Una imagen totalmente blanca inundaba mi sueño. Como de costumbre, no soñaba absolutamente nada. Y el calor que tenía me estaba matando. Dios mío, ¿¡Aun sigue puesta la calefacción!? Me levanté lentamente observando que Viky ya no estaba tirada en mi cama. Con seguridad “Mamá Alex” la abría arrastrado a su respectiva habitación mientras yo dormía. Daba pasos cortos arrastrando los pies y apoyándome en las paredes del pasillo. Se podría decir que iba dando tumbos. Me sentía fatal, me mareaba incluso. Si había pillado un resfriado, seguramente tenía la posibilidad de escapar de las salidas de Alex a altas horas de la madrugada. Realmente salir ilesa después de pegarte toda la noche de fiesta con Alex, es un logro que nadie en su vida mortal conseguiría, repito, ¡nadie!
Apague la calefacción al fin y volví a dirigirme a mi cama. Esta vez más mareada de lo que estaba antes. Mis ojos se cerraban solos, sentía que perdía el equilibrio y a lo que me dí cuenta, estaba tirada en la cama, inconsciente.
-Lesly, teléfono.- Escuche la voz de Alex entre mi imagen totalmente blanca que se proyectaba en mi mente. Y el teléfono seguía sonando.- Lesly, el puto teléfono.-Noté como una almohada o objeto mullido aterrizaba en mi cabeza. Pero mis ojos seguían sin abrirse y mi cuerpo aturdido no respondía.
Tras esto, se escuchó un enorme suspiro por parte de la mayor y a continuación, el teléfono dejo de sonar.
-¿Quién carajos es a estas horas?-Gruño Viky.- ¿Y por qué me sacaste de la cama de Lesly? –Se quejó.- Siempre igual…
-Calla Viky, no puedo contestar si me estas hablando.-Aclaro.- Intenta despertar a la zombie, anda.
-Ponlo en altavoz, también quiero oír.-Murmuró la menor.
Tras una pausa, de silencio por supuesto, se escucharon los pitidos del teléfono y un gran suspiro de Alex.
-¿Lesly? –Se escuchó una voz grave.-
-No, soy Alex una de sus compañeras de piso ¿Quién pregunta? –Alex comenzó a mover mi hombro de lado a lado con fluidez, en un intento inútil de despertarme.
-Soy Sebastian, bueno, estuve con Lesly la noche anterior. Le salvarle el pellejo. ¿Me la puedes pasar ya?
-Oh, ya veo…-Murmuró Viky.
-Pues me encantaría, pero ayer se desplomó en la cama y no despierta.
-Creo que esta muerta.-Sugirió Viky.- ¿Tomó la medicación?
-Sabes que no le gusta, y pocas veces la toma.-Bufó Alex.- Hay que ir detrás de ella siempre… dios…
Mi subconsciente hizo una mueca de ofensa, y chasqueó sus dedos indignada. Por último se dio la vuelta y comenzó a comer Lays sentada en el rincón negro.
-¿Cómo? –Comenzó a reír él.- ¿No la llamasteis al hospital o algo?
-Por lo general una persona cuando tiene una herida se lo dice a sus mayores, o avisa o algo así. Esta idiota ni siquiera me dijo que estaba herida.-Soltó un gruñido.- ¿Podemos dejar la conversación para otro momento? Voy a llevarla al hospital.
-Más te vale…-Bufó Viky.
Escuché mi móvil estamparse contra mi cama. Seguramente Alex estaba muy molesta y Viky preocupada. Genial. La que me espera cuando despierte…
Alex me cargó en su fuerte hombro mientras Viky corría escaleras abajo, con las llaves, por el gran sonido de metal contra metal que resonaba por el portal. Seguramente entre la trayectoria casa-coche un montón de curiosos mirarían el espectáculo, porque claro, no es normal ver a una chica cargando a otra mas alta que se desangra. No es normal, no lo es.
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Arrastrame al infierno.
RomanceUna chica aparentemente normal con unos dones inimaginables. Un vampiro puro acompañado de sus nueve hermanos. Su atracción más grande que cualquier miedo pero... ¿Podrá existir amor entre la luz y la oscuridad? ¿Podrá encontrar nuestra protagonista...