GHULEH / ZOMBIE QUEEN 1° TEMPORADA

34._ UN DÍA CON EMERITUS PARTE III ÚLTIMA

Narrador:

Emeritus y Helena llegan al Palacio después de haber sobre volado el Infierno. Ambos entran por la puerta de herrería montados en el caballo.

—¡Miren eso!—. Dice Lucí.

—¿Qué pasa?—. Pregunta Wendy.

Todas las Ghuleh se asoman por la ventana y observan a Emeritus con Helena entrando, ella lo rodea con sus brazos de la cintura.

—¡Wow! Qué suerte tiene Helena. Emeritus nunca le ha dado un paseo a nadie—. Exclama Gönul.

La furia consume lentamente a Elizabeth mientras mira con odio la escena.

—¡QUÉ SUERTE NI QUE NADA!—. Grita Elizabeth empujando a Gönul y quitándola de la ventana. —Eso, no es suerte. Ella se le ha metido al amo hasta por lo ojos, lo persigue a cada momento y siempre está metiéndose en su habitación—. Dice furiosa.

—¿Qué dices?—. Le pregunta Atena atónita.

—Así como lo oyen. Ella se mete al cuarto del amo y duerme ahí cuando quiere—. Dice Elizabeth.

—¡Pero nadie puede dormir en sus aposentos!—. Exclama asombrada Wendy.

—Pues yo creo que es porque Helena es especial para el amo—. Interviene Dorotea.

—¡NO! ¡NO LO ES!—. Grita molesta Elizabeth. —Abran los ojos, recibimos en nuestro clan a una extraña que planea apoderarse de todo, principalmente del amo. ¿No lo ven? Ella quiere opacarnos, quiere superarnos. Pero no va a logarlo si nos unimos todas y la echamos del Palacio.

—Yo creo que estás exagerando—. Defiende Dorotea. -Por favor, Elizabeth no sabe lo que dice. No debemos dejar que los celos y la envidia nos consuman—.

—Es cierto. Yo sí creo firmemente que Helena no es así—. Dice Agatha.

—¡Pues no! Yo también opino que no debemos dejar que ella se meta con el amo si ni siquiera es Ghuleh—. Expresa Eleanor.

Entre todas comienzan a discutir.

—¡Oigan! !Oigan!—. Dice Dorotea intentando callarlas. —¡YA BASTA!—. Grita y todas se callan. —En primer lugar absolutamente nadie tiene permiso de reclamarle algo al amo. ¡NADIE! Que no se les olvide quiénes son ustedes y por quién son lo que son. En segundo lugar, y con todo el atrevimiento del mundo. Queda estrictamente prohibido alguna manifestación en contra de Helena—.

—Dorotea, mi querida. Porque seas la Ghuleh más antigua de todas nosotras, no quiere decir que tienes derecho a ordenarnos lo que debemos y no debemos hacer—. Le dice Elizabeth.

—Por supuesto que puedo hacerlo. No se les olvide quién las formó a todas ustedes—. Le contradice Dorotea.

La mitad de ellas se retira. Y en la sala solo se queda Elizabeth, Demetria y Eleanor.

—Estamos contigo Elizabeth. Esa muchachita insignificante no tiene porque ser la favorita de Emeritus—. Dice Demetria.

—No necesitamos de ellas. Entre tres podemos echarla del Palacio—. Dice Eleanor.

—No. No solo la vamos a echar, la vamos a destruir—. Responde Elizabeth. Entre las tres ríen malvadamente.

*En la habitación de Helena*

—Debo cambiarme. Lo veré en el Jardín Negro en 20 minutos—. Le dice Helena a Emeritus antes de entrar a su cuarto.

—¿Y vas a bañarte?—. Le pregunta morboso Emeritus.