Agustín salió de la división con sus facciones neutrales acompañado de Valery a su lado mientras procesaba lo que acababa de pasar, ¿Comprometido? No, jamás, y con Valery mucho menos. Sabía que si contraía matrimonio —algún día— sería porque él así lo querría.
—¡Y hasta que por fin! — Valentina vio a su hermano con entusiasmo hasta que pudo distinguir a Valery a su lado, lo que hizo que sus gestos cambiaran.
—Por favor, cámbiate de asiento— Pidió Agustín con flojera señalando el asiento vacío al lado de su hermana. Ella lo miró despectivo sin moverse— Por favor— Abrió aún más sus ojos.
Valentina alzó una ceja sin quitar su mirada. Y diez segundos más tarde se movió al lugar en donde su hermano había estado sentado antes, dejando que Agustín se sentara entre Valentina y Valery.
—Ya ordenamos, no pensé que tardarías tanto— Dijo la rubia observando su teléfono— ¿Qué te dijeron? — Se notó entusiasmo.
—Nada interesante, luego hablamos de ello— Valery le llamó la atención tocándole el hombro— ¿Qué?
—Era sólo para recordarte, amor, quiero actúes muy bien frente al personal— Miró el esmalte de sus uñas— Espero al menos un anillo de tu parte— Sonrió hipócritamente dirigiendo su mirada hasta el otro extremo de la mesa y sin decir una palabra dio un pequeño beso en sus labios sin a apartar su mirada de donde la tenía fijada. Agustín se quitó rápidamente de ella.
—¿Qué haces? — Él volteó notando a Maia observándolos y regresó su mirada a Valery— ¿Es en serio? — Se acomodó en su asiento observando el menú sin interés.
Para Maia no habría sido tan interesante, pero recordaba que aquella joven era quién la había encerrado en el depósito, lo que hacía que sintiera algo de odio. Sus pensamientos fueron interrumpidos por Daniel, quién le estaba comentando sobre los diferentes postres del menú, agradecía que después de todo no estaba sola, pues Sofía le había cancelado a último momento y primo de Valentina se había ofrecido a llevarla desde un inicio. Daniel, le parecía genial y bastante gracioso y a pesar de no buscar una relación o algo similar le llamaba bastante la atención.
—No puede ser posible que Valery esté aquí— Dijo al notar a la pelirroja en la mesa.
—¿Por qué tanto odio hacia ella? — Daniel le miró irónico— Digo, es insoportable, pero Agustín está con ella.
—Sólo por sus padres, ¿Qué mejor que salir con la hija de unos de los más grandes prestamistas de la empresa? Se conocen desde pequeños, y a pesar de que Agustín no lo diga, siento que fue arreglado.
Los labios de Maia formaron una "o" antes de que la comida llegara a la mesa. Agustín y Valery habían hecho sus pedidos durante la conversación de Maia y Daniel. La cena transcurrió de manera tranquila, obviando la voz de Valery en los oídos de Agustín. Todos los presentes ordenaron distintos platos distinguidos —Excepto Valentina que ordenó la hamburguesa más grotesca, según Agustín— De vez en cuando, Agustín se dedicaba a observar a Maia y a Daniel, quienes parecían disfrutar de la velada más que él.
Durante dos largas horas el joven de apellido Walker se dedicó a debatir consigo mismo lo sucedía; perder una oportunidad como esa no era algo conveniente, además si aceptaba el falso compromiso sería con una gran cantidad de condiciones sin mencionar lo mucho que se levantaría la compañía Walker. Pero, por otro lado, ¿De qué valía el hecho de fingir algo que no era, perder su vida con alguien que en realidad no quería? ¿De qué valía no ser feliz? Recordó las palabras de Maia el otro día. Así alzó su mirada observándola detenidamente, ella sí parecía ser feliz sin muchas complicaciones.

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Dusk Till Dawn
Teen FictionMaia Vincent, es una aspirante a modelo de la gran ciudad, dispuesta a vivir cualquier aventura con tal de cumplir su gran sueño de caminar por las pasarelas del Orquídea Fashion Show. Agustín Walker, primogénito de una de las familias más conocidas...