Desde que inició el día, Ángel había estado desconcertado, primero en el entrenamiento y después durante el día en la escuela para Perros Guía, Azul, aquella chica de la entrada, por su voz sabía que era la misma chica con la que había tropezado saliendo del sanitario, estaba molesto con ella por utilizar la palabra "ciego" como un insulto, a lo largo de su vida, había escuchado esta misma palabra en tan diversos tonos que por la entonación que las personas hacían en esta palabra, Ángel estaba casi seguro como reaccionaban las personas ante él, una persona ciega, había escuchado decir "ciego" en un suspiro apagado, como si la persona no quisiera enterar a Ángel que no ve, la había escuchado pronunciar con lástima, casi siempre cuando escuchaba esta entonación, las personas cubrían su boca, como si les diera vergüenza ser descubiertos diciendo tal barbaridad, la había escuchado pronunciar con un dejo de lástima con el llanto a punto de salir de su garganta, quedándose ahogando el llanto y la palabra en el fondo de su garganta, había quienes incluso, la palabra ciego la consideraban fuerte y escandalosa, casi tan fuerte como un insulto que al no encontrar otra mejor palabra para definir la discapacidad de Ángel la decían en tono"bonito" para no ofender, decían "cieguito" condecendientemente como si fuera mejor decirla en diminutivo, esto siempre le daba gracia a Ángel pues por el hecho de decirla asi, no le quitaba un poco su discapacidad, o se hacía más pequeño o mas joven, luego estaban todas las entonaciones de esta palabra que se utilizaban él, sus amigos y compañeros en el Instituto para Ciegos, las entonadas con sarcasmo, de burla y autoburla, alguna vez entonadola como escusa para algunos que no encontraban algo o que habían olvidado hacer tarea.
Pero la forma de entonar esta palabra surgida de los labios de Azul fue con desprecio, con coraje, con odio, cada uno de los sonidos desde el ceseo de la primer letra 'c' hasta la última 'o' que se fundió en un ahogo, iba cargada con ponzoña, y eso justo era lo que lo tenía frustrado y enojado, la había seguido hasta el sanitario a esperarla para decirle lo que él creía de ella, además que ahora estaba seguro que ella también era ciega, porque ella no lo vio acercarse, luego chocó contra el cesto de basura, se desplazaba con inseguridad y por cómo estaba con su madre en el jardín de la entrada.
Ángel lo sabia, él era CIEGO, si señores con todas sus letras y sílabas, en cualquier idioma, lo había sido así dese el día que nació, no se avergonzada de nada ni lamentaba serlo, tenía una muy buena vida, ser ciego le ocacionaba el doble de trabajo, mucho más trabajo que a cualquier persona "normal", pero para eso estaba ahí en ese curso, para aprender y reforzar lo necesario para no ser una carga para nadie, si señor no iba a ser de esos que sólo extienden la mano, tendría que trabajar más, esforzarse más y se lo diría a aquella chica en cuanto pudiera, nadie debería utilizar esa palabra con tal veneno.
Mientras pensaba todo esto y lo poco que ella le simpatizaba aquella chica, preparaba una ensalada en clase de cocina, estaba rebanando zanahorias, y tan inmerso estaba en sus pensamientos, que no se percató de la posición de la navaja del cuchillo, está le atravesó su piel -¡Ahh!- exlamó Ángel soltando el cuchillo y llevándose el dedo a la boca, lo sintió caliente y con sabor a hierro, se había cortado y sangraba, ahogó un grito de dolor y apretó su dedo con su otra mano, había atraído la atención de todos, el Chef que les daba la sesión de cocina se le acercó a Ángel - hay "peque" ¿en donde tienes la cabeza hoy?, les dije rebanen las zanahorias, nunca hable de sus dedos....- le dijo el Chef a Ángel, llevaba un kit de emergencia, le revisó - Necesitas desinfectante y un vendolete después podras intentar terminar, no es muy profunda- continuó el Chef, Ángel asintió - ¡¡Ahhhhg!!, ¡quema, quema!- grito ahogadamente Ángel -Pues claro "peque" es desinfectante, dejará de arder en poco tiempo, no te preocupes, no se te saldrá el corazón, si dejas de retorcerte, te podré el vendolete- le dijo el Chef divertido -¿Puedo seguir con mi ensalada?- preguntó Ángel adolorido -si prometes terminarla antes de 15min, ya casi es hora del almuerzo- le respondió el Cheff tranquilamente pero su voz sonaba a risa, a lo que Ángel sonrió y suspiró, intentó terminar lo que comería en el almuerzo, y después saldrían a la calle con el bastón, lo que le hacía mucha ilusión, fué entonces cuando realmente se concertó, también tenía mucha hambre pues se había levantado muy temprano a nadar, así que terminó de cortar las zanahorias, jitomate, jamón, un poco de queso, le faltaba deshebrar el pollo, justo cuando con mucho cuidado de no quemarse introdujo la mano con unas pinzas para sacar la pechuga del hervor, se dió cuenta que algo estaba mal - ¡Maldición!- dijo Ángel por lo bajo, no había vapor, el agua estaba fría, -¿Ahora que te pasa "peque" ?- le pregunto Ramón por su espalda - Nada, es sólo que no herví la pechuga, no encendí la estufa- respondió Ángel preocupado - Hora de limpiar, tienen cinco minutos para que esto quede impecable, pues viene otro grupo- dijo el Chef en voz alta desde lo lejos,- ten "peque"- Ramón le extendió un tazón con pollo deshebrado, Ángel lo tomó y lo vació en su ensalada, la mezcló y a continuación comenzó a limpiar su área de trabajo lo mejor que pudo, con mucho cuidado de no tirar nada.
-Bien, muy bien todos, salgamos almorzar- dijo la coordinadora del grupo, llamada Stella, -¿Todos tienen sus topers herméticos bien servidos, para comenzar a salir?- pregunto el Chef -Mierda, no...- susurró Ángel para si -¿Ahora que "peque"?- preguntó Erick riendo por lo bajo -No me serví nada en el toper- respondió Ángel susurrando y buscando el toper en su mochila, lo localizó y rápidamente vació toda su creación en él, Erick le ayudó a limpiar llevándose consigo la pechuga cruda en el toper del desayuno que se había terminado antes de nadar, para salir a almorzar con el resto del grupo, en mesas que habían dispuesto para ellos.
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Blind Is Love
Teen FictionÁngel no era un chico cualquiera y él lo sabia. También sabía que tendría que ser valiente para enfrentar todos los retos que no ver le suponían, incluso el amor