Capítulo 32

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Les dejo esta bonita canción para que la escichen mientras leen este capítulo.

Después de aquel día en el museo, volvimos a casa. Decidí que era momento para cambiar de ambiente necesitaba conocer a nuevas personas, quería empezar de nuevo; esta vez no quería cerrarme al amor, no quería ser nuevamente una presa de la desilusión. Quizá en otro lugar se me haría más fácil relacionarme con personas desconocidas. Así que decidí que era momento de romper la burbuja de siempre y cambiar de rumbos y de horizontes, lo platiqué con mis padres; y agradezco porque ellos nunca me prohibieron nada pero siempre me mostraron mis límites y las consecuencias que procedían al cruzar esa raya. Entonces apoyaron mi decisión y comencé a pedir una transferencia de la universidad en la que estaba a una nueva. Los trámites tardaron unos días, pero nadie sabía lo que estaba planeando ni siquiera mis amigas después de la mala jugada que me habían hecho días atrás sabía que lo que menos podía era confiarles mis planes que conllevarán en alejarme de David.
Una noche antes de la mudanza, me encerré en mi habitación y comencé a sacar del armario las cosas que necesitaría, mis padres habían viajado unos días antes a buscar un departamento para rentarlo y que yo pudiera mudarme a el, no era fácil para ellos separarse de aquella a la que consideraban aún su princesa, sin embargo yo tenía muchas ganas de volar del nido y comenzar a valerme por mi misma. Recogí Muchas cosas que ya no necesitaba y las coloqué en una bolsa para basura. de algún modo manera estaba dejando lo más limpia posible y vacía mi habitación y al mismo tiempo sacudía mi alma y mi corazón para poder recibir de la mejor forma todo aquello que estaba por vivir. Bajé a cenar con mis padres, con Olvin y con Tania, le sonreí a esta última y ella me abrazó, no podía marcharme molesta con ellas, pero si me reconciliaba antes de partir todos mis planes se echarían a perder, pues dolería separarme de ellas. Así que más allá de las sonrisas y el abrazo no hubo más nada.
Antes del amanecer estaba completamente lista para partir, había una nueva ciudad esperándome, nuevas personas y nuevas metas. Pasé frente a la casa de David y entonces de mis ojos comenzaron a brotar frías lágrimas que más de dolor eran un adiós sin verle a la cara. Debo admitir que fui una cobarde; escapé del amor, pero en aquel instante fue lo mejor que pude haber echo. Como a las once de la mañana estaba llegando a mi destino, me había quedado dormida contemplando todo aquel paisaje que dejábamos atrás y en cuanto el auto se detuvo abrí los ojos para darme cuenta que era el momento de comenzar una nueva etapa en mi vida.
El apartamento era casi como lo imaginé; en un tercer piso con una hermosa habitación que tenía una enorme ventana junto a la cama por la cual podía observar hacia las montañas todo aquel verdor que a lo lejos parecía más azul que verde y que terminaba en una mezcla de cielo y nubes.
Mis padres se quedaron conmigo ese día y fuimos a conocer un poco de la cuidad al día siguiente desayunamos en una cafetería que quedaba justo al lado del edificio donde viviría y para el atardecer ya me encontraba totalmente sola tal y como yo quería.

Mis padres se quedaron conmigo ese día y fuimos a conocer un poco de la cuidad al día siguiente desayunamos en una cafetería que quedaba justo al lado del edificio donde viviría y para el atardecer ya me encontraba totalmente sola tal y como yo qu...

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Besos AzucaradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora