Era bastante tarde, cerca de las 4:00 p.m. cuando me dispuse a tomar el autobús, en aproximadamente dos horas estaría en casa con mis padres.
Después de despedirme de la familia de Allan salí muy convencida de volver por mi propia cuenta, en realidad no fue así. Un auto bastante conocido estaba aparcado a sólo unos pasos del portón principal era David el que me había sorprendido de tal forma. En cuanto me vio avanzar salió a mi encuentro tomando mi pequeña maleta y extendiendo sus brazos para darme un confortante abrazo.
— ¿Qué haces aquí? —pregunté
—Vine por ti, es muy tarde para que regreses en autobús —respondió.
— ¿Acaso empezarás a cuidarme como a una niñita?
—Cómo tal no, pero si como mi más preciado tesoro.
— ¿Cómo supiste la dirección? —interrogué.
—Noel y Luisa andan cerca, tu amiga me ayudó a llegar —contestó.
—Entiendo ¿Llegaste hace mucho?
—No, no para nada. Justo a tiempo. ¿Cómo estás? —me cuestionó de una forma muy agradable.
—Mucho mejor, ha sido un día difícil pero supe manejarlo —le dije, llevándome un mechón de cabello hacia atrás de mí oreja derecha.
—Me alegro mucho por ti. Ahora sube al auto, debemos llegar temprano —mencionó mientras abría la puerta del auto para que yo pudiera entrar.
— ¿Pasarás recogiendo a los chicos en algún lado?
—No, ellos se quedarán por aquí. Los abuelos de Noel viven como a veinte minutos, en este momento deben estar llegando.
—Luisa no me dijo nada al respecto —le comenté un poco celosa al saber que mi mejor amiga no me había dicho que iba a viajar.
—Paula, seguro se le olvidó o lo planeó hoy durante el día. Créeme Noel ama demasiado a Luisa, te aseguro que la cuidará muy bien —me expresó tratando de convencerme para que aceptara del todo a su amigo.
— ¿Podemos parar en algún lugar? —pregunté, me gustaría comer algo y comprar un presente para mis papás —añadí.
—Por supuesto como tú quieras —me respondió.
Subimos al auto y enseguida este se puso en marcha nos adentramos en una bonita conversación sobre el lugar y la naturaleza que nos rodeaba y de pronto caí en un ligero sueño. La noche anterior había sido bastante larga y entre tantas cosas me fue difícil conciliar el sueño. No supe cuánto tiempo estuve dormida exactamente, pero debo admitir que fue un poco más de media hora. Desperté con el preticor más exquisito invadiendo mi olfato, me pareció extraño ya que había dejado de llover unas semanas atrás y el sol que aparecía cada mañana era radiante y muy ardiente, pero aquella tarde un pequeño rocío humedeció los suelos secos de los alrededores, por supuesto era de ahí de dónde provenía aquel aroma a tierra mojada. David seguía al volante y yo apoyada sobre el vidrio de la ventana me perdía en las pequeñas gotas que caían lentamente; el silencio estuvo presente por un largo rato hasta que llegamos a un hermoso restaurante cerca de la cuidad y bajamos para comer un poco. David era todo un caballero empezaba a gustarme por su forma de ser y de ver las cosas.
Había estado tan equivocada sobre si personalidad quizá porque nunca me di la oportunidad de conocerlo me la pasaba muy ocupada aborreciéndolo y buscándole defectos.
No olvides lo importante que es para el escritor que al final de cada capítulo pinches en la estrellita, hasta que esta, esté en color naranja, valora el esfuerzo si la historia te agrada, de lo contrario puedes escribir en privado o dejar comentarios con críticas constructivas. En lo personal te lo agradeceré.
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Besos Azucarados
RomancePaula es una adolescente bastante lista e inteligente, aburrida, despistada y muy selectiva a la hora de hacer nuevas amistades. David es el más apuesto, frío, arrogante, el nuevo vecino y compañero de colegio que se cree más que los demás. Ella tie...