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Agustín golpeó la mesa frente a él.

—¿¡Qué acaso no puedes hacer algo bien!? — Gritó a su teléfono celular— ¡Te dije sábado en la noche! ¡No lunes en la mañana!

No hay boletos disponibles para el sábado— Dijo el hombre a través de la línea telefónica.

—No me interesa, consíguelos— Respondió antes de colgar y aventar su teléfono celular último modelo sobre la mesa.

Respiró fuertemente unas cuantas veces, antes de levantarse de la mesa. Se dirigió hasta las puertas transparentes que llevaban a la terraza. Antes de salir volteó a ver el piano de colección negro junto a las ventanas, sin pensarlo dos veces se sentó frente a él tratando tocar unas notas.

—¿Qué estoy haciendo? — Se llevó las manos a la cabeza, intentando meditar, sin lograrlo ya que su teléfono celular comenzó a sonar del otro lado de la habitación.

Se levantó, pero dejó de sonar, de todas maneras, lo tomó y observó unos mensajes en la pantalla. Todos de Valery, pidiendo que se presentara con ella en uno de los eventos de alta sociedad. Antes de poder contestar, ella volvió a llamar.

—¿Qué? — Contestó cortante.

Mañana en Lagart's, es el cumpleaños del hijo de Carlos Baute, no iré sola.

—Qué lástima, mi padre nos sacará del estado mañana— Mintió— Consigue otro acompañante.

No sirves como novio, ¿Sabías? —Se quejó

—El burro hablando de orejas, ¿No? — Bufó.

¿¡Me dijiste burro!? —Gritó chillonamente.

Agustín volteó los ojos y cortó la llamada. Él sintió la puerta principal del lugar abrirse. Fijó su atención en la persona entrando; Era su hermana menor con unas bolsas en sus manos. Él corrió a su lado.

—Gracias— Dijo ella al sentir menos peso sobre ella.

—¿Qué es todo esto? —Preguntó él al notar lo que había dentro.

—Cosas que pidió papá. Las dejaré en su habitación— Respondió adentrándose en el lugar. Agustín la siguió.

— Quiere que vayamos mañana a la compañía.

—Lo sé, nos hablará nuevamente de la propuesta— Soltó las bolsas sobre la cama de su padre.

—Es muy insistente y terco— Agustín se quejó saliendo de la habitación.

—Justo como tú— Rio sentándose en el comedor.

—Para nada...— Repitió la acción de su hermana.

Ambos se quedaron en silencio.

—¿Cuándo irás a la capital? — Preguntó ella amarrando su cabello rubio.

—Ya lo dudo, no hay boletos de avión para ese día.

—¿Lo que pasa es lo mejor? — Arrugó su rostro.

—Si no voy este fin de semana, probablemente Spencer cancele el contrato— Jugó nerviosamente con sus pulgares.

—¿Por qué no buscas a alguien aquí en la ciudad? — Preguntó con curiosidad.

—Porque mi padre se enteraría, y si se entera ambos sabemos que puede cerrar la compañía— Explicó con flojera.

Valentina se quedó en silencio.

—Vayamos a la cafería que nos fascina, así no piensas en ello— Se levantó de la mesa jalándolo de su brazo.

Agustín se negó, pero dos minutos más tarde accedió. Ambos bajaron del edificio y llegaron a su destino caminando; Una cafería no muy reciente de nombre "Sin bandera", la cual quedaba a solo unas dos cuadras de su residencia. El lugar tenía -irónicamente- una gran cantidad de banderas dentro del local como decoración además de los colores brillantes de las paredes. 

Dusk Till DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora