~SIETE~

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Bajo del taxi, dolida y arrepentida, pensé que ese chico era diferente, me había llevado a su casa, defendiéndome de los policías, hace unos días, me sacó de ese mal barrio donde solo había mala gente, pero para el solo soy un entretenimiento, es como todos los demás, cuando consiguen a una chica te olvidan, al menos conmigo no ha conseguido nada... por ahora Fabiola... estás enamorándote del chico tatuado y eso no es bueno... necesito que Ryan vuelva, es el único que puede pararnos los pies a Sharpay y a mi, hacernos razonar sobre que podemos o no hacer, y esa apuesta algo descabellada que hicimos... no debimos... no debí caer en el juego se Sharpay... las dos sabíamos que íbamos a acabar enamoradas de alguno de ellos... lo que jamás pensamos que sería yo la que se enamoraría del líder del grupo...

Estoy entrando en mi cuarto cuando escucho el sonido de una moto acelerar, corro a la ventana y veo como una moto idéntica a la de Daliam se aleja, en mi cabeza hay miles de preguntas sin respuesta pero la que más sobresale entre todas es ¿me ha escoltado hasta casa? No Fabiola, seguramente no sea el, hay miles de motos iguales, seguro sea casualidad...

2 horas después

- ¡Mamá! Voy a salir a patinar un rato si no contesto al móvil es porque esté en la pista.

- Pero hija...¿no vas a comer?

- Comeré un sándwich por el camino, llevo mucho tiempo sin entrenar y se acerca la temporada de competiciones, este año lo conseguiré.

- Está bien... pero no te machaques mucho el primer día cariño. - Casi no la escucho ya que estoy saliendo de casa.

-¡Si mamá!- chillo para que me pueda oír desde dentro de casa.

Cojo un taxi, y le doy la dirección del barrio donde está la pista, quiero patinar por las calles antes de entrar en pista, llevo tiempo sin entrenar y quiero calentar primero sin espectadores profesionales.

Camino hasta un banco en el parque cercano al barrio y me coloco mis patines, los anudo bien y coloco mis zapatos en la mochila donde traía los roller y comienzo a patinar con música en mis auriculares, amo este lugar, las personas patinan, pasean, van en bici... todos sonríen y parecen pasarlo bien al aire libre. Aumento la velocidad e intento una pirueta, no me sale perfecta pero no ha estado nada mal, giro sobre mi flexionando una rodilla y estirando otra en el aire, paro y quedo mirando hacia una zona algo más oscura por la vegetación que tapa el sol, hay varios chicos, pero... están pegando a alguien, me acerco a ellos sin ser vista y mi sorpresa es brutal cuando escucho:

- Te dijimos que con nosotros no se juega Daliam - Todos ríen y se marchan dejando a Daliam tirado en el suelo.

Me acerco con precaución a el, tiene sangre en el labio y un ojo que pronto será lila, no sé si tiene alguna parte más del cuerpo dañada pero supongo que si ya que gruñe de dolor, me agacho a socorrerlo y el abre los ojos mirándome fijamente.

- ¿Qué haces aquí Fabiola? - Tiene la voz ronca, yo sonrío de medio lado

- Pues este es el parque donde caliento antes de entrar en pista, y he visto jaleo aquí, no sabía que eras tu hasta que esos chicos te han nombrado y te he visto en el suelo, ¿Quiénes son?

- Nadie, no te preocupes por mi, sigue con lo que estabas y haz como si nunca hubieras visto esto, ¿me sigues o que? -  eso me hace enojar, lo veo levantarse con dificultad

- ¿¡Qué te sigo!? ¿En serio Daliam? Vale que te seguí aquel día en el metro pero ¿y la fiesta? Ahí me seguiste tu y por si fuera poco me defendiste de acabar en comisaría, me dejaste tu casa y ahora que te intento ayudar yo vienes diciendo que te sigo... yo flipo con tu ignorancia Daliam -  Estoy enojada y lagrimas de impotencia amenazan con salir, así que antes de que el pueda ver mis ojos, doy media vuelta y patino deprisa alejándome de él.

Es un estúpido, ojala se le quede la cara desfigurada por la paliza... en verdad hasta con la cara amoratada esta guapo... ¡Basta Fabiola! ese tío no te merece.

Entre en la pista, doy mi pase a la chica de la entrada y dejo mi mochila en las grada, entro y comienzo con unas vueltas a la pista, cuando siento que estoy más calmada, cojo mis auriculares y pongo una música rockera, necesito soltar toda la tensión que tengo acumulada, comienzo a bailar haciendo movimientos rápidos y definidos, estoy como dos horas bailando hasta que siento que ya está bien por hoy, llego a las gradas y encuentro a Daliam sentado cerca de mi mochila, se ha lavado la cara y peinado su cabello, me está mirando, cuando estoy más cerca se levanta dubitativo.

- ¿Quién sigue a quién ahora Daliam?

- Basta ya Fabiola, he venido en son de paz ¿está bien? - lo miro sorprendida.

- Y ¿qué quieres?

- Necesito hablar contigo... en un lugar más privado.

- Esperame, iré a cambiarme y vamos al parque si quieres -  el asiente.

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Caminamos juntos hasta uno de los bancos que hay cerca de la fuente del parque, juntos pero en silencio.

- ¿De qué quieres hablar Daliam?

- No sé como lo haces que últimamente te encuentro en todos lados... al principio me pareciste la típica chica adinerada que cree que todos pueden estar a sus pies solo con mirarlos... pero al final me he dado cuenta de que no es así, eres valiente, nunca te ha importado lo que te pueda pasar al estar inmiscuida en mis asuntos y la verdad eso cada día me sorprende más...

- Las apariencias engañan Daliam...

- Sí, las apariencias engañan... - hace una pausa - los que me han dado la paliza son unos clientes a los que intenté estafar vendiéndole droga barata, se dieron cuenta y ese ha sido su primer aviso, si vuelvo a fallarles puede llegar a ser peor.

- Ahora entiendo porqué tienes esa casa tan grande y vas a esos barrios...

- Sí, Fabiola... no quiero que esos tipos te vean cerca de mi, te pueden hacer daño.

- Anoche te escuché hablar con un chico sobre que no podéis enamoraros... ¿porque?

- Es un pacto con nuestro jefe y también... pensamos que es lo mejor así, no tocarán a nadie  más que no seamos nosotros...

- Pero yo no soy nada tuyo... no entiendo porque querrían hacerme daño a mi...

- Porque eres la única chica que ha estado cerca de mi y no me he acostado con ella, eso te hace... especial a sus ojos...

- ¿Y a los tuyos?


No soy para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora