Capítulo 1: Me enamoré

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Capítulo 1: Me enamoré

Después de mis 45 minutos de ciclismo, entré a Crusty’s Coffee Shop, una bella cafetería de Bracon, para descansar un momento. En la cafetería, todas las mesas eran cuadradas, con manteles blancos que caían en puntas. Al centro del café, está la barra, la cual posee una forma elíptica. Los asientos que rodeaban la barra, son redondos, rojos con negro.

Mientras esperaba a que me trajeran mi agua mineral, una chica entró pidiendo ayuda. Ella, creo que media como un metro con sesenta centímetros, tenía el cabello oscuro y liso, lo llevaba recogido en una cola de caballo, llevaba el flequillo suelto, tan liso como el resto del oscuro cabello.

Ella entró corriendo, -Supongo que fui la primera persona que vio, ya que fue directo hacia mí –al llegar a la barra en donde yo estaba, me dijo que su primo necesitaba ayuda, que estaba teniendo un ataque de epilepsia. Rápidamente fui hacia el primo de la chica. Le di los primeros auxilios y luego los acompañé a dar un paseo, para pasar el susto.

El primo de la chica, era un poco más alto que yo. También tenía el cabello oscuro, lo ocupaba corto, como un corte escolar. Su cara mostraba que no estaba bien.

Como gesto de agradecimiento, Vannia y Felipe, -Así se llaman los chicos a los que ayudé –me invitaron a cenar a Red Dragon, un restaurant de comida china e inglesa. Y yo, por cortesía les compré, un ramo de tulipanes a Vannia y una botella de Ron para Felipe. Luego de la cena, tomamos caminos separados, pues yo debía ir a trabajar.

Felipe, Vannia y yo, nos habíamos hecho muy buenos amigos.

Al día siguiente, me levanté temprano para ir a trotar un momento. Al salir de mi casa, noté que tenía vecinos nuevos, y que estaban en el patio para organizar la casa. No les vi la cara de inmediato, pues me estaban dando la espalda. No podía quedarme ahí parado como si nada ocurriera, así que fui hacia ellos y los saludé. Cuando se voltearon y vi sus caras, los reconocí inmediatamente. Eran ellos. Eran Felipe  y Vannia.

-¿Tu? –Dijo Vannia incrédula

-¿Qué haces aquí? –Preguntó Felipe

-Yo…Mmm…Vivo aquí… -Respondí tímidamente

-¿Es en serio? –Dijo Felipe con cara de incredulidad

-Sí. Ahí al frente. Supongo que ahora seremos vecinos –Dije sonriendo –Bienvenidos a Bracon, es muy tranquilo aquí

-Lo sabemos –Dijo Felipe –por eso estamos acá. ¿Ibas a hacer ejercicio?

-Ooh si, lo había olvidado ¿Quieren venir conmigo?

Ambos se miraron y luego dijeron que sí.

Fuimos a trotar por la calle Buckingham y luego aprovechamos el viaje para pasear por el centro de Bracon. Almorzamos en un restaurant de comida de comida rápida. Los tres nos comimos una hamburguesa grande cada uno. Pasamos todo el  día afuera.

Un día, nos juntamos para ir al cine. Vimos una película que se estrenó el día anterior. Vimos "Un cuento de Invierno", una de las película más romántica que he visto.  Nos sentamos los tres juntos, Vannia estaba al centro. Al final de la película, miré a Vannia y noté que ¡estaba llorando!

-¡¿Estás llorando?! –Le pregunté mientras no podía aguantar la risa

-No. No estoy llorando. –Se limpió rápidamente las pocas lágrimas que caían por su rostro –Estás loco. Es que me entró algo en el ojo

-Si claro, como no….

-Ella siempre llora con las películas románticas –Dijo Felipe

-De todas formas, no tienes de qué avergonzarte, eres tierna

Ella sonrió y luego preguntó si queríamos ir al cine al día siguiente, para ver una película de acción.

Y así ocurrió. Pero esta vez, fui yo quien decidió que película veríamos. Esta vez, vimos Robocop, es muy buena.

Un día, estaba aburrido, y para pasar el aburrimiento, fui a casa de Felipe y Vannia para ofrecerles ir a pasear al cerro. A ellos les gustó la idea, y fuimos.

Era un paisaje maravilloso. Los árboles eran muy frondosos y verdes. Había muchas flores, flores de todos los colores. Un río atravesaba la mitad del paisaje, este río terminaba en una pequeña cascada.

Vannia y yo tomamos muchas fotografías. Luego Vannia las colocó en su álbum de bellos recuerdos

-Pónganse ahí para sacarles una foto –Les dije a Felipe y Vannia

-No, ahora te toca salir a ti –Dijo Felipe

-Felipe, ¿Por qué no tomas tú la fotografía? –Dijo Vannia mirando a Felipe

-Claro –Asintió con palabras y un movimiento de cabeza

Le pasé la cámara y me puse al lado de Vannia, ella cruzo su brazo sobre mis hombros. Tuve una extraña sensación, la miré con cara de incomprendido

-Para la fotografía, se verá mejor –Sonrió –Y además, los amigos se abrazan

-Eso es cierto –Fue lo único que logré decir. No entendía lo que estaba pasando por mi cabeza.

Un día, me invitaron a cenar a su casa y yo acepté.

Estábamos charlando sobre nuestros gustos:

-¿Cuál creen que es la mejor película de acción? –Preguntó Felipe

-Iron Man 3 –Respondió Vannia

-¡¿Es en serio?! Esa es mi película favorita –Dije con una gran sonrisa en mi rostro. No estoy seguro de qué fue lo que sentí en ese momento.

Durante aquella noche, note que Vannia y yo teníamos demasiadas cosas en común, demasiadas cosas….

 

Una Triste historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora