A dios rogando y con el mazo dando

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-¿Que hacías cerca de mi casa?- Fue la pregunta más tonta que había hecho nunca o eso sentí, ¿como le pregunte eso después de haberme salvado?
-Tengo negocios por aquí no te creas El Centro del universo.

Y ya ha abierto la boca, volvía a ser el ingreido de siempre.
-Tampoco me gustaría ser El Centro del tuyo.-dije sonriendo y girando la cabeza hacia la ventana.
-Nena de eso no te preocupes.- y me guiña un ojo.
Pase de su comentario y puse los ojos en blanco, era superior a mis fuerzas.
-Ya hemos llegado.- dijo en lo que me pareció un segundo después.

Era una gran plaza, había gente montando en bicicleta pero a penas había nadie. Parece ser que cuando está relajado prefiere estar solo, así que cuanta menos gente mejor, entre esto y lo de la playa solitaria. A decir verdad, preferí la playa. Saludo a todos los que había allí, pero no se pro a hablar con ellos y seguimos hacia delante, un sitio más...tranquilo.
-No te gusta estar rodeado de gente, ¿no?
-Es que cuando tú estas rodeada de gente es porque vas con tus amiguitas, cuando yo estoy rodeado de gente no significa lo mismo, ¿entiendes pequeña?- dijo mientras se metía un cigarrillo en la boca. Haciéndome un gesto de si quería uno. Pero lo mire asqueada y entendió que no, que no quería uno.
-No sabia que fumabas.
-Y no lo hago.
-Bueno eso es discutible cuando me lo estás diciendo con un cigarrillo en la boca.
-¿Has visto la película de bajo La misma estrella?
-Claro, es mítica.
-Pues el protagonista se mete un cigarrillo en la boca y ni si quiera fuma, solo para demostrar que puede encender ese arma en cualquier momento, pero no lo hace, así que el gana.- dijo como si tal cosa echándose los brazos tras la cabeza y tumbándose en un césped que había por allí detrás del banco que estábamos sentados.
-Anda no sabia que eras un romántico.- dije guiñándole un ojo mientras le sonreía. El se sonrojó al instante pero pensó que no lo había notado.
-Que haya visto esa película no significa que las vea todas, la vi porque no echaban nada menos peor en la tele. Fue lo único de la película que me gustó- dijo incorporándose. Me levante y me puse justo enfrente de él. Arquee una ceja y lo mire desafiante.
-Te reto.
-¿Que?- me contestó riéndose abiertamente.
-Que te reto.- repetí.
-¿Y a que me retas pequeña?- dijo acercando su rostro, pero al verlo tan cerca me tope con sus ojos, ojos tan tan azules.. entonces recordé la primera vez que lo vi. Pero no tenía nada que ver con ahora mismo. No podía quitar la vista de ellos. Su sonrisa desapareció de su rostro, me miraba igual que yo a él. En ese momento sentí que solo existíamos nosotros. Pero entonces lo vi, vi duda en sus ojos, que los apartó y miro hacia un lado haciéndose el loco.
-Bueno me vas a decir el reto ¿hoy o cuando?
-Te retó a una carrera. Si gano, conduciré yo de vuelta a mi casa.
-¿Y si gano yo?
-Eliges tu tu premio.
-Si gano yo..-y entonces me miró a los ojos.- si gano yo, quiero que veamos esa
película. Quiero que tú la veas conmigo.

No se por qué la idea de que quisiera compartir ese momento conmigo me hizo sentir especial así que asentí.
-Cuando quieras.- me dijo
-Te estoy esperando.
-¿Quieres que te deje ventaja?
-¿Estas de coña? Te gano sobrada.
-Bueno ya lo veremos.
Me levante de un salto y el se incorporó como si no le costará lo más mínimo. Que cuerpo tenía...
-Preparados..
-Listos..
¡Yaa!- gritamos al unísono.
El me llevaba una ventaja importante, unos dos metros. Así que intente acelerar y lo agarre de su camisa, tirando hacia atrás.
-¡Eh eso es trampa!-me gritó, pero no me importó seguí adelante orgullosa de mi trabajo. Pero cuando creía que tenía la carrera ganada, alguien me cogio levantándome del suelo, cogiendome como a un bebé. Dio un acelerón y no me dio tiempo a quejarme, ya habíamos llegado a nuestro destino, el coche.
-Bueno, ¿para cuando quieres ver esa película? Eh.- debí suponer que ganaría el pero entonces algo se me pasó por la cabeza.
-Oye tu no has ganado me has cogido y hemos llegado los dos, a y por cierto ya puedes soltarme.- se dio cuenta que todavía me tenía en brazos y me solo lentamente, para que no me hiciera daño. Era extraño, pensaba que a Zack no le importaba si alguien se hacía daño como mucho miraba por sí mismo.
-Eres una tramposa, si ni siquiera he corrido, eres muy lenta.
-Pero me has hecho ganar también, estamos empate.
-Bueno pues habrá que cumplir los dos tratos.
-El mío va primero.
-Ni se te ocurra hacerle un rasguño al coche.- me dijo en tono de advertencia pero después me sonrió. No iba a hacerle nada al coche. Podría valer cien veces mi moto. Nos subimos al coche y me tocó arrancarlo.
-Pero.. ¿sabes conducir?
-Pensaba que me ensañarías tu.- dije muy dispuesta.
-Dios mío, aún no se que paciencia me saco para poder contigo.- si no lo conociera pensaría que estaba enfadado de verdad, pero yo me reí y el pareció sonreír, pero no lo llegue a ver bien.
-Bueno empecemos, joder tenía que ser con mi puto coche. ¿Por que no vas y te lo sacas en una autoescuela? Y aprendes alli sería lo más normal.
-¿Tu dónde aprendiste?
-¿Te importa?
-Mira paso llévame a casa.-dije bajándome del coche, no espere ni a que se quitara del asiento copiloto me puse en el de atrás directamente.
-Venga no he querido decir eso, joder Andrea te enfadas por nada.
-Llévame a mi casa o te juro por lo que más quieras que le digo a uno de esos que lo haga. Ya estoy harta de que te desahogues conmigo.- dije y no me di cuenta de que estaba a punto de llorar, ¿por que siempre hacia que me sintiera tan vulnerable? Odiaba esa sensación.
-Andrea de verdad que no he querido decir eso..perdóname.. pero por favor no le digas a aquellos que te lleven, no los conoces y no son de fiar.
-Ah vale que no son de fiar, ¿y tu si? A veces tengo la sensación de que te conozco muy bien pero después me doy cuenta de la realidad, te acabo de conocer y perdona que te diga pero tú tampoco por esa regla de tres serias de fiar.

No pude ver su expresión el espejo no la dejaba ver, pero tardó en contestar.
-¿Por que no eres como las demás? Normalmente te habría mandado a tomar por culo hace tiempo, con esa forma tan ingerida que tienes de ser. Una niña pijita nunca ha pasado hambre no tiene problemas. Pero cuando quiero odiarte, no puedo..¿Por que cojones no puedo?- la ultima pregunta fue un grito ahogado.
-¿Y por que te empeñas en odiar a todo el mundo?
-No odio a todo el mundo pero no me importa casi nadie. Por eso todavía no entiendo por qué coño me importas tú.

Sentí que el corazón se me salía del pecho.
-Andrea
-Dime.- lo dije casi atragantándome con el mismo aire.
-Te reto.
-¿Me retas?- pregunte curiosa.- ¿A que quieres retarme?
-Bésame.
Ahi entonces lo supe, el corazón no parecía latirme. No podía pasar no podía estar enamorándome de el... no puede ser.
Se giró y lo vi y el me vio. Fue el momento más intenso de mi vida. Pero antes de que le dijera nada apartó la mirada, como si se hubiera olvidado de lo que me acaba de preguntar arrancó el coche y nos pusimos en marcha sin decir ninguna palabra. ¿Que acababa de pasar?

Párenla, que va armadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora