11. (Vio)Letta

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Tania había sido la persona más insoportable en todo el día, en toda la semana, mes, lapso

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Tania había sido la persona más insoportable en todo el día, en toda la semana, mes, lapso...

No vas a tener novio nunca con esa actitud. 4:31

¿Y? 4:32

No hacía otra cosa que hablar de su novio Luis, que era también su vecino. Yo sólo quería decirle que se valorara un poco... No estaba bien que cualquier piropo fuera excusa para filtrear... ¿no?

Te va a terminar dejando si no te proteges...

Un bebé espanta a cualquiera. 4:33

Fue cruel, tal vez... pero por horas de paz me parecía justo.

Aunque extrañaba que alguien me hablara... ojalá Lucía me hablara.

Lucía era quien nos había unido a Tania y a mí. Lucía veía películas de horror, yo veía algunas de culto, Tania veía románticas.

Lucía leía cómics, yo leía libros, Tania no leía. Lucía se sabía maquillar como una experta, yo no sabía, Tania aprendía. Lucía bailaba merengue, yo vals, Tania reguetón. Lucía coqueteaba, yo muy poco, Tania demasiado.

Lucía tenía muchos amigos, yo unas pocas, Tania conocía a todo el mundo. Lucía se preocupara de que hiciéramos cosas juntas. Tania no.

Tania fumaba, tomaba mucho. Yo no. Tania podía tener dos novios en un mes. Yo solamente había tenido uno... hacía mucho tiempo, donde hubo un beso o dos.

Tania tenía facilidad para hacer amigos... yo no.

Suspiré. No es que podía hacer mucho.

Revisé mi bolso, una oleada de tranquilidad y alivio me envolvió. ¡Al fin tenía mis cosas! Mi agenda, mis cuadernos. ¡Mis libros! Era lo más triste del mundo, pero sentía que eran mis únicos amigos... reales, por lo menos.

¿Para qué iba a actualizar el estado de mis redes con que tenía mis cosas? Nadie los veía, de todos modos. Vi el teléfono de nuevo, por costumbre. Me llegó el rostro de Uber a la mente. Había sido muy lindo de su parte traerme mis cosas.

¿Lindo? No. Considerado. Amable.

Hice las tareas que tenía pendientes con mucha más facilidad que antes, al tener mis apuntes en orden, mis marcadores, mis cosas... todo fluyó mejor.

― ¡Letta, linda!

― ¡Mamá! –me asomé a saludarla al pasillo.

Se quitaba los tacones de aguja altísimos que siempre se ponía para trabajar, tenía la chaqueta abierta y su maletín de cuero italiano en una mano.

La abracé. Sin los tacones, tenía casi mi misma estatura, algo más bajita. Sonreía como siempre, como pensando en otra cosa.

― Vamos a comer en unos minutos... ¿Terminaste tu tarea?

― No, aún...

― Termina. Y arreglas tu cuarto.

La solté para mirarlo. El bolso estaba sobre la cama, así como varios útiles, pero lo demás estaba bien. No le pude replicar, ya se había ido a cambiar de ropa.

Dejé sobre el escritorio los cuadernos que aún requerían atención... Y se cayó una nota al suelo.

Era la que había escrito Uber. La abrí, sin saber qué estaba haciendo.

Por favor ven a las 3 pm a la Plaza te esperaré allí

Tendré suéter Puesto

Debía botar esa nota a la basura... ¿Verdad?

Había un caldo de sentimientos en mi garganta, picaba. De acuerdo... Tenía que admitirlo. Al menos la parte de que lo sentía parecía verdad. Había dejado de comportarse como un completo estúpido, y me había traído el bolso a casa.

Doblé el papel, y poniéndolo en la mesa vi el chocolate.

Está bien... Es posible que estuviera cambiando... ¿O era una especie de broma? No. Era demasiado elaborada para él. ¿O no? ¿Era una venganza planeada desde esa vez que lo empujé? No, por Dios... Uber era demasiado tonto como para idear algo así.

¿Y si de verdad era una broma? ¿Y si funcionaba? ¿Y si comenzaba a creerle y era todo mentira?

Recordé el beso que me dio cuando se despidió. Lancé el papelito a la pared.

Me molestaba reconocer que eso me había ablandado un poco, o como yo misma había dicho... me había hecho bajar la guardia.

~

Editado el 6 de julio de 2018

Madurez voluntaria (o algo así trágico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora