A palabras necias, oidos sordos

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Esta vez, nos costó un poco más entrar, ya que era menor de edad y no teníamos carnets falsos como la otra vez, por suerte o por desgracia Javier era amigo de aquellos matones que cubrían la puerta. Seguía sin comprender cómo un miércoles por la noche había tantísima gente, como se notaba que venía de un pueblo tan tan pequeño. Aquella discoteca estaba repleta y aunque no recuerdo el nombre, agradecí que no nos llevará a la de la ultima vez.
Parecía que era la que estaba más desorientada de los cuatro así que me senté restándole importancia. Sofía y Javier me acompañaron pero Zack ya había desaparecido casi nada más entrar. No pude evitar tener la curiosidad de saber dónde se había metido pero cuando quise levantarme para fingir ir al baño, él llegaba desde una de las muchas partes de aquella inmensa discoteca con una chica. Era alta, mucho las alta que Sofía o que yo, yo tampoco es que fuera muy alta, rubia y con ojos verdes, muy oscuros o eso parecía con aquellas luces de discoteca. Era guapa, tampoco era extravagante pero si se le podía conceder el término de una chica guapa, aunque su cuerpo si que era espectacular y esto, en esta época de la vida, hace muchísimo.
-¿Donde estabas?- le preguntó Javi regalándole una de sus mejores sonrisas, se que era inconsciente de que estaba ocurriendo allí. Sofía si se dio cuenta y me apretó la mano por debajo de la mesa donde estábamos en signo de fortaleza, lo que agradecí enormemente.
-Por ahí, em bueno os presento esta es Paula, Paula estos son mi mejor amigo, Javi. Su novia.- se corrigió.- su prometida Sofía y esa de allí se llama Andrea.- termino señalándome con un gesto con la cabeza, terminó por irritarme también.
-Aquí tiene señorita esta bebida, se la envía aquel chico que está sentado en la barra. El que se encuentra en el centro.- me anunció aquel camarero de mediana edad.
El hombre que me había invitado a una copa, era algo rubillo, más bien castaño. Unos ojos tan verdes que se llegaban a ver desde aquí. Y una sonrisa que enloquecería a cualquiera, esa sonrisa que me estaba dedicando a mi expresamente. Era muy muy guapo, aunque ni de lejos tanto como Zack. ¿Por que no puedo dejar de pensar en ese capullo? Así que consciente de que todos me miraban a ver que reacción tendría después de aquello, le sonreí a aquel tipo levantando la copa y a la vez saludándole con la mano que tenía libre. Zack se iba a cagar, ya estaba harta. ¿El quería jugar? Pues juguemos.
-Uh es muy guapo, ve y habla con el.- el guiño que me dedico Sofía hizo que terminara de explotarme de risa. Por alguna razón me sentía extremadamente pava, puede que fuera porque había bebido ya un sorbo de aquella bebida. Declarado, el alcohol no es lo mío.
-Que patético.- dijo Zack, el enorme capullo de turno. ¿A el que más le daba? ¿Ya tenía a Paula no? Pues que la disfrute. Haciéndole caso omiso a su comentario me levanté, planchándome con las manos el vestido extremadamente corto, por cierto, que me había dejado Sofía para que no fuera en chandal a aquel lugar.
Antes de irme le dedique una última sonrisa a Zack, que no parecía precisamente muy contento, más bien todo lo contrario. Cuando se le acercó Paula la alejo con una mano y siguió devolviéndome la mirada. Se que ella no tenía la culpa de nada, que no sabría que estaba pasando allí ni nada por el estilo pero aquel gesto me hizo sentirme mucho mejor la verdad.
Le quite la mirada justo antes de sentarme con aquel tipo castaño de ojos verdes.
-Hola preciosa.
-Hola, mm..llámame Andrea.- creo que me estaba sonrojando, no se si era por aquel tio o era un indicio de que estaba borracha.
-No he podido evitar fijarme en ti, me llamo Erik.- tenía una sonrisa dulce, viéndolo más de cerca tenía un aire con Enrique pero con rasgos más suavizados, lo que hizo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo.
-Mmm.. gracias.. supongo.
-¿Te encuentras bien? Pareces mareada.- dijo en tono de preocupación.- a decir verdad lo estaba. ¿Como es posible que el alcohol actuará tan rápido esta vez? Estaba claro que aquella bebido tenía un alto grado de alcohol así que decidí ponerla en esa mesa y no probarla más en toda la noche.
-Estoy bien.
-¿Quieres salir a tomar el aire?
-No da igual estoy bien.- decidí mirar otra vez a Zack pero su asiento estaba vacío, aunque Paula seguía allí cruzada de brazos y con cara de pocos amigos. Tan propio de el, desaparecer como no.
-Hola chicos, ¿que tal todo por aqui?- ¿Era su voz?
-Ei Zack que pasa tio cuanto tiempo. ¿Que haces tú por aquí? ¿Quieres algo de beber o algo? Puedo decirle a alguien que te lo traiga rápidamente ya sabes cómo en los viejos tiempos.- no se si fue mi imaginación pero cuando le recordaron los viejos tiempos su cara empalideció al instante.
-Ya..no bebo, ya no.
-Pero que dices si a ti te encantaba venga aunque solo sea una.- todos notamos la mirada que le echo, hasta a mi me dio miedo.- bueno pero que si no quieres no te voy a obligar. Mira esta preciosidad se llama Andrea, andrea este tipo de aquí se llama Zack.
-Nos conocemos.- dijo Zack muy serio, no parecía que le hiciera la misma gracia que a erik todo este asunto.
-Ah vale entonces no insisto más ¿y de que os conocéis? - me pregunto mirándome a mí.
-Em.. somos a..
-Somos novios.- dijo Zack mirándole fijamente a los ojos y haciendo caso omiso de mi.
Me quede en estado de shock. ¿Pero que hace? Si el mismo me dijo que no lo éramos.
-¿Es tu.. novia? Anda nunca me imaginé que el famoso Zack iba a llegar a comprometerse con alguien, bueno os felicito. Y sobre todo a ti Zack no veas te has buscado a lo mejorcito de aquí de granada.
-¿Gracias?- no supe que otra cosa decir.
-Bueno nos tenemos que ir ya.
-¿Tan pronto?
-Si, adiós.
No se molestó en decir nada más me cogió del brazo me levanto de aquella silla y tiro de mi hasta la salida.
-¿A que ha venido eso?- dije una vez ya fuera del establecimiento.- creo que no querías novias.
-Y no quiero, era mentira no te ilusiones. Ese era un capullo si era un intento de darme celos, no lo has conseguido pequeña.
-Ah ¿no? Porque yo creo que si te has comportado como un capullo, como un capullo que eres. Ya te lo he dicho que no quiero verte más pero vista en la situación que estamos vamos a tener que hacerlos así que acércate lo menos posible a mi. ¿Val..- no otra vez no me caí al suelo aunque sin desmallarme, joder estaba dispuesta a no probar más el alcohol en lo que me quedara de vida.
-¿Estas bien?- y entonces volvió, el chico que aunque no lo admitiera se preocupaba por mí, no se por qué razón era ni quería saberlo pero cuando me hablaba así lo sentía muy cercano a mi. Cuando me ayudó a levantarme le mire a los ojos durante indefinido tiempo y luego lo bese. Fue un beso mágico, como todos con el.
-Pero no te emociones..- le susurré imitando sus palabras de casi todos los días y él comenzó a reírse y yo con el. Me deje caer en sus brazos, estaba muerta y ya sin darme cuenta, también dormida.

Párenla, que va armadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora