Tom llevaba casi a cuestas al noruego, como era de esperarse ambos muy ebrios. Claro que al ojinegro no se le notaba en absoluto; estaba acostumbrado a los efectos del alcohol.
En toda la calle solo se escuchaba la bolsa de rosquillas rozando el suelo y alguna que otra tontería dicha por alguno de los dos chicos.
El británico se detuvo frente a la puerta de madera y sacó una llave plateada de algunos de sus bolsillos para luego abrir la puerta y guiar a Tord hasta el sillón. El de rojo llevó su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y el ceño fruncido.
—¿Estás bien? —Preguntó Tom algo preocupado.
—No lo sé —Respondió— no me siento bien pero tampoco me siento mal.
—Claro, eso tiene mucho sentido —Comentó el ojinegro alcanzando la bolsa y llevándose una rosquilla a la boca— Hmm, sí que son deliciosas —Dijo lamiéndose el chocolate de los dedos.
Tord lo miró con labios entreabiertos y un cosquilleo en el estomago.
—¿Cómo va la cosa? ¿Son ojos negros o cuencas? —Preguntó.
—¿Importa?
—Claro que importa.
—¿Por qué?
—Porque se trata de ti —Sonrió.
¿Qué era más gracioso que sentirse atraído por el líder rojo? Recibir piropos de él, claro está.
—De acuerdo, ¿Listo para saber? —Tord asintió ansioso por saber; los ojos de Tom eran un enigma para todo el mundo— Todo está basado en una variable y un intervalo de tiempo especificado impar que a la vez es par y por ende negativo.
La expresión del noruego reflejaba tal confusión que podría valer oro. El británico solo se carcajeó.
—¿Entonces...?
—Mi mamá es una bola de boliche.
—Entonces son cuencas.
–No.
—Son... ¿Ojos?
—No.
—El de cuernos bufó— Demonios Tom, eres imposible. ¿Sabes? Debería estar trabajando justo ahora pero me pesa el culo y no pretendo levantarme —Dijo.
—¿Entonces no moverás tu trasero siquiera para subir a tu habitación y dormir?
—Quiero quedarme hablando contigo hasta que ya no pueda más con mi vida.
—¿En qué trabajas? —Cambió rápidamente el tema Tom.
—Bueno... se supone que tengo que rastrear a un monstruo que le parece gracioso andar apareciendo y desapareciendo cuando le place —Respondió Tord y pudo notar como el ojinegro tragaba saliva— ¿Sabes algo al respecto? —Levantó una ceja.
—N-no.
—Tom —Lo llamó— puedes confiar en mí; no tengo malas intenciones.
—Lo sé. Realmente no tengo idea alguna, lo juro —Dijo cruzando los dedos detrás de su espalda— Yo... ya voy a irme a dormir.
—De acuerdo —Tord suspiró— Buenas noches —Deseó al británico con una sonrisa; aunque se notaba su desánimo.
Quería que Tom confiara en él.
—Buenas noches Sunshine lollipops.
↠↞
Esa mañana el de azul preparaba el desayuno.
Normalmente Edd lo hacía, pero hoy estaba en su habitación con las sábanas hasta el cuello esperando por una sopa «curadora de resfriados».
Tom les untó mantequilla y mermelada a las tostadas para servirles a los chicos que estaban en el comedor golpeando la mesa y cantando «Queremos comer» una y otra vez sin parar. Tanto en de parche como el pelinaranja comenzaron a devorar la comida como animales salvajes, sobre todo Tord, que tenía un apetito fuera de control.
El británico se le quedó viendo por más tiempo del que había planeado llamando su atención.
—¿Pasa algo? —Preguntó el noruego con la boca llena y mermelada en las comisuras de los labios.
—No —Mintió saliéndose de la cocina con una lata de vodka en mano.
Matt y el de cuernos se miraron extrañados, pero el narcisista solo ignoró todo volviendo a la tarea de comer; sin embargo, el segundo nombre de Tord podría ser curiosidad, así que fue tras el ojinegro. Algo le pasaba al amargado ese.
—Hey, testigo de Jehová —Dijo el noruego en tono burlón— déjame preguntar de nuevo, ¿Pasa algo?
—No importa, en serio.
—Para ti nada importa —Le recordó— estás actuando extraño.
—Estoy bien —Insistió subiendo las escaleras— Debo hacer algo —Dijo entrando a su habitación.
Tord rodó los ojos y se sentó en el sillón con ganas de leer una de sus revistas no apta para niños. Pero se habían quemado con todo el royo de los pingüinos.
Encendió la TV tratando de entretenerse al menos unas cuantas horas; Patryck lo había llamado más temprano todo soñoliento hablando de cómo estaban las cosas en la armada. Tenía tanta pereza que les dio el día libre a todos, ¿Por qué no? El es el líder, él manda.
—¿Dónde está Tom? —Preguntó Edd con voz ronca y nariz enrojecida envuelto en una sábana de dinosaurios que se arrastraba en el piso.
—En su habitación —Respondió el de parche.
El castaño a paso lento volvió al piso de arriba.
—¡Tord! ¡CHICOS ALGO LE PASA A TOM!
Tord se levantó tan rápido como su cuerpo se lo permitió y subió las escaleras pelando un escalón casi cayéndose, Matt también corría asustado detrás de él preocupado por el ojinegro.
Al llegar arriba Edd estaba forzando la cerradura tratando de abrirla sin tener éxito; el pelinaranja se acercó a forzar de igual forma junto a él mientras Tord apoyó su cabeza en la puerta tratando de escuchar lo que pasaba ahí dentro.
Solo logró escuchar quejidos de Tom y varias cosas cayendo al suelo.
—Apártense —Dijo muy seriamente el noruego y ambos chicos le obedecieron haciéndose a un lado.
Tord tomó distancia y luego corrió hasta la puerta golpeándola con el hombro causándose daño. Maldijo al ver la puerta aún intacta; de nuevo se hizo hacia atrás y la pateó con toda la fuerza que pudo logrando al fin reventar la cerradura.
—¡Tom! —Gritó preocupado siendo el primero en entrar solo para parar en seco con los otros dos chicos a ambos lados.
Tom estaba de rodillas con ambas manos ahora novedosamente con garras raspando y arañando el piso perfecto de madera, tenía manchas moradas desde los hombros hasta sus mejillas y podía verse el sudor de su frente mientras tumbaba algunas cosas de la mesita de noche tras él con su cola.
Levantó su rostro mirando a Tord fijamente con mucho esfuerzo tratando de retenerse.
—A-ayúdame —Chilló.
ESTÁS LEYENDO
Estoy de vuelta ★ Tomtord
FanfictionTord volvió con su armada luego de el «accidente» del robot gigante; en realidad el error del robot gigante. Este hace lo posible para volver a la ciudad y con toda su melancolía intentar reconstruir el hogar que destruyó, recuperar las amistades qu...