Capítulo 3

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Edd sacó las llaves de su bolsillo y comenzó a abrir cautelosamente la puerta de su apartamento con Tord tras él.

Habían pasado unas cuantas horas, ya era de noche.

Tord solo estaba cabizbajo llevando unas bolsas llenas de ropa nueva; realmente agradecía que Edd lo aceptara en su piso de forma tan extrema que al escuchar que el noruego técnicamente era un fantasma en la sociedad le invitó a mudarse con él.

Claro que no fue tan sencillo.

Flaaashbaaack∼

—Lo lamento, pero usted no aparece en el sistema —Dijo una mujer con gafas sentada en su escritorio atendiendo al noruego con una fila de personas tras él.

—¿Cómo dice? —Preguntó Tord desconcertado, ¿Entonces él prácticamente no existía?

El chico salió del lugar luego de haber pasado horas con aquella señorita intentando encontrar el nombre Tord Larsson.

Pero nunca lo encontraron.

Sin identificación no podía retirar su tarjeta de crédito, sin tarjeta no hay dinero. No quería llegar a casa de algunos de los chicos —Edd y Matt ya que ir a casa te Tom era mala idea— simplemente pidiendo perdón por haber desechado su amistad y claro, haber destruido su casa. No podía solo esperar llegar ahí y que ellos estuvieran de brazos abiertos dándole la bienvenida.

Pero sin dinero no tenía más opción que hacer exactamente eso.

Y en cuestión de minutos, Tord ya estaba intentando entrar por la ventana de Edd.

Este la abrió fácilmente con «un truquillo del ejército», la ventana era un poco alta por lo que al noruego a pesar de su entrenamiento se le dificultó pasar por ella lo que lo hizo sentir un jodido enano. Cuando tenía medio cuerpo dentro y las piernas fuera su móvil comenzó a sonar, este se dejó colgar de panza quedando a mitad de la ventana y contestó sin preocuparse en lo más mínimo en si alguien lo veía.

—¿Hola?

—Soy Patryck —Se escuchó al otro lado de la línea.

—¿Alguna novedad? —Preguntó el noruego levantando las piernas como una quinceañera que habla en un cómodo sillón. Solo que él se estaba lastimando la panza por el marco de la ventana.

—Bueno, Paul y yo estábamos revisando algunas cosas, recién nos dimos cuenta de que usted...

—No existe —Terminó el noruego la oración del otro.

—Así es —Afirmó— Suponemos que está vagando por las calles, así que nos encargaremos de ello desde aquí pero puede que registrarlo dentro del sistema lleve unos cuantos días; ya sabe, no es del todo legal si lo hacemos nosotros.

–Si, lo sé.

—Pero, ¿Puede estar bien en la calle y sin comida unos días? Me parece un poco, loco —Preguntó Patryck, parecía algo preocupado.

—¿Qué si puedo? ¡JA! Pff, pero claro —Contestó Tord tratando de entrar a la casa de una buena vez pero solo terminó pataleando en el aire; si, se había quedado atascado a la mitad de la ventana.

—De acuerdo, le llamo en unos días —Dijo Patryck para luego colgar la llamada, tan colgada como Tord lo estaba.

Maldición —Pensó empujándose desde la pared de adentro.

Dicen que cuando se está bajo presión se hace mejor el trabajo; bueno, así es.

Cuando Tord vio a Edd quien lo miraba con una cola en la mano y boca abierta a punto de gritar quien sabe como, pero de un solo empujón por fin entro a la casa de el sudadera verde; no sin antes darse un fuerte golpe en la cabeza, claro. El noruego movió tanto manos como cabeza de izquierda a derecha en señal de negación desesperado tratando de evitar el grito de Edd.

Estoy de vuelta ★ TomtordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora