Tres horas llevo aquí, encerrado, sin saber que hacer para que los hombres de mi padre no vayan a por Fabiola...
-¡Joder!¡Soy imbecil!- golpeo la pared de la celda con tanta fuerza que mis nudillos comienzan a sangrar, duelen... pero nada se compara al dolor que sentí cuando vi a Fabiola esperándome... con su cara angelical... tener que decirle todo eso... todas esas mentiras que lo único que hacen es lastimarla... no se merece a alguien que la lastime de esa manera... no tenía que haberla llevado con papá... sus hombres irán a por ella sabiendo que es mi punto débil ¡Joder! Daliam eres estúpido... porque no pensaste eso antes de todo... tengo que buscar la manera de mantenerla a salvo, de que vean que ella no es nada para mi... y entonces sonrío, es una idea tonta pero puede funcionar...
-Oiga, perdone, ¿me puede dejar un boli y un papel?
El guardia me mira desconcertado pero asiente y me pasa por los barrotes lo que le pido, me siento en el suelo y comienzo a escribir, se la haré llegar mediante mi mejor amigo, espero lo entienda:Querida Fabi, no sabía cómo decirte todo esto, llegaste como un huracán a mi vida, dándome guerra... pero también paz... La Paz que siempre he necesitado... jamás pensé que esa paz también sería la que me arrebatara de tus brazos, lo hice, lo denuncié, pero con eso... también te perdí, no puedo atarte a mi de por vida... mi sitio es aquí, en la carcel, por suerte... no son muchos años y con el buen comportamiento pronto podría salir, pero... tú no te mereces esto, eres una chica increíble, te mereces brillar con luz propia, ese premio de patinaje tiene que ser tuyo, te he visto entrenar como nadie, fuiste mi salvavidas de toda esta mierda en la que me encontraba, me diste la fuerza necesaria para hacer lo que siempre quise... separarme de papá... pero ahora... ahora tengo miedo por ti... porfavor Fabi... no me busques, necesito que estes a salvo... olvídate de mi... eres joven, sé que podrás y... ¿quien sabe? Quizás cuando vuelva a ser libre, ya libre de todo... nos volvamos a encontrar y podamos tener nuestra historia... . Se feliz Fabi y recuerda... te quiero.
Lágrimas recorren mis mejillas... nunca pensé que esa notita que encontré en mi mochila... sería de Daliam ¿Cómo lo hizo? ¿Quién la colocó ahí? No quiero olvidarme de él, quiero estar a su lado en momentos como este.
-Marga... ¿que piensas? - La miro fijamente mientras termina de leer la nota
- Tienes que hacerle caso mi niña, es mejor que te alejes y que los hombres de su papá no sepan quien eres, tienes que olvidarlo, seguir tu vida, si vuestro destino es estar juntos, lo estaréis pequeña - la abrazo fuerte intentando retener las lágrimas.Nos esperan días duros, pero las palabras de Marga me ayudaron a entender que quedarme en casa llorando a Daliam no iba a solucionar nada, él quiere que siga mi vida como antes de que lo conociera, y eso haré.
- Sharpay ¿algún plan para hoy?
-¿Estás mejor?
-Si amiga... voy a hacer caso a Daliam... tengo que pasar pagina aunque me cueste, si tenemos que estar juntos tarde o temprano lo estaremos
-Me alegra escuchar eso Fabi, hay una fiesta no muy lejos de tu casa, Ryan dice que no le importa llevarnos.
-Vale, ¿me arreglo y me recogéis?
-¡Por supuesto princesa!- Sonrío ante la ocurrencia de mi amiga.
En el vestidor solo doy vueltas, ¿que me pongo?
Al final opto por un vestido de lentejuelas granate con la espalda descubierta, si es cerca de casa, seguro hay gente adinerada que conozca a mis papás, sería un desastre si se enteran de que voy a una fiesta vestida informal.Cuando estoy lista, llamo a Sharpay.
-Hola, yo ya estoy vestida.
-¡Genial! Baja te estamos esperando.
Sonrió y cuelgo, cojo mi cartera y bajo a toda prisa, salgo y allí están esperándome en el viejo coche que Ryan heredó.
-¡Estás guapísima!
-Gracias, hacia mucho que no usaba este vestido.
-Los tios se te van a tirar
-No quiero ningún tío...
-Bueno si te hace olvidar por un rato no viene mal ¿no?- pensándolo así, podría ser...
-Bueno será lo que tenga que ser...En la fiesta todo es un caos, todos van muy bien vestidos pero es solo para aparentar, no hay camareros y las bebidas te las sirves tú mismo, cojo una copa y me sirvo un ron Cola, necesito alcohol si no quiero ponerme a llorar pensando en Daliam. Los chicos me miran pero yo no hago caso a ninguno, no quiero olvidar a Daliam, no la primera noche, no así.
Bailo con Sharpay y Ryan, de un momento a otro comienzo a marearme, será el alcohol... Asique corro hacia el baño, cierro la puerta y cuando me doy la vuelta hay un chico.
-Oh, perdón, pensé que estaba vacío... - el se levanta del suelo y se acerca, tiene los ojos pequeños... como si estuviera drogado.
-¿Necesitas ayuda? - el sonríe de medio lado.
- Si, necesito a una chica así, como tú, ven, no tengas miedo, lo vamos a pasar muy bien Fabi...
- ¿Como? ¿Como sabes mi nombre?
- Todos sabemos tu nombre... tú noviecito nos lo dejó clarito antes de que delatara a su papaito...
-No, no me hagas daño, Daliam no es mi novio... por favor... créeme... - el se acerca y comienza a lamer mi cuello, intento alejarlo pero él es más fuerte y yo estoy más mareada que antes... comienzo a sentir sus manos por todo mi cuerpo y consigo gritar.
-¡Socorro!¡Ayuda! - el me tapa la boca y me aprisiona contra la pared.
-¡Cállate! Vamos a disfrutar los dos... tranquila... tu novio te va a querer igual aunque estes usada... lo he visto follarse a varias...
-Porfavor... déjame... - el se ríe y me saca un pecho por el escote del vestido, empieza a tocarme de nuevo y yo solo puedo llorar, me siento sucia bajo sus manos, quiero escapar pero no puedo...De un momento a otro, la puerta se abre dejándome ver a uno de los amigos de Daliam, agarra al chico quitándomelo de encima y estrellándolo contra la pared, comienza a darle puñetazos, yo estoy en shock no puedo moverme todo me da vueltas, en mi campo de visión aparece Sharpay, se acerca a mi, esta hablándome pero no puedo entenderla... todo me da vueltas y caigo insconsciente.
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No soy para ti
Fanfiction-¿Qué haces? Lo miré temerosa, ¿dónde me había metido? -Na...nada, sólo caminaba. -Esto no es lugar para una niña como tú. Me cogió del brazo y comenzó a caminar hasta la salida del callejón maloliente. -¡Vete a tu casa! Esto no es para crías pijas...