Suerte

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No tenía nada. Cristo redentor. Por la Virgen. Estaba sano. ¡Sano!

Fui a buscar los resultados al tercer día. Tres días en los que no podía dormir tranquilo...

El mismo día que me di cuenta que no había usado protección llegué a casa y ni me desvestí. Busqué dónde podría hacerme un examen de ETS en un laboratorio cercano. Conté mi dinero y fui sin decir nada a nadie en casa.

Pero ya nada importaba. ¡No tenía nada! Arrugué el papel y lo eché a la basura después de leerlo de nuevo.

Más nunca iba a metérsela a nadie así, sin pensarlo. Mierda. Qué angustia. ¿Y qué si ella hubiera salido embarazada? Un hijo con Tania. Asco.

Quise celebrar que estaba bien. ¡Qué feliz estaba! Qué increíble saber que estaba sano. Al salir del laboratorio marqué.

― ¿Hola?

― Hola, Vio. Es Uber.

― Lo sé, tengo tu número ¿recuerdas?

― Bueno, sí...-me aclaré la garganta- ¿estás ocupada?

― ¿Ahora? Hmmm...

― Sé que es repentino pero... ¿quisieras salir a hacer algo? Está bien si no quieres, sé que no avisé y...

Ella se rió. Imaginé sus mejillas redondearse y su nariz arrugarse. Y sonreí yo también.

― Pareces muy contento.

― Algo así... ¿Entonces?

― Uber es que... tengo que acompañar a Tania a hacer una cosa. Vamos a ir al Luz.

El centro comercial Luz era un punto de encuentro muy cómodo para cualquiera. Y yo estaba cerca. A unas dos cuadras estaba el laboratorio clínico, donde estaba yo.

Gruñí un poco. ¿Por qué Violeta seguía siendo amable con Tania? Bueno, es más justo que lo fuera con ella que conmigo, ella no la molestó durante años. Odié mi voz de la consciencia.

― ¿Por qué la vas a acompañar?

― Porque es mi amiga, Uber. De veras me hubiera gustado caminar por ahí pero...

― ¿Qué van a hacer? Es que... casualmente estoy cerca de ahí.

― ¿En serio?

― Sí. Vamos, Tania no puede tenerte para ti sola todo el tiempo.

Se rió, nerviosa. ¿O divertida?

― No bueno, yo... lo siento. –lo pensé mejor, ya decidido a irme a casa solo.-Seguro es una salida de chicas, pásala muy bien ¿sí?

― Lo dudo mucho...

― ¿Por qué?

― Porque realmente no quiero ir.

― Escápate conmigo entonces.

― ¡No! Tania me mataría. Pero podríamos vernos ahí.

El día sólo mejoraba y mejoraba.


~

Nota IMPORTANTE del autor:

Uber tuvo mucha suerte. Uber es del pequeño porcentaje de adolescentes que tienen relaciones sin protección con una persona que no es su pareja y de la cual no conoce su historial sexual y salió bien parado. Uber no se infectó de ninguna enfermedad desagradable, deformativa o incurable. Uber no va a perder sus partes, no va a quedar marcado ni con una cicatriz de por vida ni tendrá que explicarle a sus padres el porqué deberá lidiar con una enfermedad que no lo angustiaría a él sino a todos los que lo quieren. Uber aprendió su lección, pues su vida y su salud valen mucho más que un momento de placer y descuido.

No seas como Uber y protégete el perol.

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Editado el 7 de julio de 2018

Madurez voluntaria (o algo así trágico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora