Sentimientos encontrados

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Semana 8
El libro es interesante, aunque hay palabras técnicas que no entiende y lee lento, es lo que tiene no haber pisado el colegio apenas, a este ritmo el bebé nacerá antes de que el llegue al capítulo del parto.

Por lo pronto ya sabe que el bebé mide entre 1,5 y 2 centímetros, pero ya tiene párpados, ojos, labio superior, nariz y las orejas se están empezando a formar. El cuerpo se está alargando, pueden reconocerse lo que serán brazos y piernas,  y su corazón ya late.

Le cuesta creer eso.

Le sorprende y preocupa todos los peligros que acarrea un embarazo, los cuidados que debe de tener la madre, la de problemas que puede haber durante la gestación, el alto porcentaje de abortos espontáneos, lo peligroso que es para el desarrollo del bebé que la madre fume durante el embarazo ¿Ella fumaba? no la había visto fumar, pero eso no aseguraba nada.

No puede tomar alcohol. ¡Dios! ¿Se tomó aquella copa de champán cuando brindaron? No la vio...

La de alimentos que no puede comer, el peligro de los vapores de algunos productos de limpieza... ¿Ella sabría todo aquello?

A la derecha de la página un dibujo ilustrativo del interior del vientre de una mujer alrededor de la octava semana de gestación llama su atención.

Lo acaricia suavemente con la yema de los dedos y siente un aleteo extraño en el estómago.

Lleva un mes sin verla, un mes en el cual por las mañanas busca trabajo, come algo rápido y pasa la tarde en la biblioteca hasta la hora de su cierre.

Maggie lo recibe con un "Buenas tardes, señor" y lo despide con un "Buenas noches, gracias por venir".
Durante las horas que está ahí se siente bien, es uno más, puede camuflarse entre estudiantes estresados y devoradores de libros consumados

-Buenas tardes -lo saluda un joven de rasgos asiáticos que se sienta a su lado.

Él gruñe en respuesta y vuelve a su lectura. 

Tiene un segundo libro entre las manos, un libro fino, escueto, apenas 50 páginas, está destinado a ayudar a entender el papel del padre durante el embarazo, parto y vida del bebé. Cada capítulo comienza con una pregunta que por alguna razón no puede evitar responder mentalmente.

¿Qué hizo tu padre por ti en la vida?
Jodérmela
¿Quieres lo mismo para tu bebé o quieres cambiarlo?
¿Estás de broma?
¿Qué crees que puedes hacer por el bien de tu futuro bebé?
Mantenerme lejos de él 

-Joder, es guapísima -murmura el joven sentado a su lado. Daryl lo mira -Eh, yo... ¿He hablado en voz alta, verdad?

-Puf -es lo que dice en respuesta volviendo a su libro.

El amor de juventud... recuerda cuando empezó a prestar atención a las mujeres, era tan joven, tan inocente, tan torpe. Pocas chicas se atrevían a fijarse en él, y quién lo hacía era frenada por su padre ¿Su hija saliendo con un Dixon? Por encima de su cadáver...
Su primera experiencia sexual fue en un club de mala muerte acompañado por su padre y su hermano. Era como un ritual Dixon: Tenían que mojar antes de los 18, y si no lo conseguían por su cuenta recurrían a profesionales.
Recuerda a dicha profesional: Peluca rubia a media melena, labios rojos, olía a alcohol y tabaco y le doblaba la edad.
"No me toques" fue la frase que más repitió en aquella habitación. No estaba acostumbrado a las caricias, no sabía lo que eran, y aquello no le estaba gustando nada.
Con el tiempo aprendió que le gustaba tocar pero no ser tocado, disfrutaba acariciando, besando el cuerpo de una mujer, dándole placer... le daba igual quién fuera, cómo fuera, hasta que llegó ella... a pesar de que debía odiarla, de que quería odiarla, era ella la que acudía a su mente cuando buscaba su propio placer.

Sólo una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora