― ¡Ángel, te estoy llamando desde hace r...! ¿Qué te pasa, hijo?
A ver ¿cómo comenzaba a explicar que estaba hundido en mierda hasta el cuello?
Le expliqué a mi mamá quién era Tania, y lo de sus fotos escandalosas en el grupo del salón y a todo el mundo. Las circulares que habían pasado a los padres por correo.
― Ay, Ángel, yo no he revisado eso... ¿Y esa muchacha es de tu salón? –se sentó en la cama, frente a mí.
― Y adivina...
― ¿Qué?
― Adivina quién tiene su teléfono, y a quién van a culpar por regar sus fotos.
Mamá comenzó a llorar tan fuerte que mi papá entró al cuarto. Antes de que comenzara a exigir nada, le expliqué todo. Al terminar de escuchar suspiró, y se apretó las sienes.
― Coño de tu madre Ángel...
― ¿Escuchaste alguna palabra de lo que dije, coño?
― Mira carajo, no me hables así.
― Entonces no hables como si no hubieras entendido nada. ¡Alguien puso eso en MI bolso! Yo no robo mierdas por ahí.
― Esa chama te puede denunciar por difamación y hurto. ¿Lo sabes, no?
― ¿Y por qué lo dices así?
Nos mirábamos uno frente al otro. Tenía muchos meses sin verlo de cerca. Ya no tenía que alzar la cabeza ni un poquito para mirarlo.
― Porque algo hiciste.
― ¿Crees que tienes un hijo ladrón y malnacido? Ése es el otro.
Alzó la mano hacia mí. Años con Raúl me habían preparado para estas cosas, y le desvié la mano. Me miró con sorpresa, y se enserió nuevamente, acomodando los pies.
Mamá apareció frente a él, evitando que pensara en alguna estrategia de defensa o ataque. Detuvo todo.
― Ángel... antes de que entrara tu papá ibas a decir algo.
― Que esas fotos las había visto antes... Un amigo las recibió en su teléfono.
― Ah bueno –soltó papá, como si no hubiera pasado nada, como si ya no pasara nada-, entonces es culpa de ése otro, sólo tienes que demostrarlo.
― No es así. O sea... Alguien le pasó esas fotos a Enma. Esas fotos viejas fueron las que pasaron por ahí... -caí en cuenta.- Esas fotos se las pasó Camilo.
― ¿Quién?
― ¿Recuerdas el año pasado a un chamo que expulsaron por casi quemar un salón?
Camilo prendió fuego a la papelera, y el muy idiota dejó que se propagara por las carteleras, sólo para ver qué pasaba. Activó la alarma anti incendios del salón y dañó la computadora de la profesora. Y salió barato. No hubo nadie lastimado.
― Y él... Él es novio de Tania ahora. ¡Mierda!
― Me sabe a mierda quién sea novio de esa carajita. ¿Qué tiene que ver contigo?
― Escúchalo, Raúl. El novio de la muchacha pasó las fotos de ella por ahí... y después esas mismas fotos se pasan a un montón de gente. Es raro. Pobrecita. –Concluyó mamá.- Pero si tú sabes esto, Ángel, podrías tener una buena defensa en el colegio. De hecho, debería llamar a la mamá de esa muchacha ¿Cómo es que se llama?
― Eh, Tania...
― Igual es extraño.
Mi papá tenía los brazos cruzados. Aún molesto.
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Madurez voluntaria (o algo así trágico)
Novela Juvenil¡Disponible en Amazon, Lulu y MercadoShops! A veces tenemos que lastimar a alguien de la peor manera para darnos cuenta que tenemos que cambiar. Ángel (Uber) es el payaso del salón que a veces cae mal, él y su grupo de amigos fastidian a cualquiera...