Capítulo 6: La primera visita

240 6 0
                                    

***

Capítulo 6: La primera visita

Desperté sobresaltado. Otra pesadilla. “Fue solo un sueño, no es real” repetía una y mil veces en mi cabeza. Pero se había visto demasiado real, como si de verdad estuviera muerto.

Pero me dolía la cabeza, por tanto, muerto no estaba. Estaba muy vivo.

Miré la hora en mi celular, eran las 4:23 a.m. Ya no quería dormir, tenía sueño, pero no quería volver a soñar con eso. Cuando vi la hora, noté que tenía un mensaje. Era de Vannia. Lo abrí y decía:

“Hola. Te extraño mucho. No veo el momento de verte hoy. Llegaré como a las 10:00. Tengo unos bellos planes para nuestro día. El día es para los tres. La noche, de los dos. Te amo.”

Cierto, lo había olvidado. El día había llegado. Era el día de la primera visita de Vannia como mi novia. Intenté desviar todos mis pensamientos sobre los exámenes, para concentrarme en Vannia. En mi novia.

Como no podía dormir, decidí levantarme y darme una ducha. Busque mi mejor ropa “casual”. Me puse unos jeans oscuros ni muy ajustados, ni muy sueltos, un cinturón marrón, una polera manga corta abajo y una camisa de cuadros azulados encima. Y finalmente, me puse unas zapatillas blancas.

Con todo esto, ya me dieron las 5:00 a.m., pues no me vestí inmediato, y no podía regular el agua de la ducha. Fui a prepararme un pan con huevo revuelto y un jugo de naranja para desayunar.

Después de desayunar, me recosté un momento y luego comencé a ordenar la casa, era un desastre. Solo en ordenar un poco, ¡ya me habían dado las 9:00!

Para pasar el rato mientras llegaba Vannia, me puse a ver un poco de televisión. En eso, llegó Felipe, -Nos habíamos puesto de acuerdo en juntarnos en mi casa –Estábamos conversando cuando alguien llamó a la puerta. Era ella. Vannia había llegado.

Cuando llegó Vannia, los tres –Felipe, Vannia y yo –fuimos a pasear por el centro de Brecon. Entramos a varias tiendas de ropa, videojuegos, películas y libros. Vannia se compró bastante ropa, con Felipe nos compramos unos juegos para la Xbox Y entre los tres compramos el libro de “Las Ventajas De Ser Invisible”, dijimos que por cada vez que venga Vannia, el libro cambiaría de propietario.

Luego fuimos a almorzamos en Snacks, un restaurant del centro de Brecon. Felipe y yo comimos un plato que incluía bistec, arroz, lechuga, tomate y papas fritas. Vannia pidió una ensalada, dijo que se había empezado a hacer una dieta saludable, pero igual terminó comprándose unas papas fritas.

-Es que la ensalada era muy poca –Dijo Vannia para excusarse

-No es cierto. Tú no eres capaz de hacer dietas, que es distinto –Dijo Felipe para contradecirla

-¡No es cierto!

-Claro, es solo que no pudiste aguantar la tentación –Dije en tono sarcástico

Después fuimos a un parque de diversiones, nos subimos a casi todos los juegos que había.

Y finalmente, fuimos a dar un paseo por los cerros más cercanos. Sacamos muchas fotografías de los paisajes y de nosotros disfrutando el paisaje. Por donde quiera que mirara había árboles muy frondosos y verdes. Había unas flores de todos los colores que se pudieran imaginar. Había un pequeño rebaño, nos acercamos para acariciar a las pequeñas ovejas, ¡eran tan tiernas y peludas!

Todas estas ideas fueron de Vannia. Vannia había programado todo el día para los tres, y la noche para nosotros dos, solos, en una cena romántica. Yo no sabía que tan romántica sería, pues ella la había planeado sola.

Para cenar, fuimos a un restaurant muy elegante. Las mesas eran redondas, de madera, con manteles blancos canalados. Las sillas eran de madera y tenían un diseño de flores tallado en el elegante respaldo circular. Había velas blancas y aromáticas encendidas por todo el lugar. Se escuchaba una suave música romántica. Era la cita perfecta…

-¿Cómo has estado en estas semanas? –Le pregunté para iniciar una conversación

-Bien, aunque debo admitir que fue bastante difícil aguantarme hasta hoy para venir a verte

-Te extrañé mucho

-Yo también –Nos miramos por un instante, cerramos los ojos y luego, nos besamos. Entre abrí los ojos, -Te amo –susurré, sin alejarme  demasiado y nos volvimos a besar

Era la cita perfecta… En el lugar perfecto… Con la chica perfecta… Todo era perfecto, hasta que…

Una Triste historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora