Paraíso desolado

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2 hora después

-¡Eso es! -se enorgullece Daryl cuando al fin consigue arrancar la maldita moto que tantos quebraderos de cabeza le ha estado dando.
Se limpia el sudor de la frente con el dorso de la mano.
Se siente sucio. Mentira, está sucio, y tiene el tiempo justo para ducharse y así estar presentable para sus amigos.
Mira el reloj, Carol se está retrasando en la compra, no es normal, pero teniendo en cuenta que va sola con Sophia, que es sábado, por lo que hay mucha gente haciendo compras y que se suele formar atascos a la salida del supermercado pues no está muy preocupado.
Limpia los restos de grasa de la moto y marcha a la ducha.

3 horas después

Llama a Carol por enésima vez, el teléfono da tono, pero ella no contesta ¿Dónde demonios está? ¿Y si le ha pasado algo? Puede haber tenido un accidente o simplemente perdido el teléfono.
Se empieza a poner nervioso, no para de resoplar y de dar vueltas por la casa como un tigre enjaulado. Sólo de imaginarse a los dos amores de su vida dentro de un coche destrozado le revuelve las tripas.
-Se acabó.
Se coloca la chaqueta y sale por la puerta a toda prisa.

-¡Hey! ¿A Dónde vas, gruñoncete? ¿Ya huyes de nosotros? -saluda Tara que estaba a punto de llamar a la puerta.

Daryl mira a todos sus amigos frente a él.
-Hey -saluda casi en un suspiro. Se había olvidado de ellos.
La sonrisa de todos se borra cuando se dan cuenta del rostro preocupado de Daryl, pero no necesitan preguntar que ocurre, él lo cuenta:
-Carol salió a comprar hace tres horas con Sophia y aún no ha vuelto, estoy preocupado. Iba a salir a buscarlas ahora mismo.

-¿Quieres que vayamos contigo? -pregunta Maggie

Se encoge de hombros. Su mente no tiene tiempo de preocuparse por los pros y contras de aquello.
-Como queráis, seguidme.
Se coloca su casco y arranca la moto que ruge con fuerza, señal de que ha logrado la proeza de arreglarla, pero ya no le importa, en su mente sólo está encontrarlas sanas y salvas.
Lo más seguro es que se haya retrasado por algún motivo absurdo: Se encontró con alguien, la cajera no encuentra el precio de un producto, ha ido a otro supermercado porque no encontró todo lo que necesitaba... pero hasta que no pueda tenerlas entre sus brazos no estará tranquilo.

Toma la segunda calle a la derecha que le lleva hasta el supermercado, apenas tarda en llegar, a veces ha ido andando dando un paseo con Sophia si sólo tenía que comprar un par de cosas.
Aparca la moto en los aparcamientos reservados para estas y desde su posición examina cada coche que hay a su alrededor buscando la vieja furgoneta mientras espera a que los demás aparquen.
No tarda mucho en localizarlo, Carol siempre suele aparcar junto a la zona de carros para no alejarse del coche tras descargar las compras y poder dejar a Sophia ya dentro, sentada en su sillita, sin perderla de vista. Viene bien sobre todo los días de lluvia o mucho frío.
-Ahí está el coche -indica a sus amigos que acaban de llegar a su lado.
Caminan a paso ligero hasta él con la esperanza de que Carol esté dentro de este a punto de arrancar, y si no es así entrará y la buscará por los pasillos del supermercado.
Un llanto desesperado lo alarma.
-¡Sophia! -grita.
La pequeña está sentada en su sillita, empapada en sudor y llorando desconsolada.
-Ya te saco, papá ya te saca, tranquila.
Sophia mira a su padre y comienza a llorar con más fuerza, echándole los brazos.
Daryl tira de la manija de la puerta abriéndola sin esfuerzo. El coche no está cerrado.
-Papá ya te tiene, ya está -dice con suavidad, tomándola en sus brazos para calmarla. Puede sentir su corazón acelerado, sus mejillas pegajosas por la cantidad de lágrimas que ha derramado, su cuerpo caliente y su cabello y ropa empapados por el sudor.
¿Cómo es que nadie se ha percatado de ella? y lo más preocupante...

-¿Dónde está Carol? -le roba Andrea la pregunta de la boca.
La mujer busca en su bolso una botella de agua y se apresura en mojar la nuca de Sophia y darle de beber. Está sedienta. Debe de llevar ahí mínimo una hora.

Sólo una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora