36. Ansiedad Apaciguada

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― ¡Ángel, te estoy llamando desde hace r...! ¿Qué te pasa, hijo?

A ver ¿cómo comenzaba a explicar que estaba hundido en mierda hasta el cuello?

Le expliqué a mi mamá quién era Tania, y lo de sus fotos escandalosas en el grupo del salón y a todo el mundo. Las circulares que habían pasado a los padres por correo.

― Ay, Ángel, yo no he revisado eso... ¿Y esa muchacha es de tu salón? –se sentó en la cama, frente a mí.

― Y adivina...

― ¿Qué?

― Adivina quién tiene su teléfono, y a quién van a culpar por regar sus fotos.

Mamá comenzó a llorar tan fuerte que mi papá entró al cuarto. Antes de que comenzara a exigir nada, le expliqué todo. Al terminar de escuchar suspiró, y se apretó las sienes.

― Coño de tu madre Ángel...

― ¿Escuchaste alguna palabra de lo que dije, coño?

― Mira carajo, no me hables así.

― Entonces no hables como si no hubieras entendido nada. ¡Alguien puso eso en MI bolso! Yo no robo mierdas por ahí.

― Esa chama te puede denunciar por difamación y hurto. ¿Lo sabes, no?

― ¿Y por qué lo dices así?

Nos mirábamos uno frente al otro. Tenía muchos meses sin verlo de cerca. Ya no tenía que alzar la cabeza ni un poquito para mirarlo.

― Porque algo hiciste.

― ¿Crees que tienes un hijo ladrón y malnacido? Ése es el otro.

Alzó la mano hacia mí. Años con Raúl me habían preparado para estas cosas, y le desvié la mano. Me miró con sorpresa, y se enserió nuevamente, acomodando los pies.

Mamá apareció frente a él, evitando que pensara en alguna estrategia de defensa o ataque. Detuvo todo.

― Ángel... antes de que entrara tu papá ibas a decir algo.

― Que esas fotos las había visto antes... Un amigo las recibió en su teléfono.

― Ah bueno –soltó papá, como si no hubiera pasado nada, como si ya no pasara nada-, entonces es culpa de ése otro, sólo tienes que demostrarlo.

― No es así. O sea... Alguien le pasó esas fotos a Enma. Esas fotos viejas fueron las que pasaron por ahí... -caí en cuenta.- Esas fotos se las pasó Camilo.

― ¿Quién?

― ¿Recuerdas el año pasado a un chamo que expulsaron por casi quemar un salón?

Camilo prendió fuego a la papelera, y el muy idiota dejó que se propagara por las carteleras, sólo para ver qué pasaba. Activó la alarma anti incendios del salón y dañó la computadora de la profesora. Y salió barato. No hubo nadie lastimado.

― Y él... Él es novio de Tania ahora. ¡Mierda!

― Me sabe a mierda quién sea novio de esa carajita. ¿Qué tiene que ver contigo?

― Escúchalo, Raúl. El novio de la muchacha pasó las fotos de ella por ahí... y después esas mismas fotos se pasan a un montón de gente. Es raro. Pobrecita. –Concluyó mamá.- Pero si tú sabes esto, Ángel, podrías tener una buena defensa en el colegio. De hecho, debería llamar a la mamá de esa muchacha ¿Cómo es que se llama?

― Eh, Tania...

― Igual es extraño.

Mi papá tenía los brazos cruzados. Aún molesto.

Madurez voluntaria (o algo así trágico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora