanto del sofá me quito la camiseta y me acerco a su cama.- ¿Te gusta lo que ves? Te has quedado enbobada.
-¿Qué? No, ósea no entiendo para que te quitas la camiseta para dormir en mi casa y para el sofá no.
-Es fácil, en el sofá hace frío y en tu cama con los calzoncillos me basta porque tienes mantas y estás tú que seguramente des calor- Ella se sonroja, me meto en la cama con ella y se da la vuelta dándome la espalda.
-Que sepas que te ves horroroso con la cara amoratada.- Yo sonrió en La escurridas.
-Me alegro, así no te enamorarás de mi.- La oigo bufar.
-Buenas noches Daliam, gracias por quedarte.
-Descansa Fabi, lo siento por los malos ratos que te he pasar hoy.

FABIOLA

Desperté con los primeros rayos de sol, ¿quien me estaba aparentando tan fuerte? Intenté moverme pero no podía, mire a mi abdomen y ahí estaba el causante, un brazo tatuado me estaba abrazando inmovilizándome, sonreí, Daliam se quedó toda la noche, me zafé de su abrazo como pude y lo observé, que lindo se ve dormido, tranquilo... suspiré y me encaminé a la ducha, saco la cabeza para buscar mi toalla y me encuentro a Daliam somnoliento mirándome.
-¡¿Que haces aquí?!- cerré la cortina rápido.
-¿Porque te has ido de la cama? Es la primera vez que duermo toda la noche no merecías despertarme.- lo miro extrañada, ¿que le pudo pasar para que lleve tanto tiempo sin dormir?
-Bueno, ¿puedes salir? Necesito secarme.- Me mira pícaro, sonríe de lado y sale dándome mi espacio. Me seco y me coloco unos short y una blusa, salgo a la habitación y encuentro a Daliam sentado en mi cama ya vestido tiene el pelo mojado asique supongo que se ha duchado en el baño del pasillo.
-¿Vienes? Vamos a desayunar abajo, seguro Marga hace algo rico.- Me mira extrañado, como ayer cuando la nombré diciéndole que ella me ayudó y me sigue, bajamos la escalera y entramos a la cocina, saludo a Marga que está de espaldas junto a los fogones, Daliam nos mira como en shock, Marga se da la vuelta y se queda impactado al ver a Daliam y ¿Daliam? Está estático, ha cambiado el estado de shock por una cara de rencor.
-No puede ser...- Es lo que alcanzo a escuchar de su boca antes de verlo salir corriendo a la salida de casa y escuchar su moto alejarse.
-¿Qué ha sido eso?¿os conocéis? Pero... ayer lo viste y no me dijiste nada de que lo conocías...Marga ¿que pasa?- Ella me mira con lagrimas en los ojos.
-Ve con el, Fabiola, por favor.- Asiento extrañada y salgo corriendo de casa pero... ¿a donde voy a buscarlo?

Camino por las callejuelas oscuras por donde seguí a Daliam en una ocasión, si, subí al metro y fue donde recordé que podría estar en esas casas, la gente me mira, algunos dicen cosas obscenas y yo tengo miedo de encontrar a Daryl pero sigo adelante, tengo que ver a Daliam, entro en una puerta oscura que vi la vez anterior, todo esta oscuro con luces fluorescentes, camino por el lugar y lo que me encuentro no me hace ninguna gracia, ahí está Daliam, rodeado de chicas, me acerco enfurecida.
-¡Me tenías preocupada!- El me mira quitándose a las chicas de encima.
-¿Que haces aquí?- Lo dice entreabriendo la boca
-¿Porque te has ido? No entiendo nada, todo iba genial Daliam.
-Aqui no Fabiola- Me coge del brazo y salimos a la calle, subimos a su moto y salimos flechados por las calles, hace zig-zag por los coches, cada vez acelera más y yo me agarro con más fuerza a su abdomen, siento como se va relajando y disminuye la velocidad, hasta que llegamos a un prado a las afueras de la ciudad.