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—Eres todo un galán— Se dijo Agustín a sí mismo frente al espejo luego de guiñarse un ojo.

—¿Qué demonios haces? — Valentina entró en la habitación con un labial en su mano.

Agustín se acomodó fingiendo no haber realizado el acto anterior.

—Yo nada, ¿Y tú? — Le sonrió.

Valentina torció su cabeza admirando el traje de Agustín.

—Me gusta tu traje, ¿Tienes algo importante que hacer esta noche?

—El padre de Valery irá esta noche— Tomó una bocanada de aire— Ha sido desde siempre uno de los grandes accionistas de la compañía, quiere que hablemos de negocios.

Valentina volteó los ojos saliendo de la habitación.

—¡Se hace tarde! — Gritó desde el pasillo.

Agustín arregló su cabello por enésima vez y salió de la habitación.

(...)

—¡Genial! Aquí sirven hamburguesas— Musitó Valentina bajándose del auto viendo detenidamente el lugar.

—No puede ser posible que solo pienses en comer— Agustín guardó las llaves del auto en su bolsillo mientras caminaban hasta el restaurante.

—Agustín. Vinimos a un restaurante. A comer. ¿En qué más quieres que piense? — Se burló de él antes de acercase a las puertas.

La romanina era el nombre del prestigioso lugar del cual Lily se había encargado de apartar para el personal que conformaba la junta directiva, se podía notar apenas bajaras del auto a unos cinco metros. Las grandes puertas de cristal — Que hacían sentir a los hermanos cortos de estatura— se abrieron debido al portero de traje beige que les dio la bienvenida. Las paredes eran de color blanco perla que hacía contraste con la alfombra completamente roja que cubría el piso entero.

Segundos después de entrar notaron dieciocho personas vestidas de manera elegante sentadas en una larga manteniendo conversaciones diferentes. Agustín se acomodó el sacó color gris y caminó junto con Valentina a la mesa. Todos saludaron cordialmente y ambos tomaron asiento, el joven de ojos color esmeralda comenzó a distinguir a cada uno de los invitados en la mesa sin encontrar a Valery o a su padre, fue cuando le llamó la atención la señorita al lado de Daniel. Era Maia, vestía una prenda blanca que dejaba su hombro izquierdo descubierto, el cabello suelto le lucía mucho más de lo normal acompañado de un labial rojo oscuro.

Agustín se quedó observándole mientras ella charlaba entre risas con Daniel, hasta que esta volteó y el apartó la mirada.

—¡Mira es Maia! — Dijo en un tono bajo Valentina mientras la saludaba, pues se encontraba al otro extremo de la mesa.

—No la había notado— Susurró una mentira mientras sacaba su teléfono del bolsillo.

Agustín alzó la mirada al escuchar la voz de Valery a distancia. Efectivamente estaba entrando al restaurante acompañada de su padre quien venía a su lado.

—¿Por qué la invitaste? — Se quejó Valentina como una niña pequeña.

Agustín se levantó de la mesa pidiéndole a Valentina que se callara solo con su mirada. Se alejó de los demás y caminó hasta Valery y su padre con una cordial —Aunque fingida— sonrisa.

—Walker— El padre de la pelirroja musitó en forma de saludo para luego extender su mano. Agustín la estrechándola.

—Señor Hadid, ¿Cómo ha estado? — Valery se acomodó a su lado— Hola Valery— Le sonrió de lado. El señor de cabellos iguales a los de su hija observó el lugar y las distintas personas en la mesa.

Dusk Till DawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora