Capítulo XXI

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Sofía abrió los ojos como platos. Su corazón se paralizó y sintió cómo su cuerpo se iba a levantar de la silla de un momento a otro para ir en busca de Adam.

Adam también estaba paralizado mirándola, sin saber qué hacer. 

Sofía no entendía cómo podía tener ganas de hablar con él y abrazarle, después de lo que había pasado, tenía un bloqueo en su mente. 

Adam no podía apartar la vista de ella, tan sólo había dado unos pasos al entrar en el restaurante, hasta que vio a ella. Y allí seguía, de pie, cerrándole el paso a una señora que trataba de entrar. 

- Disculpe, ¿sería tan amable de apartarse? - le dijo la señora a Adam.

- Sí, sí, claro... - dijo Adam volviendo a la realidad.

Kyle se acababa de dar cuenta de hacia dónde miraba Sofía. 

- Oh no... ahí está ese imbécil... ¿quieres que le parta la cara por ti? - preguntó Kyle remagándose las mangas de su camisa. 

- No no no, tranquilo, creo que ya lo hice yo.

- ¿Entonces? ¿Por qué estás así? No estarás pensando en ir a hablar con él, ¿verdad? - preguntó Kyle - ¿¿VERDAD??

En ese  mismo instante Sofía no aguantó más, se levantó y caminó en dirección hacia Adam.

Adam hacía lo mismo.

- No oye, para, esto no funciona así Sofía - dijo Kyle intentando pararla - mírame, mírame Sofía, Sofía para.

Kyle le agarró de la muñeca y le hizo retroceder con él.

- Escúchame, si vas a hablar con él, se va a sentir ganador de todo esto, estás entrando en su juego...

- Pero quiero hablar con él, quiero que me de alguna explicación, saber por qué me hizo eso...

- Vas a salir perdiendo, no quiero que te vuelva a hacer daño, por favor Sofía, no lo hagas. 

Adam estaba expectante en la lejanía.

- Kyle, de verdad, lo necesito, necesito hablar con él...

Kyle vio por el rabillo del ojo que Adam se acercaba hacia ellos. Kyle calló a Sofía con un beso, un apasionado beso que dejó de piedra a Adam y no mucho menos a Sofía, quien se dejó llevar. 

Kyle abrió los ojos y vio que Adam les aplaudía junto con el resto del restaurante, que les aplaudía, uniéndose así con los aplausos de todas las personas que estaban en el restaurante, que además, les vitoreaban. 

- Veo que no pierdes el tiempo - murmuró Adam, dándose media vuelta y marchándose.

Kyle se separó de Sofía, quien tenía las mejillas ardiendo. 

- Lo siento - le dijo Kyle.

Sofía asintió tímidamente, no sabía qué había hecho. Buscó a Adam con la mirada, pero ya no estaba.

- Creo que es mejor que nos vayamos ya... - dijo Sofía.

- Estoy de acuerdo, esta gente puede pedirnos en nada otro beso y no querría hacerte pasar otro mal rato - dijo Kyle.

Mientras caminaban de vuelta, Sofía no hacía más que darle vueltas a la cabeza a todo lo que acababa de pasar. 

Kyle había impedido que hablase con Adam, no sabía si para bien o para mal, quería zanjar el tema de una vez. Y entonces, la besó. No sabía si de otro modo habría querido besar a Kyle o no. Kyle era diferente a Adam, totalmente diferente, bueno, menos por el hecho de que a ambos les gustaba entrar y salir por la ventana en lugar de por la puerta. 

Con la salida del Sol - NO CONTINUARÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora