Caricias

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Daryl besa suavemente la sien de Carol mientras la observa amamantar a Sophia sentada en el suelo del salón.
Es una estampa navideña envidiable, están rodeadas de regalos y arropadas por el árbol de navidad cuyas luces se reflejan sobre las esferas que lo adornan, formando hermosos destellos que se enredan en el cabello de Carol, y van a morir a sus ojos. Esos hermosos ojos que ahora mismo están tan llorosos como los de él.
Aún no han cruzado palabra tras su confesión, Sophia ha reclamado su desayuno y el emocional abrazo en el que estaban inmersos tuvo que interrumpirse.
-Os voy a hacer una foto -anuncia dando un dulce beso en la mejilla de Sophia, rozando casi imperceptiblemente el pecho de Carol.

Carol dibuja una suave sonrisa cuando lo ve levantarse de su lado y colocarse a cierta distancia de ellas, móvil en mano.
Le encanta ese interés que tiene en fotografiar cada pequeño momento de su vida, y ella con gusto lo deja hacer. 
Durante todo su matrimonio Ed jamás se molestó en hacerle una sola fotografía, toda su casa estaba decorada con imágenes de él, posando con sus piezas de caza, sus amigos, sus padres... Sólo había una foto de ella: La de boda, en la cual, el la agarraba con posesión por detrás, y ella sonreía feliz, ignorando la pesadilla en la que se acababa de sumergir.
Casi que prefiere no tener fotos de esos años de matrimonio, no se reconocería en ninguna de ellas, y además ni uno solo de los momentos vividos con él ha sido digno de inmortalizar en el tiempo, aunque por desgracia, están grabados en su memoria y en su cuerpo.
En los últimos seis años la única fotografía que se hizo fue para renovar el DNI, y ello acabó en paliza por salir sonriente.
Si todos  hubiesen sabido el tremendo esfuerzo que hizo por salir sonriente, cuando apenas podía erguirse por los golpes que la noche antes propinó sobre su estómago, hasta el punto de hacerla vomitar...
Sophia gruñe, odia que su madre deje de hacer contacto visual con ella mientras está siendo amamantada, por lo que vuelve a su perfecta realidad y mirar a su niña, segundos antes de escuchar el clic del capturador de la cámara del móvil.

Daryl observa la foto, es digna de enmarcar, un precioso recuerdo de la primera Navidad de su pequeña, y la suya también, porque lo que él ha estado viviendo todos estos años no es digno de ser llamado Navidad.
Sonríe como un idiota al ver como Carol besa la mano de su niña y le susurra algo que no llega a oír.
Ama a su familia, ellas son más valiosas que su propia vida.
-¿Qué te parece si desayunamos, nos vestimos y vamos a dar un paseo por el parque? -propone.
Últimamente entre el trabajo, asuntos legales que arreglar en Georgia, y las fiestas, no han tenido tiempo de pasear tranquilamente en familia, aunque sabe que Carol lo hace todas las mañanas con Sophia, mientras él está en el taller.

Carol sonríe mordiéndose el labio.
-Me parece bi...
Como por capricho de la naturaleza el estruendo de un trueno anunciando la llegada de la lluvia hace vibrar los cristales, silenciando las palabras de Carol y sobresaltando a Sophia, que suelta el pezón un instante, para no tardar en volver a introducirlo en la boca y seguir desayunando tranquilamente.
Carol hace un puchero y mira a Daryl.
-¿Y si mejor nos quedamos en casa, en pijama, viendo películas navideñas y escuchando llover? -propone ella con una sonrisa divertida dibujada en los labios -Y así hablamos -añade con suavidad. Tienen una conversación pendiente.

Daryl traga saliva.
Es normal que quiera hablar, necesita saber sobre él, el porqué de todos sus problemas, fobias, conocer cómo ayudarle, que puede hacer, que no, pero no puede evitar sentirse nervioso, ¿Y si decide no seguir con la relación?
-S... sí, claro. Vo...Voy a preparar café, no va a ser Sophia la única en desayunar hoy -tartamudea inquieto.
Da varios pasos hacia atrás, sin dejar de mirarla, tropezándose con todo como un estúpido patoso y finalmente se gira rumbo a la cocina.
-Dios -murmura una vez que está allí.
Planta las manos sobre la encimera y expulsa el aire que no sabía que estaba conteniendo.
Hasta ahora no se había parado a pensar en lo que acaba de hacer; Tendrá que abrirse a ella, contarle todo, y siente que no va a ser capaz... Michonne tenía razón, se lo dijo, que no estaba preparado para dar ese paso, pero él es un idiota impaciente que se ha saltado un montón de pasos y no ha podido esperar a que la terapia que está recibiendo siguiese su curso normal.
Tendrá que pagar las consecuencias...
Vuelve a su mente la misma pregunta que se hizo minutos antes ¿Y si decide dejarle? El corazón se le encoge en el pecho al pensar en esa idea.
Es lógico que no quiera continuar conviviendo con alguien como él, incapaz de dejarse tocar. Quizás considere que ya ha perdido demasiado tiempo con él y no quiere continuar con esa mierda de hombre, que merece a alguien sano emocionalmente con el que disfrutar plenamente de las relaciones sexuales y al que poder abrazar y acariciar...
Se acaricia el rostro, justo por la zona donde momentos antes estuvo posada la mano de Carol.
Suspira. 
Su cuerpo se tensó, y las cicatrices de su cuerpo comenzaron a doler, avisándole del momento de "peligro", recordándole lo que otras manos han hecho sobre él. Pero... había algo distinto esa vez: Era ella.
Aún puede sentir la calidez y la agradable suavidad de su piel, tan diferente a lo que está acostumbrado. Sabe que si a ella se le ocurriese acariciarlo por su propia voluntad seguramente saldría huyendo como siempre hace, pero al menos, al fin ha experimentado lo que es una caricia, aunque ella ni siquiera haya dirigido el movimiento de su mano, pero era su mano...
Le gustó la sensación, a pesar del pánico que sintió, por lo que hará todo lo posible, si ella se lo permite, para que un día, ese tipo de contacto sea algo completamente natural entre ellos. 
Poder tenerla acurrucada a su lado, que lo abrace, que pueda tocar, y besar cada palmo de su cuerpo, que... que pueda verlo desnudo... Dios, esa es otra, tanta terapia para dejarse tocar, y a lo mejor nunca será capaz de desnudarse delante de ella, y si lo hace, teme no gustarle, que lo mire con asco y... y le deje...
Sacude la cabeza y comienza a preparar el desayuno. Pase lo que pase, decida lo que ella decida, lo aceptará y respetará, espera que, aunque ella deje de amarle, puedan seguir siendo amigos, por el bien de Sophia, aunque él se sienta morir al tenerla cerca y no poder besarla.
Duda mucho que su corazón vuelva a enamorarse, y latir con tanta intensidad como cuando ella está a su lado. 

Sólo una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora