Capítulo 7: El fin del secreto

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Capítulo 7: El fin del secreto

Estábamos listos para volver a casa, cuando sucedió el incidente, el hecho que marcó el fin de mi secreto.

-¿Estas bien? –Me preguntó Vannia.

 Creo que notó que me levanté muy lentamente de la silla

-Sí, es solo que me mareé un poco, estoy bien –Dije, pero en realidad, sabía que no lo estaba. Me dolía la cabeza, pero Vannia no sabía nada. No podía decirle. No podía permitir que se preocupe por mí.

No estoy segura de lo que ocurrió después, solo sé que intenté acercarme a la puerta para volver a casa con Vannia. Luego, todo se volvió oscuro. Creí que había ocurrido. Que todo había terminado. Que mi sueño se había hecho realidad. Creí que estaba muerto…

Lo siguiente que recuerdo es estar acostado, creo que había alguien cerca de la cama. También creí oír a alguien paseándose alrededor de la cama en que me encontraba.

No era mi cama, de eso estaba seguro. Mi cama era más dura y era más abrigadora.

Intenté enderezarme un poco, pero tuve la fuerza suficiente. Me dolía la cabeza. Me dolía como nunca antes me había dolido.

-No, no te levantes –Dijo una voz femenina. Intenté abrir los ojos para ver quién era.

Era una chica de baja estatura, tenía el cabello claro y recogido en una cola de caballo. Era bastante delgada y llevaba un delantal blanco.

Estaba en una habitación de paredes blancas, al lado de la cama, -que tenía unos fierros al costado –había una silla hacia la derecha, en la silla, estaba Vannia. Estaba durmiendo.

-¿Qué ha pasado? –Pregunté desorientado -¿Dónde estoy?

-Estás en el “Brecon War Memorial Hospital” –Dijo amablemente la enfermera –Te desmayaste en un restaurant y esta chica llamó una ambulancia. ¿Cómo te sientes?

-Se me parte la cabeza –Dije sin ganas -¿Qué hora es?

-Son las 1:32. Estuviste…

-¡¿Qué?! ¡¿Las 1:32?!

-Si…

-¿Por qué ella sigue aquí? ¡Debería estar en Londres!

-Dijo que se quedaría hasta mañana, que quería asegurarse que usted esté bien

-¡No! Sabía que no tenía que saber…

-Señor, ¿quiere relajarse, por favor? Le traeré algo para el dolor. Cálmese un poco o el dolor podría empeorar.

Al rato, llegó la enfermera con dos pastillas y un vaso de agua.

-Te traje algo para que puedas dormir un poco

Me entregó las pastillas y el vaso. Luego de consumir mis pastillas, me acomodé en la cama mirando hacia donde estaba Vannia. Estaba dormida, solo se cubría con una manta que se veía bastante delgada, debía de tener frío.

Estaba ahí, conmigo. No volvió a Londres por quedarse cuidándome. Pasó lo que no quería que pasará, se enteró…

Cuando desperté por la mañana, miré hacia donde estaba la silla. Vannia estaba despierta, con cara de cansada  y muy atenta a todo lo que ocurría. Cuando notó que estaba despierto, se levantó inmediatamente y caminó hacia mí.

-¿Cómo te sientes?

-¿Qué haces aquí? –No quise responder su pregunta, quería retrasarlo lo que más pudiera.

-No importa por qué estoy aquí, ¿estás mejor?

-No responderé si tú no respondes

-Está bien. –Dijo en un suspiro –No podía dejarte solo, te desmayaste y estuviste mucho tiempo inconsciente. Jamás te dejaría solo en estas circunstancias.

-No puedes hacerme esto… –Dije apenas en un susurro

-¿Hacerte qué? ¿Preocuparme por ti? Te quedarás sin empleo por mi culpa

-No importa mi empleo, importa tu salud

Luego de una pausa, me decidí por decirle toda la verdad. O al menos lo que sabía de ella…

Una Triste historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora