"Capítulo 20-Nada"

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Era el peor comienzo de un lunes posible, qué clase de esperanzas tenía al saber que lo más seguro era llegar a mi casa y encontrar la habitación de mi hermanita vacía? Sin contar que lo más posible era que se mantenga así de vacía y abandonada durante mucho tiempo si no hacía algo para evitarlo.


No es necesario decir que me saltee el desayuno y a penas tuve tiempo para arreglar mi cabello, salí por aquella estupida puerta y procuré no volver ese día a mi desgraciada casa. Mi hermana era la única razón por la que trataba de mantenerme cuerda y ahora que ella se iría con mi peor enemigo no me quedaban razones para tratar de estar bien. 


Se había ido todo por la borda, sólo me quedaba Emily.


Era la única que a pesar de todos sus problemas había estado a mi lado desde que se mudó al lado de mi casa. Nunca me había hecho sentir una mierda porque ella no es como todos los demás, cuando más los necesitas es cuando menos están y ella todo este tiempo ha estado tratando de hacerme sentir bien. Vaya que lo ha logrado.


Se podría decir que Emily es la única razón por la que sigo de pie. 


Camino con la cabeza baja por todo el trayecto hasta la escuela, no podía llorar porque correría todo mi maquillaje y es lo poco que puede tapar mis ojeras. 


Llegué y lo primero que vi fue a Ellie y Katy juntas, estaban sentadas en los mismos asientos de siempre conversando bastante serias, no eran conscientes de que las estaba observando hasta que alguien gritó mi nombre.


Era uno de mis compañeros de curso, a penas sabía que me conocía, estaba haciéndome señas con su dedo para que fuera hasta él. Claro que lo hice sin temor, ya no le temía a nada. 


Me senté a su lado de brazos cruzados esperando a que hablara, no sabía qué quería y a medias me importaba, sólo quería que hablara para contestarle y luego seguir con mi miserable día en la miserable escuela.


-Cassie quedó en ropa interior en la fiesta del sábado, sus lágrimas no paraban de salir de sus ojos. Era muy gracioso verla con esa estúpida ropa mientras trataba de cubrirse con sus manos y todos a su alrededor tomaban fotos.



Su risa comenzó a estirarse y de su bolsillo sacó su móvil para estirarlo hasta mis ojos y mostrarme una de las tantas posibles fotos que le tomaron. Cassie estaba llorando como nunca había visto que lo haga, tenía todo su rostro rojo al igual que sus ojos, sus pequeñas manos cubrían muy poco y no sirvió de nada debido a que las risas aumentaban en cantidad probablemente. 


Estaba viéndome a mi misma reflejada en Cassie.


Sin embargo, poco me importó, más bien me dieron ganas de reír a carcajadas porque mi plan había salido a la perfección después de todo y que ella estaba sintiendo lo mismo que sentí yo por años. No me daba pena, tampoco rencor, sentía que se lo merecía y si Dios no le dió su merecido entonces debía encargarme yo.


Y así fue.


-Me alegra que alguien haya tenido el valor de darle su merecido.-Digo riendo.

《Perfecto Desastre》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora