El pajarito azul

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Puede que fuera porque había dos borrachos en la calle haciendo ruido o tal vez por todos los líos que tenia en la cabeza, pero me resultaba imposible dormir.
-Ei, oye.- entonces alce la cabeza y mire hacia dónde provenía aquel sonido, la ventana. Era Sofía, ¿pero que hacía aquí la noche de un miércoles?
-¿Que haces aquí? ¿Estas loca? Te vas a caer.- dije sin poder controlar la risa. Estaba haciendo uña especies de maniobras para no caerse y resultaba de lo más divertido.
-¿Me vas a dejar entrar?-me preguntaba sonriendo y algo molesta porque me estuviera riendo en su cara, pero se le pasó rápido.
-Jajaja si anda pasa.- dije apenas en un susurro mientras ella hablaba con total naturalidad. ¿Quien iba a decir que aquella chica tan tímida como lo fue el primer día iba a acabar siendo tan extrovertida?
-¿Por que no has venido al final?- dijo una vez dentro de mi habitación.
-He estado con Zack pero no te preocupes, ha sido la última vez que lo veré.
-Siempre dices lo mismo.
-Nunca lo he dicho no se a que te refieres.- dije disimulando y poniendo los ojos en blanco, un gesto que hizo que ambas empezáramos a reírnos.
-Vamos vente quiero enseñarte mi nuevo piso.
-Ahora no puedo, ¿estas loca? ¿te das cuenta de que hora es?
-Son las cuatro de la mañana, ¿por qué lo dices?
-Nada déjalo, no puedo salir ahora es muy tarde.
Estuvo un buen rato intentando convencerme así que por no escuchar más su voz tuve que aceptar, ¿que otra alternativa me quedaba?
Bajamos por el balcón y tuvimos que dar un salto de unos tres metros. Casi me da algo, le tengo pánico a las alturas, por muy pequeñas que parezcan ser.
-¿Has cogido las llaves de tu moto no?
-Si aquí las tienes.
-No, conduce tu. Lo prefiero.
No hablamos en casi todo el trayecto. Cada vez que estábamos en silencio me invadía la curiosidad de preguntarle que quien era aquel tipo del día en que la conocí. Nunca me llego a contar quien era y me resultaba realmente intrigante.
-Ya hemos llegado.- dijo tras haberme dado algunas señales de por dónde ir, casi todo línea recta, por eso casi ni hablábamos.
Subimos unas escaleras de caracol que parecían eternas y al fin llegamos hasta su piso. Me maldije por no haber visto el ascensor antes y también porque el piso fuera en la última planta.
-Tachan.- dijo mientras abría aquella puerta. Lo que no me pude esperar es que tras ella estuviera el chico que siempre iba con Zack, aún no sabia su nombre pero si sabia lo buen amigo que era de el. ¿Pero que diablos hacia allí?
-Hola.- dije algo flojo lo que me hizo parecer un poco bastante tímida.
-Hola, ¿Andrea verdad? Yo me llamo Javier .
-Llámala andi.- dijo Sofía adelantándose a que yo hablara.
-Bueno como quieras andi jajaja.
-Un momento, ¿esto que es?- dije intentando ser lo menos borde posible.
-¿Te acuerdas de aquel día que Zack te llevo con su coche y yo me quedé con tu moto y con su... amigo?
Asentí, claro que me acordaba, ¿como no hacerlo? Fue a penas cinco días. "Y ya me había enamorado de el" me recordó mi subconsciente. "Gracias" le respondí a mi propia cabeza.
-Pues me ayudó a llevar tu moto hasta tu casa y de paso comimos algo..-entonces se sentó encima de el, ¿pero que coño?- y nos enamoramos perdidamente así que ¿por que esperar? Estamos viviendo juntos desde antes de ayer y somos la mar de felices m, ¿verdad cariño?
-Verdad mi amor.- le contestó regalándole un gran beso en los labios.
Se quedaron mirándome esperando mi reacción. Yo salía con Sofi y el salía con Zack, ¿algún día tendremos que coincidir,¿no? No joder no puede ser me había dispuesto a olvidarme de él completamente.
-Me parece muy bien.- dije con una sonrisa forzada e intentado que sonara convincente. Pero se sonrieron entre ellos satisfechos demostrando que no, no se habían percatado de que me había sentido mal. Claro, solo Zack notaba cuando yo me sentía mal.-
-Hola chicos siento llegar tard...- y entonces lo vi. Joder otra vez el hormigueo en el estomago, ¿que hacía allí?- ¿Que haces tú aquí?- me pregunto soñando más impactado que furioso, casi como un susurro.
-Lo mismo té digo.- respondí con el mismo tono.
-Bueno pues ahora que estáis los dos, quiero aprovechar el momento de deciros que estamos comprometidos nos vamos a casar, será algo informal no os preocupéis y como me ha dicho Sofi, tú cumplirás los 18 el mes próximo Andrea, pues dentro de dos meses queríamos casarnos en Venecia, Italia , ¿que os parecería venir? Sois la familia más cercana que tenemos y nos encantaría que pudierais compartir ese momento con nosotros.-y así termino de decirlo Javier ¿Un viaje? ¿Con el? No no no..
-Yo me apunto.- soltó así de golpe. Como si fuera algo de lo más sencillo de pensar.
-¿Y tu Andrea?- Sofi lo hizo con un tono tan suplicante que aunque hubiera querido decirle que no bajo todos los medios, no pude hacerlo.
-¿Por que no?- respondí.- supongo que estará bien.
La oreja sonrió, sin notar la tensión que había entre Zack y yo por lo ocurrido esta tarde así que lo mire a ver si podía adivinar que estaba pensando. Pero descubrí que el también me miraba. No me había detenido a mirarlo antes, parecía cansado y tenía los ojos hinchados, su aspecto era algo preocupante. Se hizo el loco al darse cuenta que lo estaba mirando yo también y se dispuso a hablar con la nueva parejita.
-¿Y que hacemos ahora chicos? ¿Damos una vuelta? Se el lugar perfecto donde ir.- tras terminar la frase me miró y sonrió con algo de arrogancia. Pero esa sonrisa haría derretirse a cualquiera.- Espera ¿a ti no te dejarán no?- me miró intentando ser cruel, ¿pero que coño hacia?
-Cuando quieras Martínez.- dije mencionándolo por su apellido. Y le sonreí con la sonrisa más seductora pero a la vez arrogante que jamás pudiera haber visto. Lo que provocó que tragara saliva mirara hacia el frente y saliera por aquella puerta. Claro está, para que todos los demás lo siguiéramos. Siempre tenía que dominar la situación el muy capullo. Por alguna razón, eso me volvía loca.

Párenla, que va armadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora