Besos Azucarados

Capítulo 24

Habían transcurrido unas semanas después de todo lo malo que le pasó a Tania. Ella aún seguía en casa, sus cosas en mi habitación y su aroma por cualquier rincón. Hablaba de marcharse; quería buscar trabajo y rentar un apartamento para irse a vivir sola, pues no se hacía a la idea de convivir con mi familia, repetía a cada instante que se sentía incómoda siendo una carga para mis padres. Ellos la apoyaban con todo el gusto del mundo y no reparaban en sus palabras, no obstante Olvin ya tenía planes para ella y de prontro comenzó a remodelar la vieja bodega que había en la parte trasera de nuestro patio para convertirla en un apartamento. El lugar estaba quedando increíble. Quería casarse con Tania y cuando lo hiciera iban a vivir ahí, la idea me parecía muy emocionante. Una tarde un poco antes de la cena mi hermano sorprendió a Tania con un ramo de rosas y un anillo de compromiso, quienes estabamos presentes la vimos sonreir y acepatar casarse con él de la manera más feliz que pudimos presenciar. Lo que no nos esperabamos era que mientras mis amigas y yo nos ibamos de compras por ordenes de mi hermano con la excusa de que Tania se merecía un día de tranquilidad. Él organizaba todo en nuestra sala de estudios para poder casarse en el mismo momento en una ceremonia sencilla donde solo estubimos presentes; Mis padres, Luisa y Noel quienes fueron los testigos, el abogado que los casó, David y yo. Mi mamá había preparado una cena especial e incluso habían comprado vino. Mi hermano sabía que si yo me enteraba iba a dañar le la sorpresa, el más que nadie sabía que no era buena guardando secretos, pero le confió todo a Luisa para tenerla como cómplice, no entiendo como no fui capaz de sospechar absolutamente nada incluso aun con la insistencia de Luisa hacia Tania porque se comprara el vestido en color blanco perla que tanto le había gustado muy casual y hermoso, perfecto para una boda sencilla. Yo elegí uno  en color café con detalles fucsia y el de Luisa era amarillo con flores rosas, ese día nuestros novios vestían semiformal.
La sala de estudio estaba decorada con muchas flores blancas y velas mostrando un ambiente muy íntimo y romántico, como Olvin no tenía amigos comenzó a involucrarse en las actuvidades que compartian David y Noel.
Después de la boda, pasamos al comer a disfrutar de una rica cena y luego las cuatro parejas hicimos un merecido brindis por los nuevos esposos.
Mientras recontruian la bodega y la transformaban en un precioso apartamento mi hermano y mi amiga se fueron por unas semanas a disfrutar de su luna de miel. Tania estaba tan feliz, merecía todo aquello y más era una increíble amiga y seria una grandiosa esposa y cuñada.
Mientras ella disfrutaba con su esposo, yo la extrañaba en mi habitación, me hacían falta las largas pláticas por la noche antes de dormir e incluso Luisa se quedó a acompañarme y notabamos la ausencia de ella, pues era la única que siempre sacaba una idea graciosa de cualquier cosa.